La activista del derecho a la tierra Tep Vanny estaba entre 13 mujeres que fueron encarceladas en 2012 por protestar contra el drenaje de un pintoresco lago antiguo en Camboya y el desplazamiento forzoso de miles de residentes que vivían a la orilla del agua. Se mantiene a la vanguardia del movimiento a pesar de nuevas detenciones, de las amenazas constantes y de la vigilancia.
En un video para el premio de Vital Voices «Global Leadership in Public Life» 2013, la activista del derecho a la tierra Tep Vanny afirmó: Nos pondremos de pie. Hablaremos. Seremos vistas. Seremos escuchadas. Y si alguna vez nos silencian, cuenten nuestra historia.
El lago Boeung Kak era un gran humedal urbano en la capital de Camboya, Phnom Penh. Sus cafés y restaurantes ribereños que atraen turistas son una fuente de ingresos para los residentes locales. En 2007 llegó el anuncio de que el lago había sido vendido por US $80 millones a una empresa china que drenaría el mismo, llenándolo de arena, con planes de construir una zona residencial para la élite. Para el año 2010, el 90% del lago había sido llenado, y más de 3.000 residentes fueron desalojados y obligados a relocalizarse en las afueras de la ciudad. El impacto ambiental trajo riesgos de inundaciones, la desaparición de los peces y de las tierras agrícolas en los bancos del lago que habían sido una importante fuente de ingresos para la comunidad local.
Sin derecho a la tierra, los que vivían en el lago luchaban por mantenerse en sus casas y se vieron obligados a aceptar compensaciones inadecuadas. Inevitablemente, esto dio lugar a protestas y en mayo de 2012, 13 mujeres – de 25 a 72 años – fueron condenadas a 2 años y medio de prisión por su participación en las manifestaciones, después de un juicio que duró sólo tres horas. Entre ellas se encontraba Tep Vanny, ya una veterana de los derechos a la tierra, después de haber sido detenida en al menos dos ocasiones el año anterior por su participación en protestas. Las Boeung Kak 13, como luego se las conocieron, fueron liberadas un mes más tarde luego de una intensa campaña desde dentro y fuera de Camboya.
Fiel a su estilo, Tep Vanny volvió directamente a hacer campaña luego de ser liberada. En enero de 2014 estaba entre cinco mujeres que fueron detenidas brevemente por protestar para la liberación de otro activista de derechos a la tierra de cara a una prohibición general contra todas las protestas. Sólo tres días después, Tep Vanny fue a Ginebra para observar el escrutinio del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre el cumplimiento de los compromisos de Camboya en el área de derechos humanos. Como la delegación del gobierno camboyano le restó importancia a las preocupaciones planteadas por ONGs y otros Estados, Tep dijo: «Las autoridades nos han mentido continuamente, nos han arrestado y golpeado, pero el dolor es ahora más fuerte cuando vemos que repiten las mismas mentiras frente a toda la comunidad internacional. En ese momento, quería ponerme de pie y gritar la verdad, pero tuve que sufrir en silencio mientras observaba».
Sin embargo, Tep Vanny no se quedó tranquila. En noviembre 2014 fue arrestada nuevamente, esta vez con otros 10 manifestantes. Cada uno de ellos recibió una condena sumaria de un año de prisión por «violaciones de tráfico» porque bloquearon una carretera con el marco de una cama durante una protesta. Fueron liberados cinco meses más tarde bajo un indulto real en abril de 2015.
La libertad de Tep Vanny fue efímera, ya que fue arrestada nuevamente el 15 de agosto de 2016 y posteriormente declarada culpable de «insultar a un funcionario público» en relación con su participación en una manifestación que marcó la 15ª semana de las protestas del «Lunes Negro» por los cinco defensores de los derechos humanos encarcelados por razones políticas. Fue sentenciada a seis días de prisión y multada con 80,000 Riel (20 dólares americanos), pero desde entonces ha enfrentado cargos adicionales de «incitación a la violencia» durante una protesta que data de 2013. Tep Vanny fue condenada bajo estos cargos y sentenciada a 2 años y 6 meses de prisión el 23 de febrero de 2017. El Tribunal de Apelación confirmó esta decisión el 8 de agosto de 2017 y el Tribunal Supremo volvió a confirmar la condena en febrero de 2018.
A Tep Vanny nunca le faltó el apoyo de la comunidad Boeung Kak y la de los grupos de la sociedad civil dentro y fuera de Camboya que constantemente hicieron campaña por su libertad. El 20 de agosto de 2018, salió libre luego de 700 días de detención injusta después de un perdón real que le otorgó el rey Norodom Sihamoni. Ella prometió continuar con su activismo y compartir su experiencia con otros defensores de los derechos a la tierra en el país.
Tep Vanny ha ganado varios premios en reconocimiento a su búsqueda tenaz de la justicia. Entre los mismo se encuentra el prestigioso premio de Vital Voices «Global Leadership in Public Life» 2013 otorgado a las mujeres que han hecho una diferencia en sus comunidades. En un video que acompaña el premio dijo: Somos amas de casa y trabajadoras. No tenemos el poder de los políticos o de la policía. No tenemos la protección de los tribunales irregulares. Nos tenemos las unas a las otras.
Ilustración de Florian Nicolle