Frente a un número creciente de demandas presentadas por el gobierno de Duterte en su contra, un reconocimiento internacional que va en aumento y una lista cada vez mayor de premios internacionales, incluido el Premio Nobel de la Paz 2021, la cofundadora filipino-estadounidense de la plataforma de noticias "Rappler" se ha convertido en un icono mundial de resistencia a la intervención estatal en los medios.
“Somos periodistas y no seremos intimidados. Arrojaremos luz. Nos mantendremos firmes".
Maria Ressa cuenta con un fuerza que es realmente imposible de ignorar. Ha trabajado como periodista durante más de tres décadas; trabajo que la ha llevado a numerosas zonas de guerra y salas de redacción en todo el sudeste asiático. Ha informado sobre la propagación del terrorismo en Asia, los asesinatos por drogas en Filipinas y el uso de las redes sociales como armas de guerra, corriendo un gran riesgo personal.
Su respuesta a estos riesgos, que han incluido ataques amparados por el Estado, siempre ha sido la de inspirar coraje entre sus colegas: “Somos periodistas y no seremos intimidados. Arrojaremos luz. Nos mantendremos firmes».
Junto con el periodista ruso Dmitry Muratov, recibió el Premio Nobel de la Paz 2021 que destaca el papel de los medios de comunicación independientes en el desafío de los regímenes autoritarios.
Ressa pasó sus primeros años en Filipinas, antes de que su familia emigrara a los Estados Unidos cuando el difunto dictador Ferdinand Marcos impuso la Ley Marcial.
Inicialmente no planeaba convertirse en periodista. En Princeton, se especializó en inglés, en teatro y danza, y fue estudiante de medicina. Pero cuando regresó a Filipinas en con una beca Fulbright en 1986 para reavivar sus raíces, le tocó lidiar con el masivo levantamiento del “Poder Popular”, en el que más de un millón de personas salieron a las calles para expulsar a Ferdinand Marcos del poder.
La estudiante de teatro de Princeton había encontrado en Filipinas su «teatro político en la vida real», pero ya para ese momento estaba buscando algo más, como lo señaló en una entrevista de 2015 en la que contó su insatisfacción con el “teatro político” filipino, que encontró «muy agitprop y muy personalista».
Decidiendo embarcarse en los primeros pasos de su carrera en el periodismo, trabajó como freelance para CNN en Manila antes de convertirse en jefa de esa oficina, un puesto que ocupó de 1987 a 1995. Luego se dirigió a Yakarta, de 1995 a 2005, un período turbulento para Indonesia con la caída del dictador Suharto en 1998 y la independencia de Timor Oriental en 1999.
«[Este trabajo] te hace sentir que estás participando en la Historia en primera línea. Buscas la forma de entrar cuando el resto de la gente busca huir. Yo era corresponsal de guerra, trabajé en zonas de guerra».
Ha compartido algunas de sus experiencias como corresponsal de guerra en dos libros: Seeds of Terror: An Eyewitness Account of al-Qaeda’s Newest Center of Operations in Southeast Asia (Semillas de terror: relato de un testigo presencial del nuevo centro de operaciones de al-Qaeda en el sudeste asiático, 2003) y From Bin Laden to Facebook: 10 Days of Abduction, 10 Years of Terrorism (De Bin Laden a Facebook: 10 días de secuestro, 10 años de terrorismo, 2013).
En entrevista con Recode Decode, Ressa recordó cómo comenzó su labor en el periodismo. «Entré en una estación de televisión y aprendí periodismo haciéndolo. Fue increíble. Comenzamos una pequeña startup antes de que las llamaran así. Nosotros simplemente la llamamos una productora independiente, Probe. Aún sigue viva. De hecho, Probe fue pionera en el uso de artículos documentales en informes de noticias en Filipinas.
De 2005 a 2011, Ressa dirigió la división de noticias y actualidad de ABS-CBN, la red de medios más grande de Filipinas. Luego, junto con tres compañeras periodistas, formó el sitio web de noticias Rappler, en 2012.
La palabra «Rappler» es una combinación de la palabra «rap» (hablar o discutir) y «ripple» (hacer olas en inglés). Ressa explicó que Rappler quería construir “comunidades de acción” combinando tecnología móvil y periodismo. Introdujo el uso de un «medidor del estado de ánimo» para medir la reacción emocional de los lectores al contenido. A lo largo de los años, se convirtió en uno de los sitios web de noticias líderes en Filipinas, siendo pionero en el uso extensivo de multimedia y asociándose con Facebook como verificador de datos para el contenido local en una campaña contra la desinformación.
Desde sus inicios, Rappler se ha tomado en serio la misión del periodismo de “decirle la verdad al poder”, a pesar de los riesgos que esto conlleva.
En 2015, Ressa entrevistó al entonces candidato presidencial Rodrigo Duterte, quien admitió haber matado a tres personas cuando fue alcalde de la ciudad de Davao, en el sur de Filipinas. Duterte se convertiría en presidente al año siguiente y desataría una sangrienta “guerra contra las drogas”. Rappler y otras importantes redes de medios trabajaron para exponer las horribles violaciones de derechos humanos que tuvieron lugar con impunidad bajo el gobierno de Duterte. En 2016 publicaron una serie de tres partes que detallaba el uso de Internet como arma para silenciar a los críticos de Duterte. En 2018 produjeron la premiada serie «Murder in Manila” (asesinato en Manila).
Muy seguido, aquellos que le dicen la verdad al poder se encuentran luego en su mira. Duterte acusó a Rappler de vender mentiras y de ser de propiedad extranjera. Prohibió a sus reporteros la entrada al palacio presidencial y calificó a Ressa de “fraude”. Los documentos de incorporación de Rappler fueron finalmente revocados por el gobierno. Este fue solo un aspecto de lo que se convirtió en una campaña integral de acoso judicial contra el medio y contra Ressa personalmente.
Rappler y Ressa fueron acusados de 11 cargos relacionados con evasión de impuestos, propiedad extranjera ilegal, difamación y difamación cibernética, todos presentados desde que Duterte llegó al poder en 2016.
Ressa pasó un día detenida el 13 de febrero de 2019 en relación con la denuncia por difamación cibernética de un empresario por un artículo de Rappler publicado en 2012. El artículo supuestamente difamatorio se publicó cuando el proyecto de ley que penalizaba la difamación cibernética aún no se había promulgado. Además, Ressa no escribió el artículo, pero fue acusada como directora y editora ejecutiva de Rappler.
Sin embargo, Ressa fue declarada culpable por un tribunal de Manila en junio de 2020, un fallo que provocó la formación de una gran coalición de organizaciones locales e internacionales de libertad de prensa y de la sociedad civil para defenderla. Desde entonces, Ressa apeló su condena y continúa enfrentando otros casos pendientes que le impiden salir del país sin pagar una fianza.
«Soy una advertencia para los periodistas que hablan demasiado y cuestionan demasiado. Eso no significa que voy a cambiar quien soy. Ese es nuestro trabajo, y mientras se mantenga nuestra constitución, continuaremos ejerciendo estos derechos”, comentó Ressa en una entrevista con The Daily Princetonian.
Los mismos ejércitos de trolls que expandieron veneno y desinformación, y que Ressa expuso en 2016, se utilizaron para atacarla a ella y a Rappler. En un momento, estuvo recibiendo un promedio de 90 mensajes de odio por hora en su correo electrónico y cuentas de redes sociales.
Como dijo en 2017, la intención es clara: “atacan tu físico, tu sexualidad. Cuando denigran así tu cuerpo y lo despojan de su dignidad de esta manera ¿cómo puedes mantener tu credibilidad? Todas estas cosas funcionan juntas con un solo propósito y es el de evitar que los periodistas hagan su trabajo».
Ressa ha escrito extensamente sobre la estrategia de «usar medias verdades que fabrican una realidad alternativa al fusionar el poder de los bots y las cuentas falsas en las redes sociales para manipular a personas reales».
Ressa también ha advertido sobre el impacto de estos ataques en periodistas y en el periodismo. «Esta rápida reingeniería de la realidad ocurrió en Facebook, donde las herramientas de nuestra profesión se volvieron contra nosotros para incitar al odio, crear enemigos de la nada, construir realidades alternativas».
También se reunió con ejecutivos de Facebook en Singapur y Silicon Valley, y presentó datos sobre cómo la popular plataforma de redes sociales está siendo utilizada como arma por un ejército de ciber trolls patrocinados por el Estado. Presionó exigiendo una rendición de cuentas.
«Necesitamos responsabilizar a las plataformas tecnológicas. Necesitan alejarse del crecimiento empresarial … Ahora son el mayor distribuidor de noticias del mundo, por lo que deben asumir las responsabilidades que tenían los periodistas como guardianes. No pueden permitir que se difundan mentiras. Necesitan proteger el interés público y la esfera pública [que es] donde ocurre la democracia».
La condena por difamación cibernética de Ressa es una poderosa ilustración del declive de la libertad de prensa en Filipinas bajo el gobierno de Duterte. Además de perseguir a periodistas críticos, el gobierno forzó el cierre de ABS-CBN en 2020, la red de radio y televisión más grande del país, privando a millones de información vital durante una pandemia. Duterte también firmó una draconiana Ley Antiterrorista que podría utilizarse para acosar e incluso criminalizar el trabajo de los medios independientes.
Ressa cree que Filipinas está en el «precipicio» y que los periodistas tienen un papel crucial que desempeñar en la defensa de la democracia.
«No hay mejor momento para ser periodista en Filipinas que hoy, porque esta lucha es importante y la misión del periodismo nunca ha sido tan necesaria como ahora».
Ante amenazas de arrestos y represalias insidiosas por parte del Estado, Ressa sigue desafiante. En su discurso en la ceremonia de premiación de 2018 de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias, lo dejó perfectamente claro.
«No sabes realmente quién eres hasta que te ves obligada a defender tu propia causa” … En Rappler decidimos que cuando miremos hacia atrás y pensemos en este momento dentro de una década, podremos decir que hicimos todo lo que pudimos: no esquivamos, no nos escondimos … Mi nombre es Maria Ressa. Somos Rappler, y nos mantendremos firmes».
Premios y reconocimientos
La lucha de Ressa contra la impunidad en Filipinas y su trabajo defendiendo el periodismo en medio de un «ecosistema de información roto» le han valido muchos elogios.
- En noviembre de 2017 recibió el Premio a la Democracia del Instituto Nacional Demócrata.
- Fue la Persona del año de la revista Time en 2018, uno de varios periodistas «Guardianes» en la «Guerra contra la verdad». Esto la convirtió en la segunda filipina en recibir el título después del expresidente Cory Aquino en 1986.
- Time reconoció a Ressa como una periodista cuyo trabajo pasa “a través de una supertormenta con dos de las fuerzas más formidables en el universo de la información: las redes sociales y un presidente populista con inclinaciones autoritarias. «
- Recibió el premio Knight de Periodismo Internacional. En su discurso, dijo: “Luchamos contra la impunidad del gobierno filipino y de Facebook. Ambos siembran violencia, miedo y mentiras que envenenan nuestra democracia”.
- Recibió el premio Golden Pen of Freedom otorgado por la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias en junio de 2018.
- En noviembre de 2018, el Comité para la Protección de los Periodistas otorgó a Ressa el Premio a la Libertad de Prensa Gwen Ifill en «reconocimiento a su valentía periodística frente al persistente acoso oficial».
- En abril de 2019, fue incluida en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo por Time.
- En mayo de 2019, Ressa ganó el Premio de Periodismo de Columbia de la Escuela de Periodismo de esa universidad.
- En junio de 2019, Ressa fue honrada con el Canadian Journalism Foundation Tribute.
- En octubre de 2019, Ressa fue incluida en la lista de 100 mujeres de la BBC.
- El 25 de septiembre de 2020, Ressa fue nombrada como uno de los 25 miembros del «Real Facebook Oversight Board«, un grupo de monitoreo independiente sobre Facebook.
- El 8 de octubre de 2021, el Comité del Premio Nobel anunció que el Premio Nobel de la Paz 2021 fue otorgado a Ressa y al periodista ruso Dmitry Muratov “por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión”.
Illustration de Florian Nicolle