Daniel Pearl era un periodista de gran experiencia que trabajó en muchas de las oficinas del "Wall Street Journal". También es tristemente recordado por el hecho de que su asesinato, que ocurrió mientras estaba en misión en Pakistán, nunca ha sido resuelto.
Con motivo de la concesión póstuma del premio Héroe de la Libertad de Prensa Global del IPI a Daniel Pearl en 2011, su viuda Mariane Pearl declaró: El periodismo de calidad se define por una voluntad inflexible de buscar la verdad, capacitar a los ciudadanos y hacer justicia para todos. Al hacer brillar una luz sobre esos valores que nos honran como sociedad, aquellos que, como Danny, practican un periodismo de calidad, nunca dejarán de inspirar a otros.
El secuestro y el asesinato en Pakistán del periodista estadounidense Daniel Pearl en 2002, que sacudió al mundo entero, resultó ser un trágico presagio de lo que vendría. En los años siguientes, los extremistas en las zonas de conflicto en Oriente Medio secuestraron a otros periodistas, y muchos han sufrido muertes tan brutales como la de él.
Pearl fue un periodista con amplia experiencia, habiendo trabajado en las oficinas de Atlanta, Washington y Londres de The Wall Street Journal antes de trasladarse a Bombay, donde fue corresponsal en Oriente Medio para dicho periódico. Fue elogiado por su escepticismo, por ejemplo, durante la década de 1990 cuando durante la guerra de Yugoslavia cuestionó si el asesinato de cientos de kosovares por las fuerzas serbias no podía en realidad clasificarse como genocidio. Fue uno de los primeros reporteros en revelar que en 1998 los EE.UU. habían lanzado un ataque con misiles contra una empresa farmacéutica privada, en lugar de una fábrica de armas químicas de Al Qaeda, como lo había declarado el gobierno. Historias como éstas le ganaron la admiración de sus colegas que lo describieron como una persona que no tenía miedo a desafiar verdades aceptadas.
El 23 de enero de 2002, Daniel Pearl, que entonces trabajaba como Jefe de la Oficina de Asia del Sur para el Wall Street Journal en su oficina de Mumbai, se fue a Karachi en Pakistán tras la pista de los autores intelectuales que habían dirigido a Richard Reid, un terrorista británico conocido como el «terrorista del zapato», en su fallido intento de hacer estallar un avión en diciembre de 2001. Un grupo afiliado a al Qaeda secuestró a Pearl. Después de su secuestro hubo una creciente preocupación internacional y se lanzaron llamamientos que se intensificaron cuando el 30 de enero varios medios de comunicación recibieron un correo electrónico que contenía imágenes de Pearl con una pistola en la cabeza. Sus captores amenazaron con matarlo a menos que se le diera un mejor trato a los prisioneros detenidos en Guantánamo.
El 21 de febrero, los captores de Pearl emitieron un video confirmando que había sido asesinado por decapitación. Tres meses más tarde, su cuerpo mutilado fue recuperado de una tumba poco profunda.
Las autoridades de Pakistán no esperaron para detener a los secuestradores y, en julio de 2002, un tribunal antiterrorista en Karachi condenó a muerte al cabecilla del secuestro, y otras tres personas recibieron penas de 25 años. Sin embargo, existen sospechas de que una red más grande estaba involucrada.
En 2007, Mariane Pearl presentó una demanda contra miembros de Al-Qaeda, un banco con sede en Karachi, y una obra de caridad, por su presunta participación en el asesinato de su marido. Once años después del asesinato, nuevos sospechosos siguieron siendo detenidos, entre ellos un militante, en Karachi, en el año 2013.
La familia de Pearl estableció la Fundación Daniel Pearl, para promover «el respeto mutuo y el entendimiento entre las diversas culturas a través del periodismo, la música y el diálogo», celebrando y compartiendo las propias pasiones de Pearl. La Fundación ofrece becas para traer a periodistas de Oriente Medio y Asia del Sur a los EE.UU. para trabajar con periódicos americanos, programas de formación para jóvenes periodistas, un programa de conferencias, y un proyecto llamado World Music Day que reúne a músicos de todo el mundo.
Si los asesinos de Daniel Pearl intentaron infundir miedo y someter a otros, han por el contrario inspirado una fuerza para el bien. En 2011, el Instituto Internacional de la Prensa le concedió de manera póstuma el premio Héroe de la Libertad de Prensa Global.