Los medios sociales fueron una de las fuerzas impulsoras de la revolución de 2011 en Egipto, sin embargo hoy en día, Alaa Abdel Fattah, bloguero, diseñador de software, y un icono de la revolución digital de Egipto, está tras las rejas.
En una entrevista con Democracy Now en marzo de 2014, Alaa Abd El Fattah dijo: "Si lo que estás tratando de hacer es lograr alcanzar una vida de dignidad, seguridad y prosperidad para ti y para tus seres queridos, entonces no tienes otra opción [que la de continuar con la lucha]."
Desde los comienzos de la década del 2000, Abd El Fattah ha estado en la vanguardia de la tecnología digital, desarrollando plataformas y programas que permitan a los egipcios mayor acceso a Internet, y facilitando redes de técnicos de Medio Oriente. Él y su esposa Manal Hassan, han sido elogiados por sus sitios web innovadores que proporcionan lo que la Electronic Frontiers Foundation describe como un archivo de la disidencia frente a la represión. Su sitio, Manal and Alaa’s Bit Bucket manalaa.net, proporciona almacenamiento gratuito y asesoramiento a los blogueros. En 2005 ganó el premio Weblog Deutsch Welle/Reporteros Sin Fronteras por ser “crucial en el desarrollo de una escena de blogueros crítica y comprometida en Egipto y el mundo árabe”. Otro de sus sitios, Omraneya, que recolecta blogs de toda la zona, es descrito como una “casa de expresión alternativa y amplificadora de las voces silenciadas».
La primera detención de Abd El Fattah fue en 2006. Era uno entre otros detenidos que fueron arrestados cuando protestaban por un Poder Judicial independiente durante el régimen del ex presidente Hosni Mubarak. Fue puesto en libertad después de 45 días. Su encarcelamiento provocó la página web Free Alaa que hoy se ha convertido en la etiqueta #FreeAlaa.
El encarcelamiento no hizo nada para anular el activismo de Abd El Fattah. En 2011 se convirtió en una de las caras públicas del movimiento por la democracia. Desarrolló plataformas en línea que permitieron a los ciudadanos participar en la redacción de la Constitución de Egipto. Su simposios de tuit (tweet-nadwas) reunieron a la gente en el corazón de la revolución para debatir cuestiones que van desde el islamismo a la reforma económica. Fueron filmados para ilustrar “los esfuerzos y el espíritu amistoso que existe en las conversaciones.”
A finales de 2011, la euforia de la revolución que había llevado a la renuncia de Mubarak se había tornado agria. Ese año en octubre, Abd El Fattah fue arrestado por su cobertura de los enfrentamientos entre manifestantes cristianos coptos y tropas militares, durante los cuales 27 personas murieron y 100 resultaron heridas. Fue puesto en libertad dos meses después.
Luego, en noviembre 2013, se puso en marcha una ley que prohíbe las manifestaciones. Unos días más tarde, Abd El Fattah fue arrestado otra vez, y aunque no había estado en las protestas, fue acusado de ser el organizador. Salió bajo fianza cuatro meses más tarde, sólo para ser detenido nuevamente en junio de 2014 cuando se le dictó una condena de 15 años en ausencia – ni a él ni a sus compañeros acusados se les permitió entrar a la sala de la corte. Fue puesto una vez más en libertad bajo fianza en septiembre de 2014, pero se ordenó nuevamente llevarlo a la cárcel al mes siguiente. Después de las audiencias del juicio que fueron pospuestas varias veces y una temporada en el hospital después de una huelga de hambre, fue condenado a cinco años de cárcel en febrero de 2015.
El 30 de diciembre de 2017, Abd El Fattah fue condenado en un juicio por separado, junto con otros 23 acusados, donde se le acusó de «insultar al poder judicial» sobre la base de un tuit publicado en 2013. Mientras que 20 de los acusados fueron condenados a tres años en la cárcel, Abd El Fattah recibió la orden de pagar una multa de 30,000 libras egipcias (aproximadamente US $ 17,000).
En marzo de 2019, Abd El Fattah fue puesto en libertad condicional. Como parte de las condiciones de libertad condicional, se vio obligado a pasar 12 horas todas las noches en la estación de policía de El-Dokki. Sin embargo, incluso este estado de cuasi-libertad no duró mucho. Seis meses después, durante una ofensiva contra los disidentes en septiembre de 2019, Abd El Fattah fue detenido una vez más en la mañana del 29 de septiembre después de abandonar la estación de policía donde había pasado la noche. Escoltado al ala de máxima seguridad de la famosa prisión de Tora, recibió un «desfile de bienvenida» a su llegada, una práctica bien establecida de humillar y golpear a presos específicos, que Abd El Fattah había descrito en un ensayo a penas unos días antes.
Abd El Fattah fue inicialmente acusado de unirse a un grupo terrorista, difundir noticias falsas que condujeron a un disturbio en la seguridad pública, y usar indebidamente una plataforma de redes sociales para transmitir y difundir noticias falsas. El escritor y activista, que soportó condiciones carcelarias deshumanizadoras, que incluían entre otros el negarle el acceso a libros y a una comunicación regular con su familia, inició una huelga de hambre en abril de 2020 para protestar por su injusta detención.
En septiembre de 2021, la familia y el abogado de Abd El Fattah expresaron su preocupación por la salud mental del activista después de que su prisión preventiva superara el límite legal máximo de dos años. Al mes siguiente, Abd El Fattah finalmente compareció para su primera sesión de juicio en el Tribunal de Delitos Menores de la Seguridad del Estado de Emergencia, donde descubrió que enfrentaba cargos por publicar noticias falsas en un nuevo caso que incluye al bloguero Mohamed Ibrahim y al abogado de derechos humanos Mohamed al-Baqer. El cargo contra Abd El Fattah se centra en que compartió un tuit sobre la muerte de un preso como resultado de malos tratos durante su detención en la prisión de Tora en 2019.
«La fiscalía no me ha interrogado ni una sola vez sobre mi caso durante 23 meses, y luego de 23 meses, descubro que me están demandando por compartir una noticia», le dijo supuestamente Abd El Fattah al juez.
En diciembre de 2021, Abd El Fattah recibió una sentencia de cinco años de prisión por parte del tribunal de emergencia, junto con Mohamed El-Baqer y Mohamed Ibrahim, cada uno de los cuales recibió sentencias de cuatro años. A pesar de las condenas por pare de grupos de derechos humanos que pidieron al presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, que cancelara el veredicto, las sentencias se confirmaron en enero de 2022 y no están sujetas a apelación. Asimismo, los activistas fueron informados de que los dos años que pasaron en prisión preventiva no se deducirían de las sentencias, ya que fueron sentenciados en el nuevo caso, lo que significa que Abd El Fattah sería liberado en enero de 2027.
En abril de 2022, el activista obtuvo la ciudadanía británica a través de su madre, la reconocida académica Laila Soueif, nacida en Londres. Desde entonces, las organizaciones de la sociedad civil han presionado al Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido para que defienda sus derechos como ciudadano británico-egipcio y actúe para asegurar su liberación.
En el mismo mes, Abd El Fattah inició una huelga de hambre indefinida en protesta por su injusta detención. Su salud se deterioró dramáticamente en los meses siguientes mientras sobrevivía con una dieta de solo 100 calorías por día en forma de una cucharada de miel y una gota de leche en el té.
Para noviembre de 2022, la huelga de hambre parcial de Abd El Fattah había durado más de 200 días. A pesar de tener problemas de salud, el activista inició una huelga de hambre en un intento final por conseguir la libertad mientras Egipto se preparaba para albergar la cumbre climática de la ONU, COP27, en Sharm El-Sheikh ese mes.
En una carta a su familia declarando que proseguirá con su huelga de hambre, Abd El Fattah escribió:
“Si uno deseara la muerte, entonces una huelga de hambre no sería una lucha. Si uno solo se aferra a la vida por instinto, ¿cuál es el punto de una huelga? Si pospones la muerte solo por vergüenza ante las lágrimas de tu madre, entonces estás disminuyendo las posibilidades de victoria… He tomado la decisión de seguir adelante en un momento que considero adecuado para mi lucha por mi libertad y la libertad de prisioneros de un conflicto en el que no participan o del que intentan salir; por las víctimas de un régimen que es incapaz de manejar sus crisis excepto con la opresión, incapaz de reproducirse a sí mismo excepto a través del encarcelamiento”.
El día de su cumpleaños número 42, en noviembre de 2023, la familia de Alaa presentó en su nombre un llamamiento urgente ante el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria. Solicitaron la adopción de medidas inmediatas con respecto a su prolongado encarcelamiento y pidieron al grupo que considerara el caso con arreglo a su procedimiento de acción urgente. Miembros de IFEX continúan haciendo campaña por su liberación.
Una historia de activismo
Aún No Has Sido Derrotado, la colección de escritos traducidos de Abd El Fattah, fue lanzada por la editorial independiente Fitzcarraldo Editions en octubre de 2021. La editorial describió al escritor como “un pensador ferozmente independiente que fusiona política y tecnología en una prosa poderosa”. El libro inicia con las protestas de 2011 en la plaza Tahrir y relata una era turbulenta, rescatando escritos sacados de contrabando de la prisión y traducidos por un colectivo anónimo.
La familia de Abd El Fattah tiene credenciales estelares en el campo de los derechos humanos. Su padre, Ahmed Seif el-Islam, fue un destacado abogado de derechos humanos que pasó un tiempo en prisión. Su madre, Laila Soueif, profesora de matemáticas y sus hermanas Mona y Sanaa Seif, son también disidentes y fueron figuras principales en las manifestaciones de la Plaza Tahrir en 2011. Su abuela, la escritora Fatma Moussa dirigió el Centro PEN Internacional de Egipto, y su tía, Ahdaf Soueif, es una escritora y activista muy conocida.
Sanaa Seif pasó más de un año en prisión hasta su liberación bajo una amnistía política en septiembre de 2015, solo para cumplir otros dos años tras las rejas por cargos falsos de “difundir noticias falsas”, “uso indebido de las redes sociales” e insultar a un oficial de policía después de ser detenida en junio de 2020. Seif fue liberada en diciembre de 2021, días después de que se dictara la sentencia de su hermano.
El poder de la escritura es profundo en la herencia y activismo de Abd El Fattah. Cuando compareció ante la Fiscalía de Seguridad del Estado en diciembre de 2019, habló de las privaciones que ha sufrido en prisión, incluyendo la falta de agua caliente, a la exposición a la luz solar y a una cama. Sin embargo, lo más grave para él fue que se le negara el acceso a libros y periódicos, lo que constituyó su único pedido a la fiscalía, diciendo: “Necesitamos restaurar la importancia de las palabras y el derecho a la escritura; no representan una amenaza para la sociedad, sino que son una parte necesaria de su desarrollo y avance».
Su trabajo constante y valiente, le valió a Abd El Fattah el Premio “Promoción de la Reforma Democrática” otorgado por Electronic Frontier Foundation (EFF), en 2022, y el Premio “Una Humanidad” de PEN Canadá, en 2023.
Ilustración de Florian Nicolle