Lydia Cacho, activista de los derechos de la mujer y escritora, vive y trabaja en uno de los lugares más peligrosos del mundo para los periodistas, y busca incansablemente exponer los abusos sexuales cometidos contra mujeres y niños, haciendo que sus violadores rindan cuentas por sus actos.
Lydia Cacho, en un artículo sobre el asesinato de su amigo Rubén Espinosa, foto reportero mexicano, escribió: Sólo quien vive bajo amenazas sabe que el reloj marca las horas de forma diferente. No simplemente se vive el miedo propio, también acosa el duende de la autocensura que hace que nos preguntemos ¿de verdad valdrá la pena el riesgo por develar una tropelía más en un país de indignos gobernantes?
En México, los periodistas de investigación son muy seguido asesinados, y el nivel de feminicidio es descrito como una pandemia. En este ambiente peligroso, la activista de derechos de la mujer y escritora Lydia Cacho, destaca por su claridad y firme convicción en la exposición de los abusos sexuales contra mujeres y niños, haciendo que sus violadores rindan cuentas por sus actos. Su inmenso coraje y disposición en ser una abogada de alto perfil, la han llevado a convertirse en una de las periodistas más conocidas de México y en ganarse el respeto del mundo entero.
En 2000, Cacho creó el Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM) en la región turística de Cancún. Su propia experiencia de una brutal violación un año antes la había impulsado a crear este centro, que da cobijo y asesoramiento a mujeres y niños que han sufrido violencia y explotación sexual. Cacho escribe para varios periódicos, edita revistas y conduce programas de televisión que ofrecen una plataforma que garantiza que los profundos problemas enfrentados por mujeres y niños vulnerables no se dejen de lado. Por esto, ha sufrido amenazas de muerte y actos de hostigamiento, amenazas que se han extendido a los sobrevivientes de abuso y al personal del refugio. Se necesita valor para entrar, ya sea como víctima o como miembro del personal, y guardias armados han tenido que ser desplegados en el edificio.
Fue a través de su trabajo con el CIAM que Cacho destapó una red internacional de pedofilia. Frustrada cuando las autoridades no respondieron a sus preocupaciones, en 2005 publicó Los demonios del Edén: el poder detrás de la pornografía, que reveló la existencia de una red internacional de pornografía infantil que operaba con la complicidad de empresarios mexicanos, la policía y los políticos locales.
Uno de los nombró, el empresario José Kamel Nacif Borge, la llevó a los tribunales, acusándola de difamación y calumnia, y, en diciembre de 2005, fue retirada de la oficina del CIAM por la policía y llevada en un coche 900 millas hasta Puebla, un viaje de 20 horas durante el cual sufrió amenazas, abuso sexual y verbal. Fue liberada bajo fianza al día siguiente. El caso fue abandonado en 2007. En 2005, se descubrieron grabaciones de audio en las que se revelaba que Camel Nacif había conspirado para que la arrestaran. En las mismas, se lo puede escuchar felicitando al gobernador de Puebla por arrestarla. El contenido de las cintas fue considerado sin fundamento y las autoridades lo desecharon. No se tomó ninguna medida.
Esto no desanimó a Cacho que publicó seis libros más, entre los cuales en 2007, Memorias de una Infamia acerca de su detención y el juicio; en 2010, Esclavas del Poder sobre el comercio sexual; y en 2012, Esclavitud Inc., un estudio de las redes internacionales de tráfico sexual. Cada vez que publica, se enfrenta a nuevas amenazas y las autoridades son indiferentes a sus llamadas para que se tomen medidas.
Cacho se inspira en su madre, quien era una feminista que trabajaba con mujeres en comunidades pobres. Ahora Cacho dirige ella misma talleres sobre cómo ayudar a las víctimas de trata, y ha publicado el Manual para prevenir, entender, y sanar el abuso sexual (Con Mi Hijo No). CIAM sigue proporcionando refugio para mujeres y niños desamparados que temen por su vida.
El trabajo de Cacho le ha valido una serie de premios, entre ellos el Premio 2008 UNESCO-Guillermo Cano de Libertad de Prensa, el Premio 2010 héroe de la libertad de prensa mundial y, en 2013, la Legión de Honor de Francia. En 2016 ganó el Premio Cortes de Cádiz y también el Premio ALBA/Puffin al activismo en pro de los derechos humanos.
Los reconocimientos y galardones no son lo único que se acumula en la carrera de Cacho. Es que tampoco cesan las amenazas por su labor. En julio de este año, la periodista fue amenazada por un sujeto desconocido en Quintana Roo. Ese día, Cacho continuaba su investigación sobre invasiones y presencia de hombres armados en terrenos ubicados en la localidad de Punta Brava.
La nueva amenaza disparó las alertas a nivel mundial y PEN Internacional junto con otras organizaciones le exigieron al gobierno mexicano que cumpla con su deber de proteger a la activista.
En 2018, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoció la violación de los derechos humanos de Cacho, y en enero de 2019, la actual administración mexicana se disculpó públicamente con Cacho por su arresto arbitrario.
Durante años, Mario Marín, quien gobernó el Estado central de Puebla de 2005 a 2011 por el Partido Revolucionario Institucional, se movía libremente en público a pesar de las acusaciones de Cacho. Finalmente, en 2019, un juez de Quintana Roo emitió una orden de captura en su contra. En febrero de 2021, Marín fue detenido en Acapulco y trasladado a una cárcel en Cancún, acusado de violaciones de derechos humanos en relación con la detención ilegal y tortura de Lydia Cacho.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas, los otros dos sospechosos, el empresario Kamel Nacif y el exsecretario de Seguridad Pública de Puebla Adolfo Karam, siguen prófugos. Según los informes, dos agentes de policía acusados de torturar se encuentran bajo custodia y en espera de juicio. Ni Marín ni los otros sospechosos han respondido públicamente a las acusaciones.
En una entrevista con Associated Press, Leopoldo Maldonado, director de ARTICULO 19 México y Centroamérica, miembro de IFEX, una organización que brinda apoyo legal en el caso de Cacho, dijo que el juicio de Marín podría ser un «punto de inflexión» que «rompe el pacto de impunidad que ha prevalecido en México durante décadas”.
Ilustración de Florian Nicolle