Fue una de las primeras personas en llamar la atención pública sobre temas de privacidad y vigilancia en Marruecos. ¿Su recompensa? acusaciones de "amenazar la seguridad interna del Estado".
En una entrevista en vídeo con Privacy International en junio de 2014, Hisham Almiraat habló acerca de qué significa para él la privacidad. No puedes innovar, no puedes emanciparte sabiendo que alguien te está mirando por encima del hombro.
Hisham Almiraat, médico de profesión, comenzó a bloguear en 2007. Un ávido creyente del poder de Internet para transformar el mundo a su alrededor, se unió a Global Voices, una comunidad internacional de blogueros, periodistas ciudadanos y traductores de 167 países, donde los contribuyentes informan sobre historias de su propio país.
Cuando las protestas de la Primavera Árabe en 2011 comenzaron a extenderse desde Túnez a Marruecos, Almiraat vivía y estudiaba en Rouen, Francia. Decepcionado por la falta de cobertura de los medios de comunicación locales, y la falta de interés de los medios internacionales en un movimiento popular, impulsado por la juventud llamando a la reforma en el reino, decidió tomar el asunto en manos propias. Junto con un grupo de expatriados marroquíes de ideas afines y teniendo en su haber tres años de experiencia periodística ciudadana, Almiraat lanzó Mamfakinch.
Árabe marroquí para «No nos rendiremos», Mamfakinch era una plataforma de medios ciudadanos dedicada a dar voz a los activistas en el terreno en tantas ciudades y pueblos de Marruecos como sea posible. El sitio web se convirtió rápidamente en el recurso de noticias sobre las protestas masivas que arrasaban el país, y el nombre se convirtió más tarde en un mantra callejero.
En el verano de 2012, poco después de ganar el Premio Rompiendo Fronteras de Google, los quince miembros del equipo editorial de Mamkafinch fueron blanco de un sofisticado spyware que permite al atacante obtener acceso remoto completo a las computadoras de los objetivos. Sacudidos por un ataque tan intrusivo, los voluntarios abandonaron gradualmente el proyecto y, a principios de 2014, la plataforma quedó inactiva.
Almiraat, que en aquel momento también era el Director de Promoción de Global Voices, fundó la Asociación Marroquí de Derechos Digitales (ADN), una organización centrada en temas de privacidad y vigilancia en Marruecos, y se puso directamente a trabajar.
En marzo de 2015, en asociación con el miembro de IFEX Privacy International, una de las primeras organizaciones en hacer campaña a nivel internacional en temas de privacidad , ADN publicó un informe detallado y revelador sobre los métodos de vigilancia utilizados por las autoridades en Marruecos.
Tan explosivo fue el informe, que el Ministerio del Interior lanzó una investigación sobre un “grupo sin nombre detrás de un informe que supuestamente acusa a los servicios de inteligencia de espiar a activistas de derechos humanos y periodistas.” Almiraat cree que ese grupo es ADN.
En mayo de ese mismo año, las autoridades procuraron evitar que se produjera una conferencia de prensa organizada por ADN para presentar los hallazgos del informe. Un mes más tarde, Almiraat se encontró de nuevo en problemas con las autoridades cuando la policía interrumpió una sesión de entrenamiento de cuatro días organizada por el grupo no gubernamental holandés Free Press Unlimited (FPU). Almiraat y otros fueron interrogados sobre el programa y su relación con la FPU.
A partir de noviembre de 2015, Almiraat ha sido objeto de una nueva lucha – una con graves consecuencias personales. Junto con siete otros activistas de la sociedad civil, periodistas y defensores de los derechos humanos, Almiraat fue acusado de «amenazar la seguridad interna del Estado» y llevado a juicio el 27 de enero de 2016. Otras dos personas se enfrentan a multas por «recibir financiación extranjera sin notificar a la Secretaría General del Gobierno».
Los acusados creen que están siendo atacados por su participación en el taller de junio 2015 organizado por FPU. Un llamamiento internacional firmado por 19 grupos de libertad de prensa y de la sociedad civil ha pedido a las autoridades que retiren los cargos y pongan fin al hostigamiento de todos los activistas de derechos humanos y periodistas en Marruecos. La etiqueta #Justice4Morocco (justicia para Marruecos) se ha utilizado desde entonces para hacer campaña en nombre de los acusados.
Al 27 de enero de 2020, el juicio se ha pospuesto 18 veces, según Kamel Labidi, director de la Asociación de Vigilancia para la Democracia y el Estado Cívico miembro de IFEX. La próxima audiencia judicial está programada para el 27 de mayo de 2020.
Dado que la libertad de expresión y el periodismo independiente en Marruecos continuaron retrocediendo en los últimos años, muchos son los que consideran que este juicio está políticamente motivado y que busca silenciar a los acusados críticos a través del acoso judicial. Según Hicham Mansouri, destacado periodista marroquí y uno de los acusados, los aplazamientos continuos indican que no existe un caso sustantivo. Esta es una técnica muy utilizada por el régimen para agotar y aterrorizar a los críticos.
Ilustración de Florian Nicolle