Lasantha Wickrematunge, un importante periodista que hizo frente a la corrupción en los más altos niveles del liderazgo de Sri Lanka, sabía que su vida estaba en peligro. Poco antes de su asesinato en enero de 2009, escribió un extraordinario editorial en el que predijo su muerte.
En un artículo extraordinario publicado tres días después de que fuera asesinado a tiros en Colombo, Lasantha Wickrematunge escribió: Los medios de comunicación libres sirven como un espejo en el que el público puede verse sin rímel y gel para peinar. ... A veces la imagen que se ve en ese espejo no es agradable. Sin embargo, aunque quizás usted se queje en la intimidad de su sillón, los periodistas que sujetan el espejo por usted lo hacen públicamente y corriendo un gran riesgo. Ese es nuestro llamado, y nosotros no lo eludimos.
Lasantha Wickrematunge sabía que su vida estaba en peligro. Poco antes de su asesinato en enero de 2009, escribió un extraordinario editorial en el que predijo su muerte. El previó cómo habría impunidad para sus asesinos y que, al conocer su asesinato, el gobierno haría «todo el ruido santurrón habitual», pero «no tendrá más remedio que proteger a mis asesinos».
El 8 de enero de 2009, Wickrematunge fue asesinado a tiros en su coche cuando iba a trabajar. Sus asesinos, hombres en motocicletas, se escaparon.
Wickrematunge fue el fundador y editor del Sunday Leader. Era abiertamente crítico del gobierno de Sri Lanka, al que acusaba de corrupción y de haber utilizado la guerra de larga data contra los Tigres Tamiles (LTTE) para mantenerse en el poder. Era igualmente crítico con el LTTE. Como dijo el mismo Wickrematunge: «El Sunday Leader ha sido un periódico controvertido porque decimos lo que vemos, sea un ladrón o un asesino, lo llamamos por su nombre. No nos ocultamos detrás de eufemismos».
La libertad de prensa en Sri Lanka está gravemente restringida: los periodistas se enfrentan a demandas por difamación, intimidación, prohibiciones y campañas de difamación. Desde 1999, 19 periodistas han sido asesinados, y nadie ha sido llevado ante la justicia por sus crímenes. Wickrematunge estaba a la vanguardia de la campaña para defender la libertad de expresión, siempre pronto para hablar a pesar del peligro.
Las amenazas de muerte se convirtieron en la norma para Wickrematunge. Hubo amenazas telefónicas, ejemplares del periódico salpicado con pintura roja, incluso dejaron una corona funeraria en la entrada de su oficina. En 1994, poco después de la fundación del Sunday Leader, él y su esposa Raine fueron agredidos por atacantes con palos atravesados con clavos. En otra ocasión, la casa de la familia fue rociada con disparos de armas de fuego. Temiendo por su familia, Raine finalmente exilió con sus hijos en Australia.
Wickrematunge fue un abogado dedicado a la política antes de dedicarse al periodismo. Se había presentado a las elecciones como Miembro del Parlamento y sirvió durante un tiempo como secretario privado de la ex primera ministra Sirimavo Bandaranaike. Fue amigo del ahora ex presidente Mahinda Rajapaksa, describiendo en su último editorial cómo hablaba de política e intercambiaba bromas con él. Sin embargo, esto no impidió su crítica al presidente por no estar dispuesto o no hacer frente a los graves problemas en su país. Rajapaksa se refería a Wickrematunge como un «periodista terrorista» en las entrevistas en los meses antes del asesinato. En el momento de su muerte, Wickrematunge se vio envuelto en una disputa legal con el hermano del presidente, el entonces ministro de Defensa Gotabaya Rajapaksa, a quien el periodista había acusado de corrupción en relación a la compra de equipamiento militar de segunda mano.
Durante seis años después del asesinato, no hubo ningún resultado en la investigación que se había prometido, lo que llevó a acusaciones de impunidad para los asesinos, e incluso la complicidad del gobierno en su muerte. Luego, en enero de 2015, Mahinda Rajapaksa fue derrotado en las elecciones presidenciales. En cuestión de días, el nuevo gobierno anunció que reabriría la investigación sobre el asesinato de Wickrematunge, tras una denuncia pública por parte de un ex ministro del gabinete de que el hermano del presidente y ex ministro de defensa, Gotabhaya Rajapaksa, había ordenado este asesinato y otros tres: los de dos diputados tamiles, y un ministro del gobierno. El anuncio del gobierno indicó que las investigaciones sobre los asesinatos de Wickrematunge y de los otros tres, se habían «estancado o abandonado sin conclusión creíble», lo que dio esperanzas de que por fin se acabaría con la impunidad gozada por los asesinos.
Dieciocho meses después, en septiembre de 2016, el cuerpo de Wickrematunge fue exhumado como parte de una investigación sobre su muerte. Anteriormente, en julio, un oficial de inteligencia militar había sido arrestado y acusado de asesinar el periodista. En enero de 2017 se detuvo a cinco militares más y la evidencia de que pudieron haber participado en el secuestro de otro periodista en 2008 implicaba que había un «escuadrón de la muerte» encabezado por un alto oficial militar. En marzo de 2017, un tribunal oyó un informe de la policía que implicaba a Gotabhaya Rajapaksa en el asesinato de Wickrematunge y sugería que había controlado una unidad secreta fuera de la estructura militar que atacaba a periodistas y críticos del gobierno. La investigación continuó, pero luego se estancó, especialmente luego de la elección de Gotabhaya Rajapaksa como presidente de Sri Lanka en 2019.
Wickrematunge recibió póstumamente varios honores, entre ellos el Premio UNESCO a la Libertad de Prensa en 2009, el Premio Louis M. Lyons por la Conciencia e Integridad en el Periodismo otorgado por la Fundación Nieman para el Periodismo de la Universidad de Harvard, el Premio al Héroe de la Prensa Mundial del Instituto Internacional de Prensa en 2010, y el premio del Centro Este-Oeste para Periodistas de Coraje e Impacto en 2016.
En abril de 2019, Ahimsa Wickrematunge presentó una demanda en un tribunal de distrito de Los Ángeles en contra de Gotabaya Rajapaksa por daños y perjuicios por su presunta participación en el asesinato de su padre. Pero el tribunal desestimó la demanda en octubre de 2019 argumentando que carecía de jurisdicción. Gotapaya Rajapaksa tenía la doble ciudadanía estadounidense y de Sri Lanka en ese momento.
El 8 de enero de 2021, durante el 12° aniversario del asesinato de Wickrematunge, el Centro de Justicia y Rendición de Cuentas con sede en San Francisco presentó una denuncia en nombre de Ahimsa Wickrematunge ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre el presunto papel del gobierno de Sri Lanka en la muerte de su padre. En la denuncia se le pide al Comité de Derechos Humanos que ayude a que el gobierno rinda cuentas llevando a cabo una «investigación independiente, exhaustiva y efectiva» sobre el asesinato del periodista, que procese a los responsables en todos los niveles del gobierno y que ofrezca disculpas y compensación a la familia Wickrematunge por las violaciones que han sufrido.
El caso de Wickrematunge se incluyó en el Tribunal Popular iniciado por Free Press Unlimited, Reporteros sin Fronteras y el Comité para la Protección de los Periodistas en noviembre de 2021 para responsabilizar a los gobiernos por el asesinato de periodistas. Los testigos dieron testimonio sobre el rol de las autoridades de Sri Lanka en el estancamiento de la investigación, encubriendo el crimen a través de pistas engañosas e insinuando la posible participación del Ministerio de Defensa. El tribunal coincidió con las protestas masivas en Sri Lanka que eventualmente llevaron al derrocamiento del gobierno de Gotabaya Rajapaksa. En una victoria simbólica contra la impunidad, el tribunal emitió un veredicto de culpabilidad contra los Estados de México, Sri Lanka y Siria en septiembre de 2022.
Ilustración de Florian Nicolle