Un oficial de la policía afgana ha sido declarado culpable de la muerte de la fotógrafa de AP Anja Niedringhaus y de herir a la corresponsal de AP Kathy Gannon, lo que cautelosamente se considera como un paso adelante en la lucha contra la impunidad en Afganistán.
El martes 22 julio de 2014, un tribunal de Kabul condenó y sentenció a muerte a un policía afgano acusado de matar la internacionalmente aclamada fotógrafa de Associated Press Anja Niedringhaus así como de herir a la experimentada corresponsal de AP Kathy Gannon. El fallo, que fue anunciado el día siguiente y ocurrió luego de una investigación de tres meses del ataque de abril, es el primer paso en el camino legal hacia una condena y sentencia final, que podría no llegar hasta unos cuantos años.
AP informó que los seis jueces del Tribunal de Distrito de Kabul encontraron al ex comandante de la unidad de la policía afgana Naqibullah culpable de asesinato y traición. También lo condenaron a cuatro años de prisión por disparar y herir a Gannon.
Testigos y cuentas oficiales sugirieron que el tiroteo no fue planeado. En los tribunales, Naqibullah no dio una razón por la que disparó. El abogado defensor de Naqibullah argumentó que no estaba mentalmente estable, pero esto fue rechazado por los jueces. Las afirmaciones de los jueces según las cuales Naqibullah había viajado a Pakistán para ser entrenado por extremistas, fueron negadas por el acusado, quien afirmó que sólo había recibido atención médica mientras estuvo allí.
El ataque tuvo lugar en la víspera de las elecciones presidenciales
El 4 de abril, Naqibullah disparó sobre la fotógrafa y su colega Gannon, mientras estaban sentadas en la parte trasera de un coche en la ciudad sudoriental de Khost. Ambas estaban allí para cubrir las elecciones.
Apenas unos días antes, el 2 de abril, Reporteros sin Fronteras había hecho un llamamiento con el fin de reforzar las medidas para proteger a los periodistas y prevenir riesgos. En un informe anterior, RSF había evaluado la situación de la libertad de información en la víspera de la elección, haciendo hincapié en las incertidumbres y peligros a los que los medios de comunicación locales están expuestos considerando que se acercaba la retirada de las tropas extranjeras.
El tiroteo destacó el peligro omnipresente para los periodistas en algunas regiones de Afganistán. «A medida que aumenta la violencia preelectoral, Afganistán se ha convertido en una misión peligrosa a la par de la guerra en Irak o la situación actual en Siria», dijo Bob Dietz, coordinador del programa de Asia por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), después de la ataque.
Niedringhaus y Gannon eran supuestamente conscientes y estaban preocupadas por la tensa situación política en Afganistán y los frecuentes ataques contra los periodistas que trabajan en el país. El último mensaje en la cuenta de Twitter de Niedringhaus hizo referencia a la muerte a tiros del periodista afgano Sardar Ahmad en un hotel en Kabul en marzo de 2014.
Reacciones frente a la convicción del oficial
El Centro de Periodistas de Afganistán (AFJC) acogió con beneplácito la condena y sentencia de Naqibullah como un signo prometedor en el camino por restablecer la justicia en Afganistán.
De acuerdo a los registros del AFJC, hasta 45 periodistas fueron asesinados en Afganistán desde 1993, 28 en ataques dirigidos y otros 17 en enfrentamientos y explosiones. Este es sólo el tercer caso de violencia contra un periodista afgano que ha dado lugar a una condena, dice el AFJC.
Aunque sus estimaciones sobre el número de periodistas asesinados son diferentes, CPJ está de acuerdo en decir que la impunidad reina en la mayoría de los casos. «Aun cuando el CPJ no se alegra de las condenas a muerte, el hecho de que la justicia se haya dictado en este caso debe ser un motivo de celebración», señaló Dietz. Pero no lo es, agregó, dada la pérdida de Niedringhaus, las lesiones sufridas por Gannon y las continuas preocupaciones por la seguridad de los periodistas en Afganistán. Las muertes de periodistas en Afganistán tienen de excepcional que tantas víctimas son extranjeras y no de medios de comunicación locales – un patrón contrario en casi todo el resto del mundo.
Dietz también comentó sobre las circunstancias propias de los disparos de Khost, donde las periodistas viajaban bajo la protección de las fuerzas afganas y el ataque tuvo lugar frente a una comisaría. Recuerda haber discutido de equipo de protección con Gannon, pero añade este grave pensamiento, «es difícil imaginar que tanto Gannon como Niedringhaus hubieran podido escapar de lesiones graves, no importa qué tipo de protección usaran.»
Mientras tanto, la elección presidencial que supuestamente remplazaría a Karzai se mantiene en suspenso dado que continúa una auditoría de las elecciones supervisada internacionalmente. La auditoría se produce en un momento crítico para el país – y los medios de comunicación – cuando la misión de combate de la comunidad internacional pierde potencia y la ayuda externa disminuye.