Desde el momento en que ingresó al mundo del periodismo, hace cuatro décadas, la galardonada periodista y activista de derechos humanos Gwen Lister, fundadora y editora de The Namibian, atrajo la ira de aquellos que sentían que su autoridad y abuso de poder se encontraban bajo un intenso escrutinio en los escritos de la periodista.
"La corrupción prospera en la oscuridad y en una atmósfera penetrante de secretismo, y la desigualdad en términos de falta de acceso a la información también es una forma de pobreza"
Gwen Lister es celebrada regionalmente por ser una de los miembros fundadores del Instituto de Medios de África del Sur (MISA por su sigla en inglés), miembro de IFEX, que se estableció oficialmente en septiembre de 1992. La idea de un organismo regional para promover una «prensa independiente, pluralista y libre» se concibió por primera vez en 1989, cuando periodistas de la región del sur de África se reunieron en Botsuana para debatir sobre «El derecho a informar e informarse». Gwen Lister luego copresidió la conferencia de 1991 de la UNESCO sobre medios africanos libres, independientes y pluralistas, que tuvo como uno de sus resultados la Declaración de Windhoek.
El contexto de hostigamiento contra periodistas y las restricciones a los derechos de los ciudadanos a la libre expresión por parte de los gobiernos de la región llevaron a Lister a conceptualizar un movimiento regional.
Lister ha sido abusada verbal y físicamente, encarcelada en tres ocasiones distintas, amenazada de muerte y atacada. Un año después de la independencia de Namibia, la inteligencia militar sudafricana intentó asesinarla. Su firme postura y compromiso con la libertad de expresión y la libertad de los medios nunca se debilitó.
Su logro más notable como periodista es el establecimiento de The Namibian en 1985, durante el apartheid, cuando Namibia todavía estaba bajo el gobierno de Sudáfrica. En ese momento era la primera mujer editora y fideicomisaria de una publicación de noticias en el continente africano. Fue un honor que mantuvo por varias décadas.
The Namibian fue establecido para contrarrestar la propaganda de la maquinaria estatal sudafricana del apartheid. Al ser el primer periódico independiente de África sudoccidental, también contribuyó a proporcionar una narrativa alternativa a medida que el periódico exponía las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas de ocupación de Sudáfrica contra los miembros de SWAPO. Por esta razón, la publicación era considerada contraria al gobierno sudafricano, y pro-SWAPO, el movimiento de lucha de liberación de la época.
Su vida y su carrera periodística que maduraron en el contexto de los acontecimientos históricos que llevaron a la independencia de Namibia, están perfectamente capturadas en sus memorias lanzadas virtualmente en junio de 2021: Camarada Editor: Sobre la vida, el periodismo y el nacimiento de una Nación.
Lister luchó ferozmente para proteger su propia integridad y la del periódico que fundó. The Namibian, con su frase distintiva – «Decir las cosas como son» – continúa siendo una de las publicaciones más leídas y respetadas en el país y la mayoría de sus consumidores considera que es un periódico para la gente.
Por mantener la independencia en un paisaje partidista y políticamente cargado, Lister, su equipo y The Namibian fueron atacados en numerosas ocasiones. Se tomó la decisión de reforzar el vidrio alrededor del edificio para proteger a los ocupantes de disparos y bombas. En 1988, un grupo blanco extremista – el Wit Wolwe (Lobos Blancos) – bombardeó las oficinas del periódico, puso gases lacrimógenos en el sistema de aire acondicionado y emitió amenazas de muerte contra el personal.
A lo largo de estos ataques, Lister y los periodistas que trabajaron para ella se comprometieron con un único propósito: asegurarse de que el periódico se publicara y saliera a la calle.
Hubo muy poco respiro después de la independencia, cuando SWAPO llegó al poder. Irónicamente, fue atacada por los partidarios del partido gobernante por criticar el abuso de poder de manera brutalmente honesta. Diez años más tarde, en diciembre de 2001, el gabinete emitió una directiva que prohibía toda publicidad de los gobiernos en The Namibian.
Junto a los insultos, llegaron ramos de flores. Lister ha sido reconocida a nivel local, regional e internacional por su compromiso con la protección de la libertad de expresión y los medios de comunicación en Namibia y en el continente africano. En 1992 recibió el Premio Internacional de Libertad de Prensa del Comité para la Protección de los Periodistas. Tres años más tarde recibió el Nieman Fellowship en la Universidad de Harvard. En 2000, fue nombrada una de los 50 Héroes de la Libertad de Prensa del Instituto Internacional de Prensa. Tiene el honor de ser la primera ganadora del Premio al Coraje en Periodismo de la Fundación de Mujeres Internacionales en 2004.
A lo largo de los años, ha sido miembro del consejo asesor del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y del comité asesor del Centro de Medios de Mujeres Africanas de la Fundación Internacional de Mujeres. En su casa, recibió recientemente el Premio de la Declaración de Windhoek del Foro de Editores de Namibia, por sus más de 40 años de contribuciones a la industria de los medios.
En 2011 entregó oficialmente la dirección editorial de The Namibian a Tangeni Amupadhi, y es la presidenta fundadora de Namibia Media Trust, propietaria del periódico, y continúa trabajando en la promoción de la libertad de prensa y la excelencia en el periodismo.
Lister fue homenajeada con un premio a la trayectoria por sus notables contribuciones al periodismo en la Cumbre de Líderes de Medios de Comunicación de África de 2024, celebrada en Nairobi, Kenia. La cumbre, que tuvo lugar en mayo, reunió a influyentes personalidades de los medios, formuladores de políticas y defensores para discutir la «Reingeniería de los medios de comunicación africanos». El foco era modernizar las prácticas de los medios para adaptarlas a las necesidades cambiantes de África, y la cumbre rindió homenaje al compromiso firme de Lister con la libertad de prensa con este distinguido premio de honor.
Aunque Lister no pudo asistir a la ceremonia, entregó un mensaje convincente sobre la naturaleza persistente y los desafíos actuales que enfrenta el periodismo. Señaló problemas críticos como el ataque a la libertad de prensa, el aumento de la desinformación y la disminución de la confianza pública. Resaltó la resiliencia y el papel pionero de los periodistas africanos, aludiendo a su importante trabajo en la creación de la Declaración de Windhoek en 1991.
Ilustración de Florian Nicolle