Abdulhadi Al-Khawaja, prominente abogado de derechos humanos de Bahréin, pasó 12 años en el exilio defendiendo los derechos humanos en su tierra natal. Cuando regresó, fue condenado a cadena perpetua por inspirar a sus compañeros de Bahréin a hacer lo mismo.
El 20 de abril de 2012, 72 días después de su huelga de hambre, Abdulhadi al-Khawaja le pidió a su esposa que transmitiera el siguiente mensaje al pueblo de Bahréin. Si muero en las próximas 24 horas, le pido a la gente que continúe en el camino de la resistencia pacífica... No quiero que nadie sea herido en mi nombre.
A pesar que Abdhulhadi Al-Khawaja alcanzó prominencia internacional durante el levantamiento de Bahréin en 2011, su activismo comenzó mucho antes.
Como estudiante en Londres en los años 70, Al-Khawaja marchó en las protestas contra el arresto ilegal de ciudadanos en Bahréin. Su participación fue costosa. A muchos estudiantes, incluyendo Al-Khawaja, se les negó la renovación de sus pasaportes. En el verano de 1980, después de que otros manifestantes que regresaron a Bahréin fueran detenidos e interrogados bajo tortura y que su casa familiar haya sido saqueada, Al-Khawaja decidió quedarse y trabajar desde el extranjero.
En 1991, se le concedió asilo político en Dinamarca, donde estableció la Organización de Derechos Humanos de Bahréin, que obtuvo reconocimiento internacional por su papel en contribuir a cambios políticos positivos en Bahréin después de que un nuevo gobernante, Hamad ibn Isa Khalifa, asumiera el poder en 1999.
Al Khawaja regresó a Bahréin bajo una amnistía general en 2001, y fundó el Centro de Bahréin por los Derechos Humanos. De 2008 a 2011, se desempeñó como coordinador de protección de Medio Oriente y África del Norte para Front Line Defenders, una organización fundada en 2001 que protege a los defensores de derechos humanos en riesgo.
La larga y distinguida historia de activismo de Al-Khawaja se detuvo abruptamente el 9 de abril de 2011, cuando hombres enmascarados irrumpieron en la casa de su hija, lo atacaron y detuvieron. Fue juzgado con otros 20 bahreiníes acusados de «gestionar una organización terrorista» e «intentar derrocar al gobierno por la fuerza», y el 22 de junio de 2011 fue condenado a cadena perpetua en la notoria prisión de Jaw de Bahréin, de la cual han surgido alarmantes informes de tortura.
Desde septiembre de 2013, cuando el más alto tribunal de Bahréin confirmó su sentencia de cadena perpetua, la única forma de protesta a disposición de Al-Khawaja ha sido la huelga de hambre. Su primera huelga duró 110 días.
La familia de Al Khawaja continúa su trabajo. Su hija, Maryam Al-Khawaja, ha sido presidente en funciones del Centro de Bahréin por los Derechos Humanos durante los períodos de detención de Nabeel Rajab y habla frecuentemente frente a audiencias internacionales sobre los derechos humanos en Bahréin. Zainab Al-Khawaja, la hermana mayor de Maryam, ha sido detenida varias veces desde que se unió al movimiento de protesta en 2011.
Mientras tanto, las autoridades de Bahréin siguen atacando a Al-Khawaja incluso en prisión. En diciembre de 2017, le escribió al Ministerio del Interior quejándose de las condiciones en prisión. Según Maryam, los presos políticos fueron castigados colectivamente «debido a cosas que sucedían fuera de la prisión, o incluso fuera del país». Esto incluía confiscarles todos los libros, papeles, bolígrafos y apagarles el televisor.
Desde su encarcelamiento, varios grupos de derechos humanos han pedido en repetidas ocasiones su liberación, y han tenido lugar numerosas protestas fuera de Bahréin en apoyo del destacado activista. Sin embargo, a pesar de la solidaridad internacional que ha recibido el caso de Al Khawaja, esto no ha conmovido a las autoridades de Bahréin que siguen sin conceder su liberación.
En marzo de 2020, Bahréin excluyó a Al Khawaja y otros destacados defensores de los derechos humanos de su lista de 1.486 prisioneros, incluidos 300 prisioneros políticos, liberados en medio de la pandemia de COVID-19. A Al Khawaja también se le restringió su capacidad para comunicarse con su familia durante la pandemia y las autoridades penitenciarias le han negado arbitrariamente el tratamiento médico necesario.
Los grupos de derechos humanos han subrayado la urgencia de las condiciones médicas subyacentes de Al Khawaja, que se han visto agravadas por las prisiones insalubres de Bahréin, donde a los presos de conciencia se les niega habitualmente atención médica.
En enero de 2021, más de 100 grupos de derechos humanos firmaron una carta abierta a la primera ministra danesa Mette Frederiksen antes del décimo aniversario del encarcelamiento de Al Khawaja. En la carta se llamaba la atención sobre su necesidad de atención médica y se pedía a Dinamarca que ayudara a asegurar la liberación del ciudadano bahreiní-danés, y lo reuniera con su familia.
El 5 de abril de 2021, para conmemorar el cumpleaños número 60 de Al Khawaja, IFEX se unió a grupos de derechos humanos de todo el mundo para pedir a las autoridades de Bahréin que retiraran su cadena perpetua y lo liberaran incondicionalmente a él y a otros defensores de los derechos humanos.
Ilustración de Florian Nicolle