La caída del precio del petróleo ha traído consigo largas filas y estantes vacíos en los supermercados, poniendo de relieve cuestiones económicas que el gobierno preferiría no discutir.
En algunas partes del mundo, el ciudadano medio se da cuenta de los cambios en el precio del petróleo sólo cuando visita una gasolinera. En Venezuela, el país con las reservas mundiales de petróleo más grandes, la gente experimenta la reciente caída dramática en los precios del petróleo cada vez que intentan comprar alimentos. Largas filas y estantes vacíos han sido algunos de los resultados de la caída de precios de la materia prima, que ha agravado los problemas económicos de larga data en Venezuela; problemas, que de acuerdo al gobierno, son el resultado de la «guerra económica» y el «bombo de los medios».
El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha culpado a menudo a las fuerzas externas por los problemas económicos y sociales del país. Nociones de complot «para desestabilizar el país» involucrando a agencias de inteligencia estadounidenses no identificadas se han vuelto comunes en los discursos oficiales en los que las figuras del gobierno se esconden detrás de dicha retórica en vez de ser transparentes en relación a las deficiencias de la administración. Cuando los medios informan sobre problemas que se pueden atribuir a las acciones tomadas por el gobierno, los funcionarios llaman mentirosos a los medios. Los reporteros que cubren la situación económica actual se encuentran en agua caliente.
En el último año, bienes básicos como la harina de maíz y el papel higiénico han desaparecido de las estanterías, y la gente ha pasado días enteros yendo de tienda en tienda buscando los artículos corrientes de sus listas. Lo que es diferente ahora es que las carencias son más extremas, significando que la gente puede esperar en fila durante horas sin saber lo que estará disponible una vez que llegan dentro de la tienda.
Históricamente, ha habido escasez en el comienzo del año nuevo, debido en parte al hecho de que los venezolanos tienden a recibir más paga al final del año y gastan este dinero rápidamente, lo que significa que algunos artículos se agoten. Los partidarios del gobierno han utilizado esto para tratar de explicar la escasez. Sin embargo, como lo explica Antulio Rosales, un economista político que trabaja en Venezuela en la Escuela Balsillie de Asuntos Internacionales, la escasez es más aguda este año porque Venezuela tuvo que utilizar los fondos en moneda extranjera para pagar las deudas a finales de 2014, lo que exacerbó la falta de divisas disponibles para la importación de materiales y productos terminados por parte de las empresas.
Han ido apareciendo grietas en el sistema por años, pero con el precio actual del petróleo por debajo de los 50 dólares el barril, y el hecho que Venezuela depende de este recurso en el 95% de sus ingresos por exportaciones, la crisis se está intensificando. El índice de aprobación de Maduro ha caído a un 22%, y parece que controlar el mensaje – y los mensajeros – se ha vuelto más importante que nunca. Este esfuerzo por manejar la información y la expresión crítica es la característica que define a un «democratator», un término acuñado por Joel Simon, director ejecutivo del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). Simon aplicó este término al ex presidente Chávez, y es posible decir que Maduro está siguiendo su ejemplo.
En las últimas semanas, fotógrafos y periodistas ciudadanos han tenido problemas por tomar y tuitear fotos de estantes vacíos de las tiendas de comestibles, y las personas en las colas interminables. Los venezolanos han comenzado a usar el hashtag #AnaquelesVaciosEnVenezuela en los medios sociales para compartir su frustración. Según el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS-Venezuela), el 2 de enero, un empleado de la cadena de supermercados Excelsior Gama en el Estado de Miranda se quejó a la policía sobre el periodista ciudadano Oliver Laufer que estaba fotografiando refrigeradores vacíos. La policía no detuvo Laufer, pero el empleado lo amenazó diciendo: «Si toma otra foto, voy a hacer que lo encarcelen.» La cadena de supermercados ha dicho que tiene una política acerca de las personas que toman fotos en el interior de sus tiendas, pero Laufer no compra esa explicación. Cuando él tuiteó sobre el incidente, escribió, «La censura es la nueva regla». Laufer solicitó fotos de las tiendas de comestibles en otros países, en un esfuerzo para mostrar que la gente es libre de documentar y compartir lo que ocurre en sus países de origen.
Empleado de @Excelsior_Gama «si tomas otra foto te mando a meter preso». Puse la queja. Censura es nueva regla. pic.twitter.com/YFICPcyBEG
— Oliver Laufer (@OliverLaufer) January 2, 2015
El miembro de IFEX Espacio Público informó que el 5 de enero, el fotoperiodista de NTN24 Rafael Hernández fue agredido por un empleado de una tienda por filmar un video desde la calle. En las últimas semanas, IPYS-Venezuela ha registrado numerosos incidentes relacionados con los medios de comunicación y la cobertura de la escasez, entre ellos el de una periodista que incluso fue amenazada vía twitter por su trabajo.
Algunos supermercados han establecido reglas que dictan cuando la gente puede comprar ciertos artículos, basándose en el último dígito del número de identificación nacional. Se han reportado saqueos en algunas tiendas. Muchos han reforzado la seguridad dado que las tensiones son altas entre las personas esperando en las filas. Esto es lo que pasó cuando un cargamento de jabón llegó a una tienda:
Los funcionarios están justificando los problemas como el resultado de la «guerra económica», culpando a algunos grupos por apostar en contra de la estabilidad de la nación. Una campaña en la televisión estatal acusa a los ciudadanos de incitar a la escasez mediante compras de pánico y les insta a mostrar confianza en su país.
A pesar de los evidentes problemas, el gobierno no se ha retractado. Cuando el presidente Maduro regresó al país el 17 de enero después de un viaje de dos semanas para obtener el apoyo de los aliados en otros países ricos en petróleo, las calles en el centro de Caracas fueron cubiertas con pancartas mostrando a Maduro con varios líderes mundiales bajo el título «exitosa gira». Al parecer, la máquina de propaganda estatal está trabajando, ya que el viaje en realidad obtuvo resultados mixtos. Los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como Arabia Saudita y Kuwait, se han negado a reducir la producción para detener la caída del precio, mientras que Rusia y China han acordado invertir en proyectos de petróleo y energía en Venezuela.
El medio de comunicación NTN24 informó que un grupo pro-gubernamental llamado Red de Defensoras y Defensores de la Seguridad y Soberanía Alimentaria, había estado publicando avisos en las puertas de los supermercados sobre la escasez. En la parte inferior del cartel se lee: «No te dejes engañar. La derecha golpista quiere jugar con tus necesidades para después decir que es el Gobierno». Este es un tuit de su corresponsal Rafael Hernández:
Prohibido protestar y estar descontento por las largas colas. Pero sí está permitido difundir excusas infundadas? pic.twitter.com/5ei4vHIyQw
— Sincepto (@sincepto) January 13, 2015
En febrero y marzo de 2014 las protestas se apoderaron de Venezuela, y aunque algo de la ira iba dirigida a los problemas económicos, fue puesta en marcha por estudiantes que protestaban por la violación de una compañera de clase y más tarde se amplió a cuestiones de inseguridad en general. Esta misma semana, parece que la frustración de los venezolanos con la economía se mueve de las colas a las calles. El 19 de enero Hannah Dreier, corresponsal de AP en Venezuela, tuiteó que venían duelos de protestas:
Dueling protests coming to Caracas. The goverment calling theirs «march of the undefeated.» The opposition one is «march of the empty pots»
— Hannah Dreier (@hannahdreier) January 20, 2015
(El tuit dice: «Se viene duelo de protestas en Caracas. El gobierno llama la suya “marcha de los invictos”. La de la oposición es » marcha de las ollas vacías»)
Mientras el polvo apenas se ha asentado sobre las protestas del año pasado, Venezuela se encuentra una vez más al borde de un punto de inflexión.