Condenado a 15 años de prisión e impedido de viajar por otros 15 años luego de su liberación, el abogado y defensor de derechos Waleed Abulkhair - quién recibió numerosos premios por su trabajo en derechos humanos - está pagando un alto precio por desafiar los puntos de vista y prácticas de los líderes religiosos y políticos de Arabia Saudita.
En un artículo publicado en julio 2011 en el Instituto de reportajes sobre la Guerra y la Paz (IWPR por su sigla en inglés), Waleed Abulkhair escribió: No es fàcil ser un activista en Arabia Saudita. Me han puesto bajo custodia para investigarme en varias ocasiones; he sido golpeado; mi esposa no puede salir de Arabia Saudita; y mi Twitter, mi cuenta de Facebook y mi sitio web están bloqueados. No tengo duda de que quieren encarcelarme y que algún día esto sucederá - las autoridades están esperando una buena oportunidad.
La carrera de Waleed Abulkhair como defensor de los derechos humanos y las libertades fundamentales inició en 2007, cuando, junto con otros activistas, publicó una declaración en árabe titulada «Parámetros de una Monarquía Constitucional». La declaración le solicitaba a la familia real saudita cambiar el sistema de gobierno actual de una monarquía absoluta a una democracia. También lo puso directamente en el radar del gobierno.
Poco después de descubrir la fundación Monitoreo de los Derechos Humanos en Arabia Saudita (MHRSA por su sigla en inglés) en 2008, el gobierno cerró el sitio web de la organización. Esta fue la primera de una serie de medidas adoptadas para obstaculizar su trabajo. Abulkhair siguió adelante.
Para el 2010, ya había comenzado a construir su reputación internacional como una fuente confiable de información sobre la situación de los derechos humanos en Arabia Saudita. En 2011, fue nombrado por la revista Forbes Oriente Medio como uno de los 100 árabes más influyentes en Twitter.
En 2012, Abulkhair y su esposa, Samar Badawi, comenzaron organizar reuniones semanales en su sala de estar, donde profesores, estudiosos religiosos, abogados y estudiantes podían discutir temas sensibles libremente y de manera segura. Sumoud fue el nombre que le puso a estas reuniones, lo que significa firmeza o resistencia en árabe. La palabra está siendo utilizada como un lema para las campañas que piden su liberación.
Abulkhair conoció a Samar en 2010 cuando ella estaba en la cárcel por desobedecer a su padre abusivo. Abulkhair tomó su caso y puso en marcha la primera campaña en línea exitosa en Arabia Saudita, pidiendo su liberación. A los seis días del inicio de la campaña, los tribunales la liberaron, y poco después, Abulkhair le propuso matrimonio.
El hermano de Samar, Raif Badawi, es un bloguero y activista prominente en Arabia Saudita y está cumpliendo una pena de prisión de 10 años. Abulkhair fue su abogado hasta su arresto, el 15 de abril de 2014.
Abulkhair fue enviado a la prisión de Al-Ha’ir, una famosa prisión de máxima seguridad al sur de Riad, donde se alojan tanto presos políticos como criminales. Fue procesado bajo la ley contra el terrorismo de Arabia Saudita, una ley que Human Rights Watch y otras organizaciones internacionales consideran como una violación al derecho a un debido proceso y a un juicio justo.
El 7 de julio de 2014, la Corte Penal Especializada en Jeddah lo declaró culpable de «socavar el régimen y los funcionarios», «inflamar la opinión pública», y «distorsionar la reputación del reino». El tribunal incluso aplicó la nueva ley ‘antiterrorista’ al caso de Abulkhair. Abulkhair, que recibió numerosos premios de derechos humanos, fue condenado a 15 años de prisión y se le impidió viajar por otros 15 años.
Samar le dijo a CNN que su marido no acepta el veredicto, que no apeló y que tampoco reconoce la legitimidad del tribunal o su fallo. Su sentencia fue confirmada en enero de 2015 y el juez de apelación anunció que cumpliría los «15 años completos de prisión, en lugar de una condena reducida de diez años, ya que se había negado a disculparse por sus presuntos delitos».
El 7 de junio de 2016, Abdulkhair empezó una huelga de hambre para protestar «contra la negativa de las autoridades penitenciarias a proporcionarle la atención médica que necesita y los malos tratos en curso.»
Ilustración de Florian Nicolle