"Las autoridades cataríes están alterando el sistema de acreditación de periodistas para prohibirles trabajar sobre determinados temas", denuncia el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
Este artículo fue publicado originalmente en rsf.org el 18 de octubre de 2022.
Las nuevas acreditaciones que se están concediendo con ocasión del Mundial de fútbol siguen imponiendo numerosas restricciones a la prensa, al tiempo que crean trabas burocráticas y procesos poco claros. Reporteros Sin Fronteras (RSF) denuncia la voluntad manifiesta del Emirato de disuadir a los periodistas de hacer su trabajo fuera de los estadios de fútbol.
“Las autoridades cataríes están alterando el sistema de acreditación de periodistas para prohibirles trabajar sobre determinados temas”, denuncia el secretario general de RSF, Christophe Deloire. “Al obligar a los medios, cuando solicitan su acreditación, a respetar una serie de condiciones, algunas de las cuales son vagas, ambiguas y sujetas a interpretaciones arbitrarias, Qatar está buscando claramente disuadir, cuando no impedir, a la prensa extranjera de hablar de otra cosa que no sea el fútbol”, añade.
Oficialmente, Qatar ha suavizado las limitaciones a la labor de los periodistas extranjeros, ya que antes imponía, por ejemplo, una cláusula que prohibía la realización de reportajes “inapropiados u ofensivos para la cultura catarí y para los principios islámicos” en los permisos de rodaje, de los que RSF ha podido obtener una copia. El Emirato ha eliminado esta condición y las nuevas acreditaciones tampoco especifican ya las regiones, calles o barrios en los que los periodistas pueden grabar imágenes.
No obstante, en la web oficial de solicitud de acreditaciones para los medios, destaca una advertencia significativa: los periodistas no podrán grabar imágenes, ni tomar fotografías en “las propiedades residenciales, las empresas privadas y las zonas industriales”. Esta última precisión alude a la polémica zona en la que se han denunciado violaciones en las condiciones laborales de los trabajadores migrantes. El permiso de grabación también prohíbe filmar en las “zonas restringidas, en las que el rodaje requiere una autorización previa”, así como en “cualquier lugar en el que haya señales o dispositivos de seguridad que indiquen que está prohibida la toma de fotografías o imágenes”.
Los medios tienen que aceptar con antelación una serie de condiciones, cuando realizan su solicitud de acreditación online:
“Al presentar este formulario, usted/su organización acepta las condiciones siguientes:
- Grabar imágenes y tomar fotografías solo en los lugares autorizados
- No grabar imágenes, ni tomar fotografías en los lugares excluidos, listados a continuación
- Respetar la vida privada de las personas y no inmiscuirse en su vida personal, ni grabarlas, a ellas y a sus bienes, sin su autorización previa expresa
- Cumplir con las leyes cataríes»
Contactado por RSF, el organismo responsable de la organización del Mundial (The Supreme Committee for Delivery and Legacy, SC) asegura que las autoridades no contemplan imponer ninguna restricción a la libertad de realizar coberturas o de expresión de los representantes de los medios. “Como en todo el mundo, está permitido grabar una propiedad privada, pero requiere del consentimiento del propietario o de la entidad responsable de la propiedad”, explica la SC.
Aunque puedan parecer triviales, las restricciones, la ambigüedad y las imprecisiones que rodean la formulación de las condiciones para realizar coberturas permiten a las autoridades interpretarlas a su antojo, e incluso modificar su aplicación.
En la práctica, el calificar algunas zonas como “privadas” o “propiedades residenciales”, “empresas privadas” y “zonas industriales”, tal y como está indicado en los permisos, sin concretar quiénes son los propietarios, permite, por ejemplo, prohibir entrevistar a personas en su domicilio a los equipos de televisión que se desplazan a Qatar para cubrir el Mundial de fútbol. Para obtener autorizaciones de rodaje “a menudo, hay que saber orientarse en un laberinto burocrático complejo, que termina casi siempre en callejones sin salida”, explica un periodista extranjero basado en Qatar, que pide el anonimato.
De este modo, las autoridades cataríes logran disuadir a los periodistas de aventurarse en zonas que podrían poner en aprietos al Estado, especialmente en las áreas industriales en las que viven los obreros en Qatar. “¡La última cosa que desea el gobierno catarí es ver a miles de periodistas pasearse con sus cámaras por los barrios donde residen los trabajadores!”, abunda el periodista. “A la vez, saben que no pueden impedir a los periodistas acudir a estas zonas sin llamar aún más la atención. Por eso intentan dar la impresión de que nada está prohibido, manteniendo a la vez estas restricciones”, añade.
En Qatar, los permisos para grabar en propiedades privadas tardan especialmente en concederse, y esto incluye zonas no sensibles, como museos, salas de conferencias u otras entidades privadas. Resulta, incluso, difícil identificar a las autoridades competentes para otorgarlos. Permitir a los periodistas grabar donde quieran, excluyendo a la vez las zonas privadas -entre ellas, las industriales- es una táctica ingeniosa para limitar su trabajo.
Periodistas detenidos por intrusión en propiedad privada
Así fueron detenidos durante dos días el periodista de la BBC Mark Lobel y el resto de su equipo de televisión, en mayo de 2015. El gobierno catarí había invitado a periodistas extranjeros para enseñarles las nuevas viviendas destinadas a los trabajadores migrantes. Este tipo de reportajes no son extraños, pero se hacen bajo la supervisión del gobierno. Cuando el equipo de la BBC volvió por sus propios medios al lugar para realizar otro reportaje, fue detenido y se le confiscó el material por “intrusión en una propiedad privada”.
Más recientemente, en 2021, también se usó el allanamiento para detener, durante más de 30 horas, al periodista deportivo de la radio pública noruega NRK Halvor Ekeland, y al fotógrafo Lokman Ghorbani, también de la NRK. A ambos se les obligó a borrar las fotografías de sus dispositivos, después de haber cubierto la situación de los migrantes en Qatar.