Por segundo año consecutivo, la cifra de periodistas encarcelados por su labor informativa alcanzó un nivel récord, en tanto Estados Unidos y otras potencias occidentales no aplicaron presión a los países con el peor historial de encarcelamiento de periodistas --Turquía, China y Egipto-- para que mejoraran el sombrío panorama en materia de libertad de prensa.
Este informe fue publicado originalmente en cpj.org el 13 de diciembre de 2017.
Un informe especial del CPJ elaborado por Elana Beiser
La cifra de periodistas encarcelados en todo el mundo alcanzó otro nivel récord en 2017, y por segundo año consecutivo más de la mitad de los periodistas encarcelados por su trabajo se encuentran presos en Turquía, China y Egipto. Semejante patrón refleja el rotundo fracaso de la comunidad internacional a la hora de enfrentar una crisis global de libertad de prensa.
Lejos de aislar a países represivos por su comportamiento autoritario, Estados Unidos, en particular, se ha congraciado con líderes autoritarios como el mandatario turco Recep Tayyip Erdoğan y el mandatario chino Xi Jinping. Al mismo tiempo, la retórica nacionalista, la obsesión con el extremismo islámico y la insistencia en calificar a los medios críticos de «noticias falsas» por parte del presidente Donald Trump sirve para reforzar la estructura de acusaciones y delitos que les permite a tales líderes presidir el encarcelamiento de periodistas. A escala global, casi tres cuartas partes de los periodistas presos han sido acusados de cometer delitos contra el Estado, muchos de ellos en virtud de disposiciones contra el terrorismo vagas y excesivamente amplias, mientras que la cifra de periodistas presos por acusaciones de «difundir noticias falsas», aunque pequeña, creció a un nivel récord de 21.
En su relación anual de casos de periodistas presos, el CPJ constató que 262 periodistas están en prisión en todo el mundo por su trabajo informativo, una nueva cifra récord luego de haber alcanzado el histórico nivel de 259 en 2016. Los tres países con el peor historial de periodistas encarcelados son responsables de encerrar en prisión a 134 –equivalente al 51 %– del total de periodistas. El CPJ ha llevado estadísticas anuales sobre casos de periodistas presos desde principios de la década de 1990.
Turquía, pese a haber liberado a algunos periodistas en 2017, sigue siendo el país con el peor historial de periodistas presos por segundo año consecutivo, con 73 periodistas encarcelados, en comparación con 81 en 2016. Decenas de periodistas enfrentan juicios, y nuevos arrestos ocurren con regularidad. En varios otros casos de periodistas turcos, el CPJ no logró establecer la existencia de vínculos con la labor periodística. Otras organizaciones de libertad de prensa que utilizan una metodología distinta tienen cifras más elevadas. Según las investigaciones del CPJ, todos los periodistas que están encarcelados por su trabajo periodístico en Turquía han sido investigados por cometer delitos contra el Estado, o han sido acusados de tales delitos, al igual que los periodistas que figuraban en la relación de casos de 2016.
La campaña contra la prensa turca, que las autoridades habían emprendido a inicios de 2016 y que habían acelerado luego de un fallido intento golpista en julio de ese año –el cual el Gobierno atribuyó a una presunta organización terrorista encabezada por el clérigo exiliado Fethullah Gülen–, mantuvo su ritmo en 2017. Las autoridades acusaron a algunos periodistas de realizar actividades terroristas solamente por el presunto empleo de una aplicación de mensajes, Bylock, o por tener cuentas bancarias en instituciones presuntamente vinculadas a Gülen.