Haciendo caso omiso de las amenazas de seguridad, miles de iraquíes se han reunido en las calles para protestar contra los excesivos beneficios y privilegios de los que gozan los miembros del parlamento.
Miles de iraquíes en Bagdad y en varias ciudades en el sur del país salieron a las calles el 31 de agosto 2013 para protestar en contra de los pagos de pensiones excesivos de los que disfrutan los parlamentarios, a pesar de las estrictas medidas de seguridad adoptadas por las autoridades para reprimir la disidencia, y a pesar de que el gobierno les negara el permiso para la manifestación.
En la ciudad de Nasiriya, al sureste de Bagdad, las fuerzas iraquíes utilizaron cañones de agua para dispersar a la multitud, mientras que en otras ciudades la policía antidisturbios armada con porras y gases lacrimógenos golpeó y detuvo a los manifestantes. De acuerdo con la Red Árabe para la Información de Derechos Humanos, al menos 10 manifestantes resultaron heridos.
Como señaló Human Rights Watch, los organizadores de la protesta en la ciudad capital de Bagdad habían acatado las regulaciones del Ministerio del Interior y solicitado permiso para realizar manifestaciones – a pesar de que tales regulaciones incumplen salvaguardias contenidas en la constitución de Irak.
El 22 de agosto, un día después de su presentación, las solicitudes de los manifestantes fueron denegadas sin ninguna explicación. Unos días más tarde, en un comunicado publicado en su sitio web oficial, el Ministerio del Interior citó «la consideración de los riesgos de terrorismo de al-Qaeda y los Baathistas» como razón para retrasar las protestas.
El riesgo de terrorismo no es una posibilidad descabellada en Irak. El país ha sido testigo de un aumento significativo en el nivel de violencia este año con más de 600 personas asesinadas en lo que va del mes. El aumento de la violencia llega en medio de crecientes tensiones sectarias, provocadas en abril por una incursión del ejército en un campamento sunita de protesta contra el gobierno cerca de Hawija.
No todo el mundo está de acuerdo en que la prohibición de las protestas es la mejor manera de proteger a los ciudadanos.
«Las autoridades parecen más preocupadas por prevenir que los iraquíes expresen pacíficamente sus opiniones que por protegerlos de los ataques que han matado y herido a tantos este año», dijo Joe Stork, director en funciones de Oriente Medio de Human Rights Watch. «Las fuerzas de seguridad y los funcionarios deben proteger a los manifestantes pacíficos y proporcionarles un espacio seguro para protestar, no intimidar a la gente al silencio.»
Los organizadores decidieron seguir adelante con sus manifestaciones previstas de todas formas. Después de todo, los parlamentarios reciben un salario promedio de USD 10.000 por mes y un presupuesto de USD 20.000 al mes para seguridad, alquiler y estacionamiento. Luego, también disfrutan de una pensión equivalente al 80 por ciento de su salario completo durante el resto de sus vidas. En 2013, se informó de que más de 300 diputados ganaban alrededor de USD 72.000 por año en un país donde el salario promedio anual fue de USD 6.000 en 2012.
Decididas a no permitir que los manifestantes se congregaran en Bagdad en gran número el 31 de agosto, las fuerzas de seguridad bloquearon varias carreteras principales y puentes para no dejar que los manifestantes lleguen a los lugares de reunión designados. Varios periodistas fueron detenidos brevemente, y a otros se les retiraron sus equipos. El fotógrafo de Agence France-Presse (AFP), Sabah Arar, estuvo dentro de los que fueron asaltados y arrestados por las fuerzas de seguridad. Fue puesto en libertad poco después.
La protesta pública en contra de los planes de pensión ha sido tan fuerte que muchos políticos se pronunciaron en apoyo de las demandas de reforma de los manifestantes. Algunos partidos políticos han llegado a decir que sus diputados no aceptarán las pensiones.
Los activistas han acogido estas promesas con cautela, diciendo que protestarán nuevamente en septiembre, si no se toman medidas.
Miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes impiden que manifestantes pasen a través de un camino acordonado que conduce a la plaza Al-Tahrir durante la manifestación en BagdadREUTERS/Thaier al-Sudani