A pesar de la declaración hecha por el Primer Ministro este año en el sentido de que no se encarcelaría a periodistas por su trabajo, las autoridades han encontrado otras maneras de silenciar la prensa en los Emiratos Árabes Unidos (E. U. A.), dice un nuevo informe de la Arabic Network for Human Rights Information […]
A pesar de la declaración hecha por el Primer Ministro este año en el sentido de que no se encarcelaría a periodistas por su trabajo, las autoridades han encontrado otras maneras de silenciar la prensa en los Emiratos Árabes Unidos (E. U. A.), dice un nuevo informe de la Arabic Network for Human Rights Information (Red Árabe por la Información de Derechos Humanos, HRInfo).
«Los funcionarios buscan mantener la pared de la censura alta por razones no profesionales, que no están acordes con el espíritu abierto que cunde por el país», dice el informe.
HRInfo señala los recientes ejemplos de intentos gubernamentales de silenciar a los medios, como el cierre de dos canales paquistaníes que transmiten desde Dubai, como se describe en esta misma edición del «Comunicado».
Otros ejemplos son:
Las tomas del el 20 de noviembre de una protesta de maestros islámicos que se quejaban por su suspensión y transferencia a trabajos no educativos fue cortada por casi todas las empresas de medios de comunicación, debido a una decisión que se cree fue tomada por autoridades de alto nivel.
Una obra acerca de la relación fatal entre un poeta y una bailarina que iba a presentarse en el Festival de Teatro del Golfo en Doha, Qatar, fue eliminada del programa apenas unas horas antes de que el reparto y el equipo de producción viajaran al festival. El ministerio de Cultura y Medios dijo que la obra no representaba la realidad de la juventud local.
Los escritores de los emiratos siguen teniendo prohibido escribir y publicar; puede ser el caso de la negativa de una empresa de medios a publicar un artículo, como fue el caso en octubre del periódico «Khaleej» al rechazar un artículo sobre las reformas universitarias escrito por uno de sus empleados, o un escritor al que se ponga en una lista negra gubernamental y se le proscriba del todo.
Y aunque los periodistas no pueden ser encerrados por su trabajo, se les sigue demandando en los tribunales. El personal del proscrito sitio web Majan.net se está enfrentando actualmente a demandas por difamación.
Para leer el informe completo, visite: http://www.hrinfo.net/en/reports/2007/pr1127.shtml
(4 de diciembre de 2007)