Como es inevitable que parte de la atención del mundo se aleje de Brasil, los miembros de IFEX están pidiendo a las autoridades del país que finalmente pongan en práctica medidas de seguridad que podrían haber evitado los ataques contra periodistas durante la Copa Mundial.
La Copa Mundial llegó y se fue, y los grandes perdedores no son los equipos que se fueron a casa sin la copa, sino los numerosos periodistas y manifestantes que fueron atacados y detenidos durante el torneo que duró un mes. Como es inevitable que parte de la atención del mundo se aleje de Brasil por un tiempo – por lo menos hasta los Juegos Olímpicos de verano de 2016 – los miembros de IFEX están pidiendo a las autoridades del país que finalmente pongan en práctica medidas de seguridad que podrían haber evitado los ataques.
Los ataques a los medios que cubrían las protestas hicieron los titulares, incluso antes de que empezara la Copa Mundial, y continuaron hasta el día de la final, el 13 de julio que fue el peor día del torneo para los periodistas, con 14 ataques durante una protesta en Río de Janeiro, todos llevados a cabo por la policía.
La organización local Abraji (Associação Brasileira de Jornalismo Investigativo) documentó 38 casos de violaciones contra periodistas durante la Copa Mundial. Señalaron que el 89% por ciento de estas violaciones se llevaron a cabo por la policía, siguiendo una tendencia en los ataques a los medios que ha estado ocurriendo desde junio de 2013.
Durante una reunión en el palacio presidencial en Brasilia durante la semana del 7 de julio, se le dijo a Christophe Deloire, secretario general de Reporteros sin Fronteras (RSF), que el gobierno no tiene control directo sobre la policía militar, la cual fue responsable de algunos de los ataques durante las protestas.
El documentalista canadiense Jason O’Hara fue uno de los trabajadores de los medios atacado por la policía militar justo antes del partido final. Su caso es emblemático de las palizas y el desprecio sufrido por los medios que fueron muy comunes en las calles brasileñas. O’Hara estaba cambiando una tarjeta de memoria en su cámara, cuando fue atacado por un grupo de oficiales del escuadrón antidisturbios. Sus heridas lo llevaron a un hospital y necesitó puntos de sutura en una herida en la pierna. Había estado filmando las protestas para un documental sobre los desalojos forzosos relacionados con la Copa Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro.
Camille Soulier, jefa del Despacho Américas de RSF, dijo que su organización instó «a las autoridades a garantizar que los actos de violencia contra periodistas por parte de los miembros de la policía militar no queden impunes».
La justicia llegó para algunos pocos incidentes contra los medios. Cuatro miembros de la fuerza policial de Río fueron suspendidos en la semana siguiente a la final después de que se hiciera público un video que los mostraba atacando a un grupo de periodistas durante una protesta contra la Copa Mundial.
IPI y otros están pidiendo que se haga más para proteger a los periodistas. En marzo, las recomendaciones elaboradas por una coalición de grupos de libertad de prensa en Brasil, incluyendo Abraji y otro miembro de IFEX, Artículo 19, fueron aprobadas por la entonces Ministra en jefe de la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, Maria do Rosário. Lamentablemente, ninguno de los órganos de gobierno que programaron poner en práctica dichas recomendaciones lo han hecho.
Vanessa I. Garnica, Asesora de IPI para la libertad de prensa en América Latina y el Caribe, dijo que «el IPI está extremadamente decepcionado por el fracaso del gobierno en poner en práctica las recomendaciones de los grupos locales de libertad de prensa (…) que podrían evitar innecesarios ataques y detenciones de periodistas. «
Se ha puesto en marcha un plan para crear un órgano que pueda monitorear la violencia contra los trabajadores de comunicación en Brasil. El mismo se encuentra a la espera de la firma de una ordenanza por la actual jefa de la Secretaría de Derechos Humanos, Ideli Salvatti, y el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo. La pregunta es cuándo se materializará ya que las reuniones previstas para el 24 de junio y el 22 de julio fueron aplazadas, dejando los medios del país a merced del sistema actual, al menos por ahora.