Una serie de noticias sobre la corrupción gubernamental es seguida por un sorprendente aviso, entregado por mensajeros en motocicleta, informando a los empleados de periódicos de la oposición que ya no tienen trabajo.
El fin de semana pasado, los empleados de Népszabadság se disponían a regresar a sus oficinas recientemente renovadas. Habían empacó sus computadoras el 7 de octubre de 2016, y se les prometió una celebración – con pizza – en su nuevo espacio de trabajo el 9 de octubre.
En su lugar, el día antes de que fueran a regresar, mensajeros en motocicleta llegaron a sus casas con una noticia: Népszabadság había sido cerrado. Los periodistas seguirían recibiendo sus salarios, pero ya no estaban autorizados para hacer su trabajo. A los empleados no se les permitió entrar en su edificio de oficinas; el acceso al correo electrónico y plataformas editoriales había sido revocado; y su sitio web, nol.hu, también había sido cerrado.
Los editores de Népszabadság, Mediaworks, atribuyen el cierre puramente a las finanzas, afirmando que el diaro estaba generando «una pérdida neta considerable» en 2016 y que en los últimos 10 años, la circulación se había reducido en un 74 por ciento. El 10 de octubre, el editor en jefe de Népszabadság, András Murányi, dijo que el diario sería vendido.
Pero los críticos de la oposición y miembros de los medios de comunicación independientes sospechan que los motivos son mucho más que el dinero.
«La forma en que se llevó a cabo plantea motivos de preocupación – sin transparencia, sin el debido proceso», dijo a The Associated Press Dunja Mijatovic, representante de libertad de medios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. «Es difícil de creer que esto es sólo un simple movimiento de negocios. Todo esto me parece algo que es definitivamente más dañino a la libertad de prensa en Hungría.»
El miembro de IFEX Unión de Libertades Civiles de Hungría (HCLU) dice que la decisión de cerrar Népszabadság sigue inmediatamente a su publicación de artículos sobre los escándalos de corrupción, entre ellos uno sobre las conexiones del gobernador del Banco Central con funcionarios del gobierno, y un informe sobre viajes de lujo del ministro Antal Rogan en una helicóptero privado.
Népszabadság ha sido igualmente vocal en otras cuestiones relacionadas con el gobierno de derecha del primer ministro Viktor Orbán, habiéndose recientemente opuesto al referéndum de Hungría sobre los refugiados.
Steven M. Ellis, el Director de Promoción y Comunicaciones para el Instituto Internacional de Prensa (IPI), dice que si el periódico se vende, será «parte de un patrón por el cual los intereses comerciales se alinean estrechamente con el partido Fidesz del primer ministro Orbán que ha adquirido publicaciones en un esfuerzo por ampliar el control gubernamental de los medios de comunicación húngaros».
Si Népszabadság es en efecto adquirido por intereses comerciales cercanos al gobierno, Reporteros sin Fronteras (RSF) ha declarado que «confirmaría el creciente dominio del primer ministro de los medios de comunicación de Hungría.»
En la tarde del 8 de octubre, aproximadamente 2000 personas asistieron a una manifestación fuera del Parlamento para protestar por el cierre de Népszabadság. IPI informa que algunos manifestantes encendieron una fogata utilizando copias del diario progubernamental Magyar Idök.
Desde que el partido de Viktor Orbán, Fidesz, llegó al poder en 2010, sus aliados han comprado numerosas publicaciones impresas y en línea, así como estaciones de radio y televisión. De acuerdo con The New York Times, estas plataformas han adoptado posiciones puramente a favor del gobierno.
«Si quieres vivir en democracia hay que pagar un precio y hay que oír voces diferentes, críticas», dijo Mijatovic. «Por el momento, esas voces están desapareciendo en Hungría y creo que esto es extremadamente peligroso.»
HCLU informa que el domingo, la gerencia de Népszabadság invitó a representantes de los trabajadores para discutir el cierre, pero no permitió que su abogado asistiera, alegando que la presencia del abogado «socavaría la confianza» entre las partes.
Los empleados afirmaron que no continuarían la negociación sin su abogado.
«Es muy problemático que los periodistas de Népszabadság no puedan acceder a sus archivos, terminar sus artículos en curso, mientras que la protección de sus fuentes está en peligro», dijo Dalma Dojcsák, jefe del Programa de Libertad de Expresión del HCLU.
Hungría está clasificada como «parcialmente libre» en el Informe de Libertad de Prensa 2016 de Freedom House. El país está en el puesto 67º entre 180 países en el mundo en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2016 de RSF, habiendo caído 48 lugares en tan sólo cinco años.