Natalya Estemirova fue una defensora de los derechos humanos conocida por documentar la tortura, los asesinatos, las desapariciones y otras brutalidades cometidas por las autoridades chechenas. Fue secuestrada y asesinada en julio de 2009.
En su discurso de aceptación para el Premio Defensor de Human Rights Watch en 2007, Natalya Estemirova declaró: Mis colegas y yo, todos nos hemos visto afectados por el conflicto. Algunos de nosotros hemos perdido a seres queridos y simplemente no podemos permitir que el gobierno se salga con la suya. Durante años, hemos participado en un diálogo minucioso con las víctimas. Yendo de un pueblo a otro, y de casa en casa, les explicamos por qué el silencio no ayuda.
El 6 de octubre de 2007, la periodista y defensora de los derechos humanos, Natalya Estemirova, llegó a Londres para aceptar el primer Premio Anna Politikovskaya Llegar a Todas las Mujeres en la Guerra (Reach All Women in War). En su discurso de aceptación, habló de la valentía de su amiga enfrentando y revelando los abusos cometidos por las fuerzas rusas y chechenas, sabiendo todo el tiempo el gran peligro que eso conllevaba. Politikovskaya había sido asesinada a tiros en su apartamento en Moscú un año antes, el 7 de octubre de 2006. El 15 de julio de 2009, la misma Estemirova fue secuestrada y asesinada, en lo que fuera descrito como una ejecución.
Human Rights Watch cuenta cómo, ese día, los transeúntes escucharon a Estemirova gritando: «¡Esto es un secuestro!», cuando cuatro hombres la obligaron a subir a un coche frente a su casa en la capital chechena Grozni. Estaban demasiado asustados como para intervenir. Su cuerpo fue encontrado ocho horas después en un bosque en la región vecina de Ingushetia, con heridas de bala en la cabeza y el cuerpo.
Historiadora de profesión, Estemirova trabajaba desde el año 2000 en la oficina en Grozny de Memorial, una de las organizaciones más respetadas de derechos humanos de Rusia, que documenta la tortura, los asesinatos, las desapariciones y otras brutalidades cometidas por las autoridades chechenas, en particular por los miembros de la milicia del presidente checheno Kadyrov. En el momento de su muerte, ella estaba trabajando en un proyecto de Human Rights Watch, que investigaba una oleada de ejecuciones extrajudiciales, incendios de casas y detenciones de los separatistas chechenos. También fue corresponsal de la página web independiente del Cáucaso Kavkazksy Uzel, y del diario Novaya Gazeta para el cual Politikovskaya también escribió. Contribuyó con publicaciones extranjeras, incluyendo el Institute of War and Peace Reporting. Era muy valiosa para los periodistas extranjeros, dándoles acceso a los entrevistados y lugares que otros no accederían, como lo atestigua el reportero del New York Times C. J. Chivers en el escalofriante video que realizó después de la muerte de Estemirova.
La sospecha sobre quién había ordenado el asesinato de Estemirova cayó sobre Kadyrov. Su respuesta beligerante fue declarar a Radio Free Europe/Radio Liberty que Estemirova era “una mujer que nadie necesitaba … [que] nunca tuvo dignidad, honor, conciencia”. Luego, en enero de 2010, le dijo al medio pro-gobierno Russia Today que su asesinato había sido ordenado por el oligarca exiliado Boris Berezovsky en un intento de socavar la estabilidad en Chechenia. Fue entonces que el Comité para la Protección de los Periodistas afirmó que Kadyrov debía centrarse en ayudar a la investigación sobre el asesinato en vez de hacer «insinuaciones infundadas».
Oleg Orlov, un abogado y presidente de la junta directiva de Memorial, culpa a Kadyrov, y relata a Lucas Harding de The Guardian que en marzo de 2008, Kadyrov había citado a Estemirova a su oficina para reprenderla por su trabajo. Se dice que Kadyrov le habría admitido: “Sí, tengo las manos hasta los codos en sangre. Y no me avergüenzo de ello. Voy a matar y matar a la gente mala”. Estemirova lo reprendió por esto, según cuenta Orlov. Más tarde, Kadyrov acusó a Orlov de calumnias por sugerir su implicación en la muerte de Estemirova. Orlov fue declarado culpable y condenado a pagar una multa, pero esto fue anulado en una apelación en junio de 2011, cuando Orlov fue absuelto. Mientras tanto, aún nadie ha sido procesado por el asesinato de Estemirova. Como le dijo Tanya Lokshina de Human Rights Watch a Open Democracy en julio de 2012: «Nos da motivos para creer que individuos de alto rango estuvieron involucrados en estos crímenes. Quieren preservar su impunidad. Tenemos la impresión de que las autoridades no están solo tratando de evitar que se investigue el asesinato de Natalya Estemirova. Ellos han estado complicando de todas las maneras posibles el trabajo de los abogados, defensores de los derechos y activistas que han querido continuar la labor de Natalya ayudando a aquellos cuyos seres cercanos han sido secuestrados o han ellos mismos sido víctimas de tortura y de ejecuciones extrajudiciales.»
Memorial cerró su oficina de Grozny después de la muerte de Estemirova, considerando que era demasiado peligroso que su personal permaneciera allí.
El 31 de agosto de 2021, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que las autoridades rusas no investigaron adecuadamente el asesinato de Natalya Estemirova. Sin embargo, no encontró que fueran directamente responsables de su secuestro y asesinato.
Unos meses después, en diciembre de 2021, la Corte Suprema de Rusia dictaminó que Memorial International, una organización en sí misma y también una organización paraguas para muchos grupos regionales, así como el Centro de Derechos Humanos Memorial debían ser disueltos por violar la famosa ley de «agentes extranjeros«.
En el correr de su vida, Estemirova fue honrada por su trabajo pot numerosas organizaciones. En 2007, recibió el Premio al Defensor de Human Rights Watch; en 2005, recibió la Medalla Robert Schuman del Parlamento Europeo; y en 2004 recibió el premio del Parlamento Sueco por el Derecho a la Supervivencia.
Ilustración de Florian Nicolle