Amenazas, insultos y agresiones ahora forman parte de los "riesgos del oficio" periodístico en muchos países.
Este artículo fue publicado originalmente en rsf.org el 18 de abril de 2019.
La edición 2019 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada por Reporteros sin Fronteras (RSF) muestra que el odio a los periodistas degenera en violencia, lo que hace que aumente el miedo. Sigue reduciéndose el número de países que se considera seguros -aquellos en los que los periodistas pueden ejercer su oficio sin correr peligro-, mientras que crece el control que ejercen los regímenes autoritarios en los medios de comunicación.
La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, que evalúa cada año la situación del periodismo en 180 países y territorios, revela la instauración de una mecánica de miedo muy perjudicial para el ejercicio del periodismo. La hostilidad hacia los periodistas, incluso el odio transmitido por dirigentes políticos en numerosos países, ha dado lugar a actos de violencia cada vez más graves y frecuentes, incrementado así los peligros que enfrenta la prensa y provocando un grado de miedo inédito en algunos lugares.
«Si el debate político cae subrepticia o manifiestamente en un ambiente de guerra civil, en el que los periodistas se vuelven víctimas expiatorias, los modelos democráticos están en gran peligro», advirtió Christophe Deloire, Secretario General de RSF. «Para las mujeres y los hombres de buena voluntad, comprometidos con las libertades adquiridas a lo largo de la historia, es urgente acabar con esta mecánica de miedo», añadió.
En la Clasificación 2019, Noruega conserva el primer lugar por tercer año consecutivo, mientras que Finlandia (+2) ocupa el segundo, superando a los Países Bajos (4º, -1), donde dos periodistas especializados en el tema del crimen organizado deben vivir bajo protección policíaca permanente. Por su parte, Suecia (3º) descendió una posición debido al recrudecimiento del ciberacoso. Hay buenas noticias en el continente africano: Etiopía (110º, +40) y Gambia (92º, +30) registraron avances significativos.
Algunos regímenes autoritarios descienden en la Clasificación. Es el caso de Venezuela (148º, -5), donde los periodistas se enfrentan a las detenciones y los actos de violencia de las fuerzas del orden. También el de Rusia (149º, -1), donde el gobierno incrementó las presiones que ejerce en los medios de comunicación independientes y su control de internet, valiéndose de detenciones, registros arbitrarios y leyes liberticidas. Vietnam (176º), seguida de China (177º, -1), también pierde una posición. En el Cuerno de África, Eritrea permanece en el antepenúltimo lugar (178º), a pesar del acuerdo de paz que firmó con Etiopía. Mientras que Turkmenistán (180º, -2) ahora ocupa el último lugar de la Clasificación, en lugar de Corea del Norte (179º, +1).
Sólo 24% de los 180 países y territorios registran una situación «buena» (zona blanca) o «más bien buena» (zona amarilla); el año anterior era 26%. En Estados Unidos (48º) se registra un clima aún más hostil, más allá de las agresiones verbales de Donald Trump contra la prensa, por lo que el país desciende tres lugares en 2019 y se ubica en la zona «naranja», lo que indica que la situación es problemática. Nunca los periodistas estadounidenses habían recibido tantas amenazas de muerte ni habían tenido que recurrir a empresas privadas para garantizar su seguridad. La aversión a los medios de comunicación es tanta, que un hombre disparó a los trabajadores de The Capital Gazette, de Annapolis, Maryland, asesinando a cinco de ellos. Antes de cometer el crimen, el asesino había expresado abiertamente en las redes sociales su odio a este diario local.
Amenazas, insultos y agresiones ahora forman parte de los «riesgos del oficio» periodístico en muchos países. En India (140º, -2), quienes critican la ideología del nacionalismo hindú son calificados de «antinacionalistas» en campañas de ciberacoso; seis periodistas fueron asesinados en 2018. En Brasil (105º, -3), desde la campaña electoral, la prensa se convirtió en blanco de los partidarios de Jair Bolsonaro, tanto en el ámbito virtual como en el físico.
La valentía de los periodistas de investigación perseguidos
En este ambiente de hostilidad generalizada, se requiere de valor para seguir investigando la corrupción, la evasión fiscal y al crimen organizado. En Italia (43º, +3), el Ministro del Interior, Matteo Salvini, amenazó con quitarle la protección policíaca al periodista Roberto Saviano por sus críticas a la política migratoria italiana. A esto se suma el hecho de que, en todo el mundo, en particular en Argelia (141º, -5) y Croacia (64º, +5), los medios de comunicación y los periodistas se enfrentan a un creciente acoso judicial.
En países como Francia y Malta (77º, -12) se emprenden procesos judiciales «mordaza» contra periodistas de investigación, a fin de agotar sus recursos financieros, incluso de que sean encarcelados. También es el caso de Polonia (59º, -1), donde los periodistas del diario Gazeta Wyborcza podrían ser condenados a penas de prisión por haber cuestionado a un dirigente político implicado en el caso de una edificación que provocó polémica. Asimismo, en Bulgaria (111º) la policía detuvo a dos periodistas independientes cuando investigaban el desvío de fondos europeos. Además de las presiones judiciales, los periodistas de investigación se enfrentan a múltiples tipos de intimidaciones cuanto su trabajo saca a la luz irregularidades o casos de malversación. En Serbia (90º, -14) incendiaron la casa de un reportero. En otros países, como Malta, Eslovaquia (35º, -8), México (144º, +3) y Ghana (27º, -4), los periodistas son asesinados a sangre fría.
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RSF