La artista y activista Atena Farghadani, liberada en 2016 tras cumplir una condena de prisión por una caricatura, fue detenida nuevamente en 2024 y sentenciada a seis años de cárcel por pegar uno de sus dibujos en un muro cerca del complejo del ayatolá Jamenei.
A partir de la declaración de defensa de Atena Farghadani, junio de 2015: Yo creo que si alguien elige dedicarse a las artes pero no critica los problemas en su sociedad, esa persona se ha traicionado a sí misma, su conciencia y su sociedad.
En 2014 el parlamento iraní anunció planes para una nueva legislación sobre el control de la natalidad que revertiría las leyes de planificación familiar relativamente liberales existentes en Irán, una medida que fue tomada aparentemente para impulsar el crecimiento de la población. En los últimos años, Irán ha proporcionado subsidios del gobierno para la anticoncepción asequible, así como programas de salud y planificación familiar sexuales. En 2020, el Ministerio de Salud de Irán declaró que los hospitales y clínicas estatales ya no realizarían vasectomías ni proporcionarían anticonceptivos. Los grupos de derechos humanos han expresado su preocupación en lo que atañe a la política, afirmando que los derechos de las mujeres en Irán retrocederían décadas y convertirá a las mujeres en «máquinas para hacer bebés». También temen un aumento de abortos ilegales.
La reacción de Atena Farghadani frente a la noticia fue producir un dibujo que representa a los diputados que habían votado por la ley con caras de animales. En agosto de 2014, la Guardia Revolucionaria allanó la casa de la activista y caricaturista y la llevaron a la cárcel de Gharchak donde fue retenida durante seis semanas y luego liberada.
Sin desanimarse, en diciembre publicó un video en YouTube en el que dijo haber sido golpeada por guardias de la prisión e interrogada hasta nueve horas al día. El video está disponible aquí (únicamente en Farsi). Graduada en bellas artes de la Universidad de Alzahra en Teherán, Farghadani habla de cómo se vio obligada a seguir creando en la cárcel, una compulsión que hizo caso omiso de sus temores de ser descubierta por los guardias de la prisión. Habla de cómo fue descubierta cuando imágenes de CCTV la mostraban recogiendo vasos de papel usados en el baño. Los había aplanado para que sirvieran como lienzos. Hizo pigmentos de pétalos y hojas recogidas en el jardín de la prisión, creando un arte único en vasos de papel. En un relato horrible, Farghadani describe cómo los guardias la agarraron, la registraron desnuda y la golpearon. En su liberación peticionó a las autoridades, exigiendo que los guardias sean castigados. Al no recibir respuesta, se volcó a Internet.
En enero de 2015, Farghadani fue enviada a la prisión de Gharchak. Tres semanas más tarde, se declaró en huelga de hambre para protestar por las condiciones allí. Fue hospitalizada después de sufrir un ataque al corazón según fue reportado. El 1 de junio fue condenada a 12 años y nueve meses de prisión en un juicio que duró sólo media hora.
Farghadani fue también acusada de «reunión y colusión con individuos antirrevolucionarios y sectas desviadas» por su exposición Parandegan-e Khak (Pájaros de la Tierra), en conmemoración de los muertos en la represión posterior a las elecciones en 2009. La exposición contó con la participación de las familias de los presos políticos y miembros de la comunidad Bahá’í.
En un desarrollo impactante en junio de 2015, más cargos se impusieron contra Farghadani y su abogado Mohammed Moghimi. Ambos fueron acusados de una «relación sexual ilegítima sin adulterio» y «comportamiento indecente después de darse la mano durante una visita a la prisión ese mes»; Amnistía Internacional describió el hecho «como una burda caricatura de la justicia». Moghimi fue arrestado y luego liberado bajo fianza de $ 60,000 por estrechar la mano de su cliente, mientras que Farghadani fue sometido a una ‘prueba de embarazo’ y una ‘prueba de virginidad’ por las autoridades de la prisión.
Se puso en marcha una campaña internacional por parte de organizaciones que incluyen la Red Internacional de Derechos de Caricaturistas, que lanzó una convocatoria abierta a artistas de todo el mundo para crear sus propias imágenes en respuesta a la difícil situación de Farghadani, y publicarlas en Twitter bajo el hashtag #draw4atena.
El 25 de abril de 2016, luego de un año y medio de estar presa injustamente un tribunal de apelaciones redujo la sentencia de Farghadani de 12 años de prisión a 18 meses.
Liberada el 3 de mayo de 2016, continuó luchando en pos de justicia. En un podcast con la voz de la actriz británica-iraní Nazanin Boniadi, Farghadani describió con sus propias palabras sus experiencias en la prisión y declaró su determinación de continuar con su trabajo, diciendo: «No dejaré de hacer lo que estoy haciendo, incluso sabiendo que es posible que me envíen nuevamente a la cárcel. No tengo la intención de dejar de protestar o de hacer arte político.»
Fiel a su palabra, Farghadani no se dejó amedrentar y en 2023 publicó en línea una viñeta política satírica, lo que le valió su arresto por “alterar el orden público”. En la cárcel, fue sometida a golpizas y su salud se deterioró enormemente antes de que la liberaran bajo fianza. En abril de 2024, fue detenida nuevamente cuando intentaba pegar una de sus obras en un muro de Teherán, en las inmediaciones del complejo del líder supremo, ayatolá Alí Jamenei, y posteriormente sentenciada a seis años por delitos relacionados con insultos a las sensibilidades religiosas y “propaganda contra el Estado”.
Ilustración de Florian Nicolle