Esta es la segunda parte de una serie de cuatro partes sobre los hombres y mujeres que iluminan algunas de las regiones más oscuras de Siria, corriendo a menudo un gran riesgo personal. Haga clic aquí para leer la primera entrega.
Segunda parte: Eye on the Homeland (@aenalwatn)
El 30 de octubre de 2015, dos sirios fueron encontrados muertos en un apartamento en la ciudad turca de Urfa, cerca de la frontera con Siria. Sus nombres eran Ibrahim Abd al-Qader y Fares Hamadi, y ambos trabajaban para un colectivo de medios sirio independiente con sede en Urfa llamado Eye on the Homeland (Ojo en la Patria).
Al igual que el grupo anónimo Raqqa está siendo silenciosamente sacrificada (RBSS), sobre el cual hablamos en la primera entrega de esta serie aquí, Ojo en la Patria nació de la revolución siria e hizo una fuerte campaña tanto contra Daesh como contra el régimen de Assad. Mientras que ellos también empezaron informando desde Raqqa, su página web declara que ahora cuentan con activistas anónimos que informan desde casi todas las ciudades en Siria, ya sean controladas por los rebeldes o por las fuerzas del régimen.
Los puntos en común de los dos colectivos son aún más profundos. Además de ser el director ejecutivo de Ojo en la Patria, Ibrahim Abd al-Qader, de 20 años, también fue de los primeros miembros de RBSS, y ambas organizaciones lloraron su muerte públicamente.
No pasó mucho tiempo antes de que Daesh se atribuyera la responsabilidad por el asesinato de los jóvenes, lo que indica que su alcance sobrepasa mucho más allá de las fronteras de Siria.
En conversación con IFEX, Ahmed, uno de los fundadores de los Ojo en la Patria y hermano de Abd al-Qader, habló de las amenazas de muerte incesantes que él y su familia recibieron a raíz del asesinato. «Desde el día que murió, y hasta este momento, las amenazas nos están cayendo encima», dijo. «Cada minuto, una amenaza de muerte.»
Ojo en la Patria busca no sólo informar a la comunidad internacional de los acontecimientos que se desarrollan en Siria a través de su sitio web y los medios de comunicación social, pero también mantener informados a los que viven en Siria. Como muchas áreas en Siria pueden pasar semanas sin electricidad, el colectivo distribuye copias impresas de su boletín quincenal a las áreas en Siria a las que puedan acceder, a menudo corriendo un gran riesgo personal.
Las cuentas en los medios sociales de Ojo en la Patria estuvieron silenciosas durante una semana después de que se encontraron los jóvenes muertos. La gente se preguntaba si habían cerrado, si los asesinatos los habían obligado a retirarse. Pero Ahmed no tenía intención de renunciar. Fue a Facebook para tranquilizar a sus amigos y seguidores. «No voy a renunciar. Ojo en la Patria está aquí para quedarse, y para crecer. Nuestro boletín se publicará en la fecha prevista».