Valiente y franca, Nasrin Sotoudeh está entre los más conocidos defensores de derechos humanos de Irán. Acosada por las autoridades durante años, Sotoudeh fue recientemente condenada a 38 años de prisión y a 148 latigazos.
En una carta para su hija desde prisión en 2010, Nasrin Sotoudeh escribió: La justicia llega exactamente en un momento cuando la mayoría ha perdido la esperanza. Llega cuando menos la esperamos. De eso estoy segura.
A lo largo de los años, Sotoudeh ha defendido a muchos activistas incluidos estudiantes, periodistas y disidentes. También ha trabajado en representación de menores prisioneros condenados por asesinato y que enfrentan ejecución. Entre sus clientes más destacados está Shirin Ebadi, ganador del Premio Nobel de la Paz, ahora en el exilio.
En enero de 2011, Sotoudeh fue sentenciada a once años de prisión: un año por ‘propaganda contra el régimen’ y diez años por ‘actuar contra la seguridad nacional’ y ‘violar el código islámico de vestimenta (Hijar) en un discurso filmado’. La acusaron de conceder entrevistas a medios internacionales luego de las protestas contra las disputadas elecciones presidenciales en junio de 2009. También le han impedido practicar el derecho y no se le permitió salir del país durante 20 años. La sentencia y la prohibición a su trabajo como abogada luego fue reducida a seis años, por apelación.
Sotoudeh estuvo arrestada cuatro meses antes, en septiembre de 2010, después de que la policía incursionó en su casa. Fue llevada a la infame Prisión Evin en Teherán. Los contactos con su abogado, esposo e hijos quedaron severamente limitados. Pasó tres meses en confinamiento solitario, ni siquiera la permitieron tener fotos de su familia, según Amnistía Internacional. Cuando se enteró de que a su hija de 12 años le habían prohibido viajar al extranjero, Sotoudeh inició una huelga de hambre exigiendo su derecho de reunirse con su familia y para que pongan fin al hostigamiento. Estuvo en huelga de hambre cuatro veces más mientras estuvo en la cárcel.
En septiembre de 2013, a tres años de su sentencia, inesperadamente fue puesta en libertad. Poco después, regresó al activismo, y desde entonces ha sido hostilizada y detenida brevemente varias veces. En octubre de 2014, fue parte del grupo de personas arrestadas en una protesta en las afueras del Ministerio del Interior en Teherán en contra de una serie de ataques con ácido contra mujeres en Isfahán que quedaron con cicatrices y ciegas a causa de los ataques.
Un mes después de su liberación, la Asociación Iraní de Abogados emitió una prohibición para que ejerciera el derecho durante tres años. Negando que hubiera habido presiones por parte del gobierno, la Asociación mencionó su condena de 2010 como la razón. Enfurecida, Sotoudeh inició una campaña de piquetes en el exterior de las oficinas de la Asociación, obteniendo el apoyo de otros activistas políticos, a pesar de ser acosados.
Sotoudeh se graduó como abogada en 1995. Como no pudo ejercer hasta 2003, se inició en el periodismo como pasante, escribiendo sobre derechos de mujeres y niños y contribuyendo con numerosas publicaciones reformistas. Sigue escribiendo. En abril de 2011, le concedieron el Premio de Escritura de PEN American Centre PEN/Barbara Goldsmith Freedom to Write Award. Como Sotoudeh seguía en prisión y no pudo aceptarlo en persona, Shirin Ebadi recibió el premio en su nombre. En octubre de 2012, Sotoudeh fue galardonada con el Premio Sakharov del Parlamento Europeo conjuntamente con el cineasta Jafar Panahi que ha resistido una prohibición de 20 años para hacer películas. Su internacionalmente aclamada Taxi, estrenada en 2015, está filmada completamente en taxis de Teherán donde los pasajeros analizan la política en cámara. Nasrin Sotoudeh es una de esos pasajeros.
El 13 de junio de 2018, Sotoudeh fue arrestada por las fuerzas de seguridad por una denuncia presentada por un funcionario judicial en Kashan, aparentemente debido a que «representaba legalmente a Shaparak Shajarizadeh, acusado de protestar pacíficamente contra la ley obligatoria sobre el hiyab de Irán». El 11 de marzo de 2019, su esposo anunció que había sido condenada a 38 años de prisión y a 148 latigazos «por su defensa legal de mujeres involucradas en protestas contra el hijab obligatorio»].
Artículo 19 lo describió como «uno de los castigos más severos que el país le ha reservado a un defensor de los derechos humanos y a un abogado, y representa un nuevo deterioro del represivo poder judicial del país».
Encarcelada en la famosa prisión de Evin en Irán, Sotoudeh lanzó una huelga de hambre en marzo de 2020 junto con otras presas políticas para protestar por el maltrato y la detención continua en celdas superpobladas en medio de la pandemia de COVID-19. Irán liberó a miles de prisioneros en respuesta a los brotes de coronavirus en todas sus cárceles, pero siguió negando la libertad a los presos de conciencia como Sotoudeh. Según el Gulf Center for Human Rights, miembro del IFEX, la salud de Sotoudeh ha sufrido enormemente como resultado de la negligencia médica y las sucesivas huelgas de hambre.
En una aparente represalia, las autoridades arrestaron a su hija de 20 años, Mehraveh Khandan, el 18 de agosto de 2020, y el tribunal de la prisión de Evin la acusó de agredir a una agente de seguridad femenina. Khandan fue puesta en libertad bajo fianza, pero debe defenderse en un caso en curso que es considerado como un esfuerzo para silenciar a los presos políticos intimidando a sus familias.
En octubre de 2020, Sotoudeh fue trasladada a la prisión de mujeres de Qarchak, superpoblada, a pesar de su grave situación de salud. Después de que se le concediera una licencia médica temporal el 7 de noviembre de 2020, su test de COVID-19 dio positivo cinco días después, extendiendo su licencia otras tres semanas. Sotoudeh regresó a prisión el 2 de diciembre de 2020, en vísperas de los premios Right Livelihood Awards, por los que es una de las cuatro personas galardonadas en 2020. “Este apoyo mundial sin precedentes hace que no sea necesario que le explique a mis hijos por qué su madre ha estado en prisión desde que eran muy pequeños», dijo Soutoudeh en una grabación de audio presentada en la ceremonia de premiación.
Desde su celda, la defensora de los derechos humanos también ha sido galardonada con el Premio de Derechos Humanos del Consejo de Abogados y Sociedades de Derecho de Europa, y se le otorgó un doctorado honorario de la Queen’s University en Canadá. El trabajo de toda una vida de Sotoudeh también aparece en un nuevo documental narrado por la ganadora del Premio de la Academia Olivia Colmman, y filmado principalmente en secreto en Teherán.]
Ilustración de Florian Nicolle