"En una época donde el flujo informativo es globalizado, la censura es una violación transnacional que debe ser neutralizada en forma categórica," afirma Joel Simon, director ejecutivo del CPJ.
(CPJ/IFEX) – Nueva York, 21 de febrero de 2012 – Gobiernos represivos, militantes y grupos criminales en todo el mundo están aprovechando de tácticas nuevas y tradicionales para controlar la información, con el propósito de ocultar delitos, silenciar el disenso y privar de sus derechos a los ciudadanos, según reveló Ataques a la Prensa, el informe anual publicado hoy por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Como quedó demostrado con el bloqueo informativo en Siria o el apagón de Internet en Egipto, la supresión local de información-ya sea por medios tecnológicos, persecución legal o violencia contra los periodistas-tiene repercusiones a nivel global.
«No se puede tener una comprensión acabada sobre el descontento político, los desastres ambientales y otros movimientos a escala global cuando información clave es censurada», afirmó Joel Simon, director ejecutivo del CPJ. «En una época donde el flujo informativo es globalizado, la censura es una violación transnacional que debe ser neutralizada en forma categórica».
CPJ ha encontrado que en el mundo árabe los periodistas se enfrentan a nuevas e impredecibles amenazas, mientras que en Asia la intimidación provoca un efecto inhibidor. En África, el periodismo de investigación es considerado como una amenaza para el desarrollo; en América Latina, los medios estatales son utilizados como herramientas de comunicación política contra la prensa independiente. En todo el mundo, leyes para el crimen en Internet ponen a los periodistas en peligro potencial.
Ataques a la Prensa, el informe más exhaustivo sobre las condiciones de la libertad de prensa en el mundo, ofrece ensayos analíticos de expertos del CPJ junto con un panorama de las condiciones de los medios en más de 100 países y datos regionales sobre abusos contra la prensa. El libro también documenta casos individuales e incluye un censo de periodistas caídos en cumplimiento de su labor informativa (46) y encarcelados (179) por su trabajo en 2011.
Las principales tendencias regionales identificadas por el CPJ incluyen:
África:
A medida que China se convierte en un socio comercial clave y expande su influencia en la región, el periodismo de investigación en África es interpretado por algunos gobiernos como perjudicial para el desarrollo económico. La represión se traduce en medidas que van desde órdenes judiciales, enmiendas a las leyes e incautación de material filmado. La función de control de la prensa libre está siendo desacreditada en público y la tarea informativa crítica es considerada antipatriótica. En los últimos 10 años, al menos 301 periodistas africanos han huido de sus países por temor a la violencia y el encarcelamiento, más del doble del número de exiliados de cualquier otra región.
Américas:
La utilización de los medios de comunicación estatales para promover los objetivos políticos se ha convertido en una tendencia notoria en los países políticamente polarizados en América Latina. Además de difundir propaganda política, estos medios sirven como plataformas para campañas de desprestigio contra críticos, incluyendo periodistas. Los líderes elegidos democráticamente han invertido en grandes aparatos de medios, construyendo amplios conglomerados de prensa que promueven agendas políticas y excluyen o denigran a las voces críticas. Mientras tanto, en México, la violencia contra la prensa continúa en aumento y permanece en la impunidad. En el último año de la presidencia de Calderón, un mecanismo para proteger a los periodistas sigue siendo una promesa vacía y la investigación en los casos de asesinatos de periodistas aún está en manos de las autoridades estatales a menudo corruptas.
Asia:
La censura en Asia tiene múltiples facetas, desde la represión oficial a la violencia que a menudo queda impune. Desde 1992, la región ha registrado 156 casos de periodistas caídos por su labor que aún no han sido resueltos. Durante los últimos dos años, Pakistán ha sido el país más letal para los periodistas. Muchos reporteros están en la clandestinidad o exiliados. En Filipinas, un juicio que busca impartir justicia para los 32 periodistas y trabajadores de medios asesinados en 2010 se ha estancado, prueba de la incapacidad del gobierno para garantizar el debido proceso judicial y la impunidad que domina la región. Mientras tanto, en China, a pesar de fuertes debates en los microblogs que permiten a los medios tradicionales tener una medida de la irritación de la gente, las autoridades mantienen un firme control sobre la información relacionada con encarcelamientos, detenciones secretas y el bloqueo de Internet.
Europa y Asia Central:
La brecha entre los países que defienden la libertad de prensa como un valor fundamental y los que reprimen a la prensa crítica e investigadora se está ampliando. Dentro de la Unión Europa, Hungría ha sentado un peligroso precedente mediante la adopción de una nueva ley de medios y una constitución que desafían valores fundamentales. A nivel regional, la protección de las fuentes se ha convertido en un importante campo de batalla, ya que algunos gobiernos están preparados para debilitar al periodismo de investigación. Las protestas callejeras han demostrado ser riesgosas, mientras que los movimientos populistas y nacionalistas, junto con las organizaciones criminales, intimidan a la prensa. En sus relaciones exteriores, la UE desatiende la libertad de prensa en el diálogo con países poderosos como China y Rusia, donde el encarcelamiento y la impunidad en los casos de asesinatos de periodistas, respectivamente, siguen siendo la norma.
Medio Oriente y África del Norte:
En medio un clima de agitación social, el éxito o el fracaso de las revueltas populares dependen del control del relato. Los periodistas, en tanto, son víctimas de nuevas amenazas. A medida que disminuye el número de juicios prolongados y politizados, el número de ataques y muertes aumenta. Aunque la cobertura generada por los ciudadanos permite que los medios tradicionales informen sobres temas sensibles, las autoridades y sus sustitutos están utilizando nuevas tecnologías en manera igualmente astuta para difundir sus mensajes, silenciar e intimidar. La política estilo «puerta giratoria» en las prisiones de Irán conduce a muchos periodistas al exilio.