El hecho de que no haya habido ninguna condena en el caso de la masacre de Ampatuan del 2009, refleja y alimenta la cultura de la impunidad en todas partes. IFEX invita al mundo a conmemorar a los muertos y a reclamar justicia.
Cuando hablamos de la cuestión de la impunidad, muchas veces nos referimos a la importancia de llevar a los criminales ante la justicia. Pero la justicia significa más que eso. Esto fue reforzado en una reciente reunión en Estrasburgo sobre la protección de los periodistas: llevar a los criminales ante la justicia es necesario cuando falla la protección. Pero en el mejor de los mundos, queremos prevenir estos crímenes y crear un entorno seguro y propicio para los periodistas.
Eso es para lo que está trabajando IFEX con su campaña anual que involucra a toda su red para poner fin a la impunidad de los crímenes contra la libertad de expresión. Cada año nos centramos en fortalecer el conocimiento de este problema generalizado y pedimos justicia en casos específicos – no sólo para que los responsables rindan cuentas, sino para ayudar a crear las condiciones para que todos sean libres de buscar y difundir información, sin sentir miedo. Creemos que esto es fundamental para el derecho a la libertad de expresión y para nuestra capacidad de promover y defender todos los derechos humanos.
El 2 de noviembre celebramos el primer Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas. Hace cinco años, el 23 de noviembre en Filipinas, un ataque brutal con motivos políticos dejó 58 muertos – 32 de ellos eran periodistas y trabajadores de los medios. Ampliamente conocida como la masacre de Ampatuan, este fue el ataque único más sangriento para los medios de comunicación, y ni una sola persona ha sido condenada por ninguna de esas muertes.
Hoy, IFEX lanza un conjunto de acciones de campaña que se centran en este caso emblemático de la impunidad y lo qué ha pasado en los cinco años transcurridos desde su ocurrencia.
La red IFEX ha estado estrechamente involucrada en este caso desde el principio. Ya en 2009, en el período inmediatamente posterior a los asesinatos y por invitación de la Unión Nacional de Periodistas de Filipinas, el miembro de IFEX la Federación Internacional de Periodistas (FIP) encabezó una misión a la zona que incluyó a representantes del Comité de Protección de Periodistas (CPJ), la Alianza de medios, artes y entretenimiento de Australia y la Alianza de Prensa del Sureste de Asia (SEAPA). Sus preocupantes hallazgos fueron publicados en un informe el mes siguiente.
En una entrevista poco después de la masacre, el fiscal jefe de la ciudad Ediberto Jamora llegó al corazón del problema: «Esto es lo que sucede cuando los gobiernos actúan fuera de la ley, cuando las personas piensan que están por encima de la ley y que sus fechorías nunca serán castigadas».
Hablar sobre el caso fue una jugada peligrosa. Luego de que el guardaespaldas de Jamora fuera amenazado, Jamora también empezó a recibir amenazas. Estos riesgos continúan hoy en día para los que luchan en nombre de las víctimas en el caso.
Seis individuos – tres testigos y tres familiares de las víctimas de la masacre – han sido asesinados. Los fiscales que trabajan en el caso reciben amenazas regularmente.
IFEX destacó a uno de los fiscales, Prima Jesusa Quinsayas, en su campaña de 2012 para poner fin a la impunidad. Algunos de sus clientes habían sido indirectamente amenazados de muerte y sobornados para cambiar su testimonio. Se levantaron cargos de difamación y otros cargos falsos en contra de los testigos y sus hogares fueron destruidos.
El miembro local de IFEX con sede en Manila, el Centro para la Libertad y Responsabilidad de Medios (CMFR), ha trabajado incansablemente en colaboración con muchos otros para informar sobre la manipulación legal de las reglas del tribunal y la intimidación de los testigos, detrás del continuo retraso de las actuaciones.
Los periodistas locales continúan enfrentando desafíos mientras cubren el juicio. Muy recientemente, el pasado mes de septiembre, el personal de seguridad y los oficiales de policía excluyeron a los miembros de los medios de comunicación y no los dejaron presenciar el juicio sin presentar una orden o dar otra explicación.
Todo esto nos lleva al quinto aniversario del ataque. CMFR están organizando la campaña «un millón de velas«, que incluye una vigilia en Manila en la tarde del 23 de noviembre. En apoyo a esta iniciativa, IFEX está ejecutando una campaña digital de una semana de duración que conduce a esa fecha.
Usted puede, y debe, ser parte de esta campaña. El hecho de no haber condenado a nadie en este caso refleja y alimenta la cultura de la impunidad, en todas partes.
A partir del 18 de noviembre, le invitamos a tuitear y reclamar justicia usando la etiqueta #AmpatuanMassacre. Pero no se equivoque – Tuitea por justicia es una etiqueta de campaña diferente.
Vaya a la web de la campaña de IFEX, daytoendimpunity.org, para encontrar nuestro único «muro digital». En dicho muro, se encuentran las imágenes de los 32 periodistas y trabajadores de los medios que perecieron en el ataque en Filipinas. Sus imágenes están desapareciendo, pero cada vez que un tuit que usa #AmpatuanMassacre aparece en el muro, sus imágenes se iluminan momentáneamente, señalando nuestra intención de jamás permitir que se desvanezca su memoria.
Nuestro mensaje, al que esperamos que agregue su voz, es: estos crímenes no serán olvidados.
En la noche del 23 de noviembre, este muro digital será proyectado para que todos lo vean durante la vigilia con velas de CMFR en Manila.
Los estamos invitamos a todos a que hagan lo mismo que nuestros colegas en las Filipinas. Organice una vigilia, en cualquier lugar del mundo, mediante la proyección del muro digital, en-vivo, y anime a la gente a enviar tuits de apoyo que aparecerán en el muro en cuestión de segundos.
Hacer campaña para poner fin a la impunidad no significa únicamente enviar personas a la cárcel. Le dice a aquellos que cometen crímenes similares en todo el mundo: deberán rendir cuentas. No se saldrán con la suya. Y ver que se haga justicia en un caso, ayuda a que pase el mensaje a la vez que refuerza nuestra determinación de seguir abogando por el fin de la impunidad, en todas partes.