En medio del caos y la represión que caracterizaron el Egipto post-revolución, el destacado abogado de derechos humanos Gamal Eid se ha mantenido firme en su defensa de los derechos humanos para todos. Por eso, ha sido perseguido constantemente por el régimen que parece determinado a amordazar una de las últimas voces independientes que quedan en el país.
Gamal Eid era un joven idealista cuando se unió por primera vez a la lucha por los derechos humanos y la democracia en Egipto en 1989, poco después de graduarse de la Universidad de Ain Shams de El Cairo.
En ese momento, Hosni Mubarak sólo había cumplido una tercera parte de su mandato como Presidente de la República de Egipto. Como es el caso con la mayoría de los líderes autoritarios, centró gran parte de su atención en presionar y restringir las actividades de las organizaciones de la sociedad civil. A pesar del acoso dirigido y el medio ambiente represivo en el que se vieron obligados a operar, los defensores de los derechos civiles y humanos – hombres y mujeres dedicados y comprometidos como Eid – seguían manteniendo y desarrollando un vibrante sector de la sociedad civil.
En 2004, Eid fundó la destacada y muy respetada Red Árabe por la Información sobre los Derechos Humanos (ANHRI), una organización prominente y ampliamente respetada que ahora alberga uno de los sitios web más visitados en materia de derechos humanos en el mundo árabe. Gracias al trabajo de un pequeño pero dedicado grupo de empleados, ANHRI proporcionaba un apoyo legal esencial, así como representación para las víctimas de violaciones de la libertad de expresión, y hoy organiza cursos de formación para periodistas, hace campaña en favor de los presos de conciencia en todo el Oriente Medio y el Norte de África, y educa al público egipcio acerca de sus derechos civiles y humanos.
Durante los 25 años en que Eid ha trabajado como defensor de los derechos humanos, ha tenido que soportar detenciones y acosos, pero la situación se ha deteriorado aún más durante el régimen de Abdel Fattah Elsisi. A medida que el público egipcio se resigna a vivir nuevamente en un Estado controlado militarmente que denigra y reprime mucho de lo que fue celebrado y elogiado durante la revolución de 2011, se ha convertido en aún más importante el apoyar y proteger a las pocas voces firmes que aún se mantienen frente a una opresión sin precedentes. Gamal Eid es una de estas voces que las autoridades parecen decididas a extinguir.
Ataques y acoso dirigidos
En los años recientes, Eid fue sometido a un número creciente de violaciones de sus derechos y libertades. El 4 de febrero de 2016, cuando estaba a punto de embarcarse en un vuelo a Atenas, las autoridades del aeropuerto le informaron que su nombre había sido puesto en la lista de personas que tienen una prohibición de viajar. No se le dio ninguna razón o explicación por dicha prohibición. El 19 de marzo, el tribunal de El Cairo congeló sus activos, junto con los de su esposa y su hija de 11 años de edad, y el 23 de mayo tuvo que presentarse frente a tres jueces, bajo cargos de aceptar financiación extranjera sin autorización – cargos que desde una enmienda al código penal de Egipto en 2014, pueden acarrear una pena de cadena perpetua. El juicio se pospuso varias veces y finalmente tuvo lugar en septiembre de 2016. El tribunal congeló los activos de Eid y de otros defensores de los derechos humanos.
«Hemos sido atacados debido a que nuestros grupos proporcionan recursos críticos para aquellos que se enfrentan a violaciones de los derechos humanos en Egipto. Hemos representado a víctimas de la tortura de todas las facciones: miembros de los Hermanos Musulmanes, liberales, izquierdistas, víctimas de detención arbitraria e incluso partidarios del gobierno», escribió Eid en un artículo de The New York Times. «Hemos defendido la idea de que los derechos humanos le pertenecen a todos, sin importar la ideología, y que los derechos civiles pertenecen a todos los ciudadanos, sin importar su riqueza o poder».
Entre junio de 2019 y diciembre de 2019, el Tribunal Penal de El Cairo pospuso, en repetidas ocasiones, audiencias de apelación que impugnaban la prohibición de viajar impuesta a Gamal Eid y otros defensores destacados de los derechos humanos, incluidos Mozn Hassan, Hossam Bahgat y Mohamed Zaree.
Durante este período, Eid fue objeto de múltiples ataques e intimidación física a manos de las autoridades egipcias. En septiembre de 2019, le robaron su automóvil. Varios días después, el 10 de octubre, fue atacado de manera violenta en la calle y golpeado con la culata de una pistola mientras intentaba resistir el robo de su computadora portátil y maletín. Según lo que se informó, se le robó el teléfono en el incidente, le rompieron las costillas y lastimaron un hombro.
Menos de una semana después, el 16 de octubre de 2019, el colega de Eid y el abogado del personal de ANHRI, Amr Imam, fue secuestrado y arrestado por las fuerzas de seguridad que allanaron su casa al amanecer. Desde entonces, Imam ha comparecido ante la Fiscalía de Seguridad del Estado como acusado por cargos falsos, y actualmente permanece detenido.
Varias semanas después, el 31 de octubre de 2019, un automóvil que Eid había tomado prestado de un colega de ANHRI fue destrozado por las fuerzas de seguridad. Los testigos describieron a siete hombres armados que estaban revisando el automóvil la noche anterior.
El 29 de diciembre de 2019, miembros de las fuerzas de seguridad de Egipto atacaron a Eid en la calle cerca de su casa en El Cairo mientras esperaba un taxi. Alrededor de una docena de hombres, incluido un oficial de seguridad nacional que Eid reconoció, lo arrojaron al suelo y lo golpearon fuertemente mientras lo cubrían con pintura de pies a cabeza. A Eid le dijeron que estaba empapado en pintura «para que se portara bien».
A la fecha, estos crímenes aún no se han investigado, y sus autores no han sido responsabilizados por sus actos.
En un espacio cívico que se ha vuelto crecientemente hostil bajo el régimen de el-Sisi, ANHRI anunció en 2022 que suspendería sus actividades ante lo que describió como la ausencia total del estado de derecho y un mínimo respeto por los derechos humanos en el país.
Eid y sus colegas siguen firmes en su determinación de apoyar el trabajo de las escasas organizaciones independientes que continúan en actividad en el contexto represivo del país. “Estamos muy esperanzados y confiamos en que llegará el día en que termine esta oscura etapa de la historia de Egipto, en la que predominan los abusos y la ausencia de derecho. Hasta entonces, seguiremos trabajando como abogados, cada uno desde nuestro lugar, para apoyarlas y colaborar con ellas en la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión y para construir un Egipto sin presos de conciencia y libre de opresión e impunidad”, declaró Eid.
En marzo de 2024, un Tribunal de Apelaciones de El Cairo desestimó finalmente la acción penal contra ANHRI y otras organizaciones de derechos humanos, poniendo fin a una causa infundada que ya llevaba 13 años. Asimismo, se levantó la prohibición de viajar impuesta a Eid y el embargo de sus bienes.
Es impresionante constatar que, a pesar de estos repetidos ataques contra Eid y su equipo en ANHRI, así como los niveles de corrupción que impregnan muchas facetas de la sociedad egipcia, Eid sigue comprometido con la defensa de los derechos humanos en Egipto en un momento en que el régimen de el-Sisi está tomando medidas enérgicas contra todas las formas de disidencia.
En 2011 ANHRI fue galardonado con el Premio de la dignidad humana Ronald Berger por su trabajo de promoción de la libertad de expresión y de prensa en Egipto y el propio Eid fue galardonado por el Proyecto de Democracia Oriente Medio (POMED) con el Premio Líderes para la Democracia por su activismo inspirador.
Ilustración de Florian Nicolle