Este es el primer artículo de una serie de cuatro que tratará sobre los hombres y mujeres que iluminan algunas de las regiones más oscuras de Siria, corriendo a menudo un gran riesgo personal.
El conflicto sirio se ha estado librando desde hace más de cuatro años. Lo que comenzó como un enfrentamiento entre el régimen de Bashar al-Assad y manifestantes sirios, pronto se convirtió en una guerra en la que más de 70 grupos rebeldes luchan unos contra otros, fuerzas del régimen y grupos armados afiliados al régimen, así como una organización terrorista que ha logrado sembrar el miedo en los corazones de las personas alejadas del propio conflicto.
Ahora, más que nunca, la historia de una guerra tan complicada como ésta tiene que ser contada de una manera responsable, equilibrada y digna. Pero en el transcurso del conflicto, este proceso también ha experimentado un cambio drástico. Donde alguna vez, experimentados corresponsales de guerra internacionales podían dar testimonio de los acontecimientos que tenían lugar in situ, en la actualidad sólo aquellos que tienen un interés personal en la reconstrucción del país están dispuestos a arriesgar sus vidas no sólo para conseguir noticias sino también para darle voz a los sirios que están adentro.
En más de cuatro años de conflicto, Siria se ha convertido en un cementerio tanto para los periodistas internacionales como los locales. Según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), al menos 86 periodistas han sido asesinados desde 2011. Más de 90 periodistas han sido secuestrados en el país desde que comenzó el conflicto, y aproximadamente 25 se encuentran actualmente desaparecidos. Ahora, la mayoría de las organizaciones de noticias importantes se niegan a enviar a su personal al conflicto, los trabajadores independientes internacionales consideran el país demasiado peligroso para aventurarse en el mismo, y los periodistas locales, como la mayoría de los ciudadanos, están eligiendo buscar asilo en otros lugares.
A pesar de estos desarrollos, la información sigue estando disponible de manera abrumadora. El mundo sigue recibiendo imágenes del sufrimiento, esta vez capturada por sirios comunes, sin formación en periodismo. De Siria sale información en forma cruda, sin contexto, gratis para el uso y el mal uso de todos los interesados en la guerra. Sin embargo, esta nueva generación de periodistas ciudadanos ha estado desarrollando cada vez más sus habilidades, conocimientos y plataformas de comunicación.
«Nunca en la historia de Siria, el paisaje de medios ha sido tan rico y diversificado: redes de periodistas ciudadanos, periódicos en línea e impresos, sitios web de noticias, revistas, grupos de Facebook, radios, blogueros individuales y net-activistas, canales de televisión, agregadores web: todos contribuyen a la conformación de un espacio increíblemente vital y pluralista para el intercambio de datos y opiniones. A pesar de la fragilidad y las difíciles condiciones que caracterizan a este entorno cultural, es aquí también donde se enmarca y negocia la idea de una Siria futura», escribió Enrico De Angelis para openDemocracy, una revista electrónica que se ha asociado con el proyecto de medios digitales independiente Syria Untold , para archivar y proporcionar un contexto para el aluvión de información que sale de Siria.
En noviembre de 2015, IFEX habló con personas que trabajan en cuatro colectivos sirios independientes que operan de forma anónima en el país devastado por la guerra, para averiguar lo que los motiva a seguir adelante a pesar de los graves y a menudo fatales riesgos asociados. Cada uno de los cuatro colectivos ha perdido al menos a uno de sus miembros en la guerra.
Comenzamos con los que operan en una de las ciudades más vulnerables hoy en día en Siria: la ciudad norteña de Raqqa, capturada en enero de 2014 y apodada capital del autoproclamado Estado Islámico, ampliamente conocido como Daesh en el mundo árabe. En los próximos días, estaremos presentando otros tres grupos que trabajan documentando la vida en su tierra devastada por la guerra.
Parte 1: Raqqa está siendo silenciosamente sacrificada (@Raqqa_SL)
Lo que la comunidad internacional sabe sobre la vida en Raqqa bajo el gobierno brutalmente opresivo de Daesh, lo sabe gracias al valiente trabajo de los activistas anónimos que conforman el grupo Raqqa está siendo silenciosamente sacrificada (RBSS por su sigla en inglés), recientemente galardonado por el Comité para la Protección de los Periodistas con el Premio Internacional de Libertad de Prensa.
En abril de 2014, cuatro meses después de que la ciudad cayera frente al grupo militante, 17 activistas y nativos de Raqqa – hombres y mujeres que se habían levantado contra el régimen de Assad sólo para luego encontrarse bajo el brutal dominio de otro – se reunieron y decidieron documentar la vida bajo Daesh. En ese momento, Raqqa había pasado de una ciudad siria normal donde los niños iban a la escuela, los cristianos y los musulmanes vivían lado a lado, y las mujeres trabajaban en oficinas, clínicas y restaurantes, a una ciudad envuelta en negro – para que coincida con la funesta bandera del grupo militante. Los activistas del RBSS comenzaron a usar sus teléfonos celulares para grabar y difundir videos e imágenes de azotes públicos, decapitaciones, abuso sexual, y otras instancias de la opresión.
Pocas semanas después de lanzamiento, Daesh había apodado el grupo «enemigo de Dios» y trató de castigar a cualquiera y a todos aquellos que se consideraban afiliados al mismo. Poco después, RBSS fue testigo de la muerte de uno de sus miembros fundadores.
Al-Moutaz Bellah Ibrahim, de 21 años, fue secuestrado y retenido por Daesh durante tres semanas antes de ser ejecutado en una plaza pública en Raqqa. Conmocionados y entristecidos, pero negándose a darse por vencidos, sus colegas decidieron reforzar y además asegurar sus medios de comunicación. Algunos abandonaron la ciudad y se fueron a Turquía y a otros países de Europa, y se hicieron cargo en gran medida del aspecto del trabajo relacionado con los medios sociales. Otros permanecieron en el terreno y encontraron maneras de suministrar secretamente información a sus colegas en el exterior, y a su vez, al resto del mundo, con un flujo constante de noticias sobre la guerra.
RBSS cuenta ahora con alrededor de 44.000 ávidos seguidores en Twitter y un poco menos de 200.000 en Facebook. Diversas organizaciones internacionales de medios de comunicación dependen de ellos para obtener informes de primera mano sobre la vida cotidiana dentro de una ciudad donde la mayoría de la gente vive temiendo tanto la ira de Daesh como los ataques aéreos indiscriminados de la coalición liderada por Estados Unidos en contra de ella. IFEX se acercó a Tim Ramadan (no es su nombre real), quien ahora vive en Urfa y se ocupa de algunas de las operaciones del grupo desde allí.
¿Qué lo hace seguir adelante?
Los hombres juegan al ajedrez en frente de un edificio dañado en el pueblo de Maaret al-Naaman, controlado por los rebeldes, en la provincia de Idlib, Siria, 19 octubre 2015Reuters/Khalil Ashawi
Luchadores militantes de Daesh ondeando banderas, viajan en vehículos, mientras participando en un desfile militar por las calles de la provincial norte Raqqa, Siria, 30 junio 2014Reuters/Stringer