Grupos de la sociedad civil conmemoran el aniversario del ataque a Charlie Hebdo haciendo un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para cumplir con su obligación de proteger la libertad de expresión.
En el aniversario del brutal ataque a las oficinas de Charlie Hebdo nosotros, los abajo firmantes, reafirmamos nuestro compromiso con la defensa del derecho a la libertad de expresión, incluso cuando se está utilizando ese derecho para expresar opiniones que algunos pueden considerar ofensivas.
El ataque a Charlie Hebdo, que dejó 11 muertos y 12 heridos, fue un recordatorio espantoso de la violencia a la que los periodistas, artistas y otras voces críticas son sometidos en una atmosfera mundial marcada por la creciente intolerancia a la disidencia. Los asesinatos inauguraron un año que ha demostrado ser especialmente difícil para los defensores de la libertad de opinión.
Los actores no estatales perpetran actos de violencia contra sus críticos en gran medida con impunidad, incluyendo los brutales asesinatos de cuatro blogueros seculares en Bangladesh por parte de extremistas islámicos, y el asesinato de un académico, M M Kalburgi, que escribió una crítica contra el fundamentalismo hindú en India.
A pesar de la participación de los líderes mundiales en las calles de París, en un despliegue sin precedentes de solidaridad con la libertad de expresión tras los homicidios de Charlie Hebdo, los artistas y escritores enfrentan una intensa represión durante todo el año por parte de los gobiernos. En Malasia, el dibujante Zunar se enfrenta a una posible pena de prisión de 43 años por presunta «sedición»; en Irán, la dibujante Atena Fardaghani cumple una condena de 12 años por una caricatura política; y en Arabia Saudita, el poeta palestino Ashraf Fayadh fue condenado a muerte por sus ideas seculares, incluyendo la manera en que se expresa en su poesía.
Tal vez las amenazas de mayor alcance a la libertad de expresión en 2015 vinieron de los gobiernos, motivados aparentemente por razones de seguridad. Tras el ataque a Charlie Hebdo, 11 Ministros del Interior de los países de la Unión Europea como Francia, Gran Bretaña y Alemania emitieron un comunicado en el que pidieron a los proveedores de servicios de Internet de identificar y eliminar el contenido en línea “que tiene como objetivo incitar al odio y el terror”. En julio, el Senado francés aprobó una polémica ley que da amplios poderes a las agencias de inteligencia para espiar a los ciudadanos, ley que el Comité de Derechos Humanos de la ONU clasificó como «demasiado amplia».
Este tipo de respuesta gubernamental es escalofriante porque una amenaza particularmente insidiosa a nuestro derecho a la libertad de expresión es la autocensura. Con el fin de ejercer plenamente el derecho a la libertad de expresión, las personas deben ser capaces de comunicarse sin temor a la intrusión por parte del Estado. Según el derecho internacional, el derecho a la libertad de expresión protege también expresiones que algunos pueden considerar chocantes, ofensivas o perturbadoras. Es importante destacar que el derecho a la libertad de expresión significa que los que se sienten ofendidos también tienen el derecho de desafiar a otros a través del debate libre y la discusión abierta, o a través de la protesta pacífica.
En el aniversario de los ataques a Charlie Hebdo, nosotros, los abajo firmantes, llamamos a todos los gobiernos a:
- Mantener sus obligaciones internacionales para proteger los derechos de libertad de expresión y de información para todos, especialmente para que los periodistas, escritores, artistas y defensores de los derechos humanos puedan publicar, escribir y hablar libremente;
- Promover un entorno seguro y propicio para los que ejercen su derecho a la libertad de expresión, y asegurar que los periodistas, artistas y defensores de derechos humanos puedan realizar su trabajo sin interferencias;
- Combatir la impunidad de las amenazas y violaciones dirigidas a periodistas y otras personas que ejercen su derecho a la libertad de expresión, y garantizar investigaciones imparciales, oportunas y exhaustivas que lleven a los ejecutores materiales e intelectuales de estos crímenes ante la justicia. Asegurar también que las víctimas y sus familias tengan acceso oportuno a compensaciones apropiadas;
- Derogar normativas que restrinjan el derecho a la legítima libertad de expresión: leyes de seguridad nacional, sedición, obscenidad, blasfemia y leyes penales de difamación especialmente vagas y excesivamente amplias, y demás legislación utilizada para encarcelar, hostigar y silenciar las voces críticas, inclusive en las redes sociales y en línea;
- Asegurarse de que el respeto de los derechos humanos está en el corazón de la política de vigilancia de la comunicación. Por lo tanto, las leyes y las normas legales que rigen la vigilancia de la comunicación se deben actualizar, fortalecer y poner bajo control legislativo y judicial. Cualquier interferencia sólo puede justificarse si está claramente definida por la ley, persigue un objetivo legítimo y es estrictamente necesaria para la finalidad perseguida.
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