Las víctimas de asesinatos, desapariciones y torturas en Gambia le escriben a la comunidad internacional para exigir justicia en el Día contra la Impunidad.
La Unión de gambianos asesinados,
Cementerio Central de víctimas del régimen de Jammeh,
Banjul, Gambia
A:
Oficina del Secretario General,
Sede de las Naciones Unidas,
Nueva York, Estados Unidos
CC:
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental
La Unión Africana
Estimados líderes mundiales,
El 22 de julio de 2015, que marcó 21 años bajo el mando de Yahya Jammeh en Gambia, nosotros los mártires del reinado del terror del hombre fuerte de Gambia, le escribimos una carta desde la tumba sobre las atrocidades no resueltas que han caracterizado su desgobierno de nuestra querida nación.
Somos ciudadanos, profesionales de los medios, estudiantes, disidentes políticos y activistas de la sociedad civil inocentes y bienintencionados que pagamos el precio más alto por enfrentarnos a la tiranía del presidente Jammeh.
Unos cuatro meses después de dicha carta, el rey de la impunidad de África Occidental ha, como de costumbre, desairado nuestras súplicas con absoluto desprecio. Con motivo del Día Mundial Contra la Impunidad de los Crímenes Contra Periodistas, que está siendo conmemorado hoy, 2 de noviembre de 2015, deseamos renovar nuestro llamado. Esta vez, le pedimos a la CEDEAO, la Unión Africana, y otros líderes regionales e internacionales que hagan rendir cuentas al presidente Yahyah Jammeh por enviarnos brutalmente a nuestras tumbas tan prematuramente, y por seguir, como lo describe Human Rights Watch «… llevando a cabo homicidios ilegítimos y arrestos arbitrarios; deteniendo y desapareciendo personas a la fuerza, haciendo que cientos huyan del pequeño país».
Nuestra decisión de dirigirles nuestra súplica, ustedes líderes de la comunidad internacional, está inspirada por nuestro camarada y compañero de martirio, el inmortal Norbert Zongo, quien dijo «Lo peor de todo no es la maldad de los malvados, sino el silencio de la gente buena».
Nosotros aquí en tumbas improvisadas y sin identificación repartidas a través de Gambia, adherimos a la filosofía de Norbert Zongo y sacrificamos nuestras vidas por la causa de los oprimidos. Creemos que no es pedir demasiado implorarles de continuar donde nosotros nos quedamos, exigiendo respuestas, reparaciones y, sobre todo, un alto a la impunidad del régimen sangriento en lo que de otra manera sería un hermoso país.
Hemos elegido compartir nuestras preocupaciones con ustedes porque, después de haber sobrevivido a la tiranía y abusos de derechos humanos, no se puede esperar realísticamente que el régimen de Jammeh se retraiga voluntariamente de lo que lo ha mantenido en vida.
Como líderes mundiales, se han sentado junto a las autoridades de Gambia para discutir y ratificar numerosos tratados y actas internacionales que llaman a los Estados a respetar los derechos humanos básicos de sus ciudadanos. A la vista de las violaciones bien documentadas de estos convenios por parte de Gambia, nosotros, sus víctimas fatales, le hacemos este llamamiento solemne para que sancione al gobierno por fallar en sus obligaciones en virtud de dichos tratados. Si no actúa, estará condonando la criminalidad y asociándose con un paria de los derechos humanos.
Algunos de nosotros tuvimos la suerte de haber sido enterrados por nuestros parientes igualmente afortunados. Pero las familias de otros que desaparecieron y de los que ya no se supo nada, siguen traumatizadas. Estas familias necesitan darle un cierre a los casos y saber de la suerte que corrieron sus seres queridos desaparecidos. Les rogamos por lo tanto que piensen en nosotros y en nuestras familias que están de duelo, mientras conmemoran el Día Mundial contra la Impunidad.
Nuestras almas están en crisis y lloran diariamente mientras vemos a Yahya Jammeh pavonearse en la escena mundial sin ninguna reprimenda por parte de ustedes, sus compañeros jefes de Estado. Sin embargo, nos consolamos por el hecho de que como mortales, el presidente Jammeh, sus secuaces y cómplices se unirán a nosotros aquí, tarde o temprano, y estaremos en condiciones de decidir qué tipo de recepción les concederemos.
Estamos esperando,
Los muertos.