El informe surgió como respuesta a la grave ausencia de investigaciones y políticas que se concentren específicamente en los derechos de las personas LBQ+ y en la necesidad imperiosa de apoyar la labor de las activistas LBQ+.
Este artículo fue publicado originalmente en hrw.org el 14 de febrero de 2023.
Investigación en 26 países descubre matrimonios forzados, violaciones de derechos patrimoniales y violencia policial
En todo el mundo, mujeres lesbianas, bisexuales y queer (LBQ+) y personas no binarias son blanco de violencia perpetrada por agentes de las fuerzas de seguridad, familiares y otras personas, y son discriminadas en forma generalizada, lo que les impide construir relaciones, formar hogares y familias, señaló Human Rights Watch en un informe divulgado hoy.
El informe de 211 páginas, “This Is Why We Became Activists: Violence Against Lesbian, Bisexual, and Queer Women and Non-binary People”, (Por esto nos hicimos activistas: Violencia contra mujeres lesbianas, bisexuales y queer y contra personas no binarias), presenta una investigación sin precedentes sobre violencia y discriminación en 26 países. Human Rights Watch indagó más allá de la criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo y analizó de qué forma institutos y ordenamientos jurídicos sexistas y patriarcales, como la tutela masculina, las leyes sucesorias desiguales y la discriminación contra las mujeres solteras, violan los derechos de las personas LBQ+ y las colocan en una situación de gran desventaja en prácticamente todos los aspectos de su vida. Además de la violencia física y sexual ejercida por familiares, fuerzas de seguridad y otras personas, las personas LBQ+ enfrentan discriminación en el trabajo, en los derechos a la tierra y de propiedad, en los servicios de fertilidad, en cuestiones de migración y reasentamiento, y en un acceso desigual a la justicia.
“Las mujeres lesbianas, bisexuales y queer son reconocidas por liderar luchas de derechos humanos en todo el mundo”, manifestó Erin Kilbride, investigadora sobre derechos de las personas LGBT y de las mujeres de Human Rights Watch y autora del informe. “Sin embargo, pocas veces se documenta la magnitud de la violencia brutal, la discriminación legal y el acoso sexual que estas comunidades enfrentan”.
El informe surgió como respuesta a la grave ausencia de investigaciones y políticas que se concentren específicamente en los derechos de las personas LBQ+ y en la necesidad imperiosa de apoyar la labor de las activistas LBQ+. Human Rights Watch entrevistó a 66 personas LBQ+ para el informe, en su mayoría defensoras de derechos humanos que trabajan en el ámbito local o nacional.
Human Rights Watch identificó 10 áreas clave en las que se cometen violaciones de derechos y en las que se precisan investigaciones, financiamiento y reformas de políticas de inmediato. Entre ellas se incluyen los matrimonios forzados o coaccionados con hombres; derechos laborales y violencia sexual en el trabajo; violencia ejercida por las fuerzas de seguridad contra mujeres con apariencia masculina; desigualdad en los derechos de propiedad, sucesorios y sobre la tierra; restricciones legales a la circulación de mujeres y ataques violentos contra parejas LBQ+ en público; derechos parentales y acceso a tratamientos de fertilidad; acceso a servicios de salud sexual, reproductiva y mental; agresión sexual y atención de seguimiento; obstáculos al asilo; acceso a la justicia; y ataques contra quienes definenden los derechos humanos de las personas LBQ+.
Según datos del Banco Mundial, en el 40 % de los países de todo el mundo, las mujeres no pueden acceder de manera equitativa al derecho a ser propietarias de bienes o de arrendarlos, administrarlos o heredarlos. Esto representa un obstáculo económico y legal muchas veces insuperable para las parejas LBQ+, concluyó Human Rights Watch. Los ordenamientos jurídicos que exigen que las mujeres obtengan el permiso de un tutor masculino para arrendar un departamento o que dan prioridad a los hijos varones en la sucesión de tierras, suelen implicar que ninguna de las personas que conforman una pareja LBQ+ puede arrendar o heredar una vivienda, ni ser propietaria de ella.
Algunas violaciones comunes de los derechos patrimoniales de las mujeres son el matrimonio forzado de mujeres LBQ+ con un hombre para que puedan acceder a tierras y propiedades, lo que contribuye a prácticas de matrimonio coercitivas e impide a las personas LBQ+ que se divorcian de sus esposos o que enviudan iniciar con posterioridad nuevas relaciones LBQ+ de manera económicamente viable. Una activista LBQ+ en Kirguistán, a quien obligaron a contraer matrimonio con un hombre a los 19 años, le contó a Human Rights Watch: “No hay lugar para la libertad si no te casas [con un hombre]”.
Muchas personas entrevistadas afirmaron que las personas LBQ+ que tienen aspecto masculino se enfrentan a una vida de marginación económica, discriminación y acoso laboral, abuso psicológico y violencia física y sexual, y a ser perseguidas por las fuerzas de seguridad. Activistas LBQ+ en Argentina, El Salvador y Kirguistán aseveraron que, en general, las personas LBQ+ que presentan un aspecto masculino en sus comunidades tuvieron que conseguir trabajos precarios donde las prácticas relativas a los derechos laborales eran deficientes (trabajo agrícola, trabajo sexual o talleres mecánicos, respectivamente) o en ámbitos dominados por hombres, donde sufrieron abusos físicos y sexuales.
“Muchas de nosotras nos convertimos en trabajadoras sexuales [debido a la discriminación en la contratación que existía en otros ámbitos]”, comentó una defensora de personas lesbianas y trabajadores sexuales en El Salvador. “Sin embargo, cuando la policía allanaba burdeles y hogares, las lesbianas de aspecto masculino eran tratadas ‘como hombres’. Es decir, se las esposaba con más fuerza, se las hacía arrodillar y se las obligaba a quitarse las camisetas”.
Los ataques en público contra personas y parejas LBQ+ con un aspecto más femenino también obligan a esas personas a limitar sus movimientos. Human Rights Watch reunió descripciones de parejas LBQ+ que fueron asesinadas, violadas sexualmente o agredidas de forma brutal. Según Human Rights Watch, esta violencia obliga a las mujeres LBQ+ a “autovigilar” sus movimientos por temor a salir de casa con sus parejas.
La impunidad por delitos violentos contra personas LBQ+ es casi total. En abril de 2022, se halló asesinada a una persona lesbiana no binaria de 25 años, Sheila Adhiambo Lumumba, con el cuerpo desnudo, en su cuarto en Karatina, al norte de Nairobi. Un examen posmórtem que Human Rights Watch pudo consultar reveló que Lumumba había sido agredida sexualmente, que la habían golpeado con un objeto contundente y que le habían apuñalado el torso, el rostro, el cuello y los ojos. En las cuatro semanas posteriores al homicidio, la policía keniata no investigó el caso debidamente, por lo que amigos y familiares de Sheila debieron reunir pruebas y grabaciones de video de CCTV.
Las autoridades gubernamentales deberían llevar adelante investigaciones exhaustivas y transparentes de los señalamientos de violencia contra personas y parejas LBQ+, y formular leyes, políticas y protocolos que protejan de manera explícita los derechos de las mujeres LBQ+ y de las personas no binarias. Las autoridades también deberían reformar los sistemas de control patriarcales, incluidas las leyes, políticas y prácticas sobre tutela masculina; las leyes discriminatorias sobre patrimonio y herencia; y otras restricciones relativas a la autonomía, los movimientos y las libertades de las mujeres, que limitan la posibilidad de las personas LBQ+ de gozar de derechos LGBT más tradicionalmente conceptualizados, como el matrimonio igualitario o la despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo.
Los donantes deberían financiar movimientos dirigidos por personas LBQ+ que promueven los derechos ambientales, a la tierra, de los pueblos indígenas, de migrantes y de las personas con discapacidad, así como a organizaciones y colectivos que trabajan específicamente por los derechos de las personas LBQ+. También deberían financiar investigaciones sobre la marginación económica de las personas LBQ+ e investigaciones que aborden, en especial, de qué forma las restricciones fundamentales sobre la autonomía de las mujeres impactan en las mujeres LBQ+ de maneras violentas singulares.
“Las activistas LBQ+ conocen muy bien la violencia que experimentan sus comunidades”, dijo Kilbride. “Con este informe, planteamos a los gobiernos y donantes medidas concretas que pueden adoptar, comenzando por la visibilización, el financiamiento y la protección de los movimientos LBQ+”.