Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de 2010, los miembros del Grupo de Vigilancia de Túnez y el Grupo de Trabajo de Género de IFEX llaman atención sobre las violaciones actuales de los derechos de la mujer en Túnez.
(IFEX-TMG) – Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de 2010, los miembros del Grupo de Vigilancia de Túnez y el Grupo de Trabajo de Género de IFEX llaman atención sobre las violaciones actuales de los derechos de la mujer en Túnez:
Sra. Navanethem Pillay, Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas
Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas
Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas
Palacio de las Naciones
CH-1211 Ginebra 10
Suiza
8 de marzo de 2010
Estimada Sra. Navanethem Pillay,
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de 2010, los miembros del Grupo de Vigilancia de Túnez (TMG), una coalición de 20 miembros de la Red del Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX) y miembros del Grupo de Trabajo de Género de IFEX, desean llamar su atención sobre la difamación y el abuso sufrido por la mujeres periodistas y activistas en Túnez. Aún teniendo Túnez una larga historia de promoción de los derechos de las mujeres desde que estos fueron consagrados en el Código de Estatus Personal en 1956 y luego por la Constitución de 1959 durante el reinado del Presidente Habib Bourguiba, el actual Presidente Zine El Abidine Ben Ali, no los ha ratificado desde el golpe de Estado sin derramamiento de sangre que lo pusiera al poder en noviembre de 1987.
Estamos preocupados por las violaciones actuales de los derechos de las mujeres, como ponen de relieve los siguientes ejemplos. Desde diciembre de 2008, los periódicos y sitios web a favor del gobierno han arremetido cada vez más contra periodistas críticos reconocidos, defensores de los derechos humanos y sus familiares con campañas de difamación e insultos, que son particularmente degradantes para las mujeres. Las campañas de difamación incluyen la representación de las mujeres en los periódicos y sitios web apoyados por el gobierno como «pervertidas sexuales», «prostitutas» y «traidoras pagas por gobiernos o grupos extranjeros.» Artículos difamatorios son publicados, a menudo con una regularidad diaria, apuntando a mujeres específicas. El gobierno ha también orquestado la distribución de videocasetes y Dvds fabricados con el objetivo de humillar a estas mujeres y sus familias.
Las mujeres difamadas en los medios pro-gubernamentales incluyen a las periodistas Sihem Bensedrine y Naziha Réjiba (también conocida como Um Ziad), ambas pertenecientes al grupo miembro de IFEX Observatoire de la Liberté de la Presse, de L’Edition et de la Création (OLPEC). En los medios del gobierno, Bensedrine es frecuentemente calificada como una «prostituta» que ha recolectado casi un millón de Euros de donantes para uso personal. Desde comienzos del 2009, ella ha sido maltratada y revisada múltiples veces al cruzar la frontera de Túnez así como torturada en prisión en el 2000 y el 2001. Réjiba ha sido blanco de ataques por casi veinte años, desde que comenzó a publicar artículos críticos sobre Ben Ali. Las dos mujeres publican en línea el diario de noticias independiente «Kalima», que está bloqueado en Túnez. Sus teléfonos y sus hogares son monitoreados y ellas son constantemente seguidas por policías de civil.
Las tácticas de difamación son parte del interminable ciclo de acoso que ha escalado desde la elección en octubre del Presidente Ben Ali por un quinto término. Los insultos tomaron un giro más siniestro en diciembre del 2009, cuando estos medios comenzaron a acusar a los periodistas y activistas de ser «agentes de Israel», y llamaron a lincharlos públicamente.
Muchos de aquellos que son constantemente acosados, incluyendo a Bensedrine, Réjiba y Radhia Nasraoui quién es un destacado abogado de derechos humanos y presidente de la Asociación Tunecina por el Combate de la Tortura en Túnez (Tunisian Association for Combating Torture in Tunisia), emitieron una declaración pública en julio del 2009 acusando al Ministro del Interior de estar detrás de estas campañas de difamación. En muchos casos se han presentado reclamos legales en contra de estos medios, sin resultados.
Una de las campañas de difamación más desagradable fue lanzada en junio de 2009 contra el abogado de derechos humanos y ex-prisionero político Mohamed Abbou y su esposa Samia, una defensora de los derechos humanos. Durante la encarcelación de Abbou desde marzo de 2005 a julio de 2007, su esposa e hijos fueron acosados por la policía. Samia Abbou ha sido seguida por agentes encubiertos desde que su marido fue detenido y ha sido objeto de golpes e insultos. Su hogar familiar permanece bajo vigilancia policial regular, aún cuando Mohamed Abbou está de viaje. Samia Abbou y la activista de los derechos humanos Fatma Ksila fueron golpeadas por la policía en febrero de 2008.
La Agencia estatal Tunecina de Comunicación Externa toma parte de las difamaciones al poner anuncios públicos en los periódicos pro-gobiernos como «Al Hadath», «Kull Ennass», «Echourouq» y «Essarih» así como respaldando sitios web que se especializan en insultar a los críticos del gobierno.
Mujeres vocales son frecuentemente objeto de persecuciones diseñadas para disuadirlas de llevar a cabo su trabajo. La periodista Faten Hamdi de Radio Kalima, fue golpeada en la cara por agentes de la policía cuando estaba entrevistando a un estudiante en febrero de 2010. Hamdi logró escapar de la policía, pero la mujer entrevistada fue llevada a la comisaría de policía antes de ser liberada. Hamdi fue también asaltada por la policía en noviembre de 2008, y fue amenazada con prisión durante la redada de la policía a Radio Kalima a comienzos del 2009.
La bloguera Fatma Riahi (que bloguea bajo el nombre Fatma Arabbica) fue arrestada y ha sido blanco de la policía en noviembre de 2009. Su blog, así como otros blogs críticos han sido repetidamente censurados y su laptop ha sido confiscada.
Nejiba Hamrouni y Soukaina Abd Samad, dos miembros de la directiva del sindicato nacional de periodistas tunecinos, son regularmente blancos de ataques. A Abd Samad se le impidió desarrollar sus funciones como secretaria general de la Unión luego del golpe por parte de periodistas del gobierno que ocurrió en la Unión en agosto de 2009. Hamrouni fue presionada en su trabajo e interrogada en repetidas ocasiones por las autoridades.
Entre las mujeres abogadas, Nasraoui ha sido objeto de restricciones para viajar y acosos constantes, incluyendo el hecho de tener su hogar rodeado por la policía. Otras mujeres abogadas también han sido maltratadas, como Imen Triki, que fue acosada física y verbalmente por la policía mientras defendía a un cliente. Mujeres jueces, incluyendo miembros de la Asociación de Magistrados Tunecinos (Association des Magistrats Tunisiens), que intentan actuar independientemente del gobierno, están estrictamente controladas y son trasladadas a lugares remotos, lejos de sus familias como una forma de castigarlas y silenciarlas.
Las mujeres que trabajan para la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (Association tunisienne des femmes démocrates-ATFD) también sufren acosos frecuentes, incluyendo su presidenta Sana Ben Achour, que ha sido difamada en los medios desde las elecciones de octubre, cuando la ATFD participó en el monitoreo de los medios. ATFD y OLPEC reportan que durante las elecciones, las mujeres candidatas legislativas fueron pobremente representadas en los medios pro-gubernamentales, obteniendo menos de un uno por ciento de visibilidad en la cobertura mediática.
Las académicas también han sido blanco de estas campañas. La Profesora Khedija Cherif, una socióloga de la Universidad de Túnez y prominente defensora de los derechos de las mujeres, ha sido víctima de recientes campañas de difamación así como también de acoso físico y verbal. La activista de derechos humanos Zakia Dhifaoui pasó 3 meses en prisión después de ser arrestada durante protestas pacíficas en Gafsa, en julio de 2008. Se le negó arbitrariamente el derecho a trabajar como profesora escolar y fue acosada y agredida repetidamente por la policía. Ghazela M’Hamdi, una activista por los derechos en Gafsa, también ha sido golpeada por la policía en más de una ocasión mientras ejercía su derecho de protestar pacíficamente.
Afef Ben Nasser es acosada de manera frecuente por la policía en Gafsa, que también irrumpió en su negocio en 2009. Ben Nasser es esposa del periodista Fahem Boukaddous, quien fue condenado a cuatro años de prisión por informar sobre las protestas en Gafsa. Familiares de otros periodistas condenados a prisión también han sido blanco de los acosos de la policía, incluyendo a Azza Zarrad, esposa del periodista preso Taoufik Ben Brik, quien se encuentra gravemente enfermo. Mientras hacía lobby para liberar a su esposo en Túnez, Zarrad fue acosada verbalmente por la policía.
Maya Jribi, secretaria general de la oposición del Partido Demócrata Progresista (Progressive Democratic Party- PDP) y activistas de este grupo político, han sido acosados y agredidos por policías de civil. En julio, apedrearon a Jribi y en abril, la agredieron durante una manifestación pacífica contra las restricciones impuestas al derecho a la libertad de asamblea. En mayo, Naima Hosni del PDP fue golpeada por policías de civil en Túnez mientras vendía copias del semanario del PDP «Al Maoukif».
Los miembros del TMG han expresado reiteradas veces su decepción con estas tácticas aborrecibles usadas contra los críticos del gobierno, particularmente dado que los ataques a las mujeres activistas y periodistas son una vergüenza para un gobierno que afirma estar a la vanguardia de la promoción de los derechos de las mujeres en la región.
Estamos también preocupados por la evidente impunidad de los perpetradores de estos crímenes contra las mujeres en Túnez, como demuestra el caso de Khaled Ben Saïd, ex-Vice Cónsul de Túnez en Francia. En 2008, una corte en Estrasburgo, Francia sentenció a Ben Saïd a ocho años de prisión por su rol en la tortura de una mujer presa en Túnez en 1996. La mujer, mientras vivía exiliada en Francia, lo reconoció como el ex-jefe de policía de Jendouba. Ben Saïd voló a Túnez cuando el caso fue presentado y actualmente trabaja para el gobierno. Las autoridades Tunecinas rechazaron el caso contra él por considerarlo «infundado».
Llamamos a las Naciones Unidas a tomar medidas concretas para abordar estas cuestiones con las autoridades Tunecinas, incluyendo el rechazo a estas violaciones durante visitas oficiales y pidiendo misiones hechas por rapporteurs especiales para investigar los casos en los que los derechos de las mujeres y la libertad de expresión han sido violados en Túnez.
Gracias por su atención a este asunto.
Saludan a Usted atentamente,