"Las autoridades qataríes deben poner fin a la impunidad de la violencia contra las personas LGBT. El mundo está observando" - Rasha Younes, investigadora de derechos LGBT de Human Rights Watch.
Este artículo fue publicado originalmente en hrw.org el 25 de octubre de 2022.
Discriminación, malos tratos durante la detención, violación de la intimidad, terapias de conversión
Las fuerzas del Departamento de Seguridad Preventiva de Qatar han arrestado arbitrariamente a personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) y las han sometido a malos tratos durante su detención, señaló hoy Human Rights Watch. Las personas LGBT entrevistadas dijeron que los abusos se produjeron en fechas recientes, como en septiembre y en noviembre de 2022, mientras Qatar se preparaba para acoger la Copa Mundial de Fútbol masculino de la FIFA de 2022, e incluso cuando el Gobierno era objeto de un intenso escrutinio por su trato a las personas LGBT.
Human Rights Watch documentó seis casos de palizas graves y repetidas y cinco casos de acoso sexual bajo custodia policial entre 2019 y 2022. Las fuerzas de seguridad detuvieron a personas en lugares públicos basándose únicamente en su expresión de género y registraron ilegalmente sus teléfonos. Como requisito para su liberación, las fuerzas de seguridad ordenaron que las mujeres transgénero detenidas asistieran a sesiones de terapia de conversión en un centro de “apoyo conductual” patrocinado por el gobierno.
“Mientras Qatar se prepara para acoger la Copa del Mundo, las fuerzas de seguridad están deteniendo y abusando de las personas LGBT simplemente por ser quienes son, aparentemente confiando en que los abusos de las fuerzas de seguridad no serán denunciados ni investigados”, señaló Rasha Younes, investigadora de derechos LGBT de Human Rights Watch. “Las autoridades qataríes deben poner fin a la impunidad de la violencia contra las personas LGBT. El mundo está observando”.
Human Rights Watch entrevistó a seis qataríes LGBT, entre ellos cuatro mujeres transgénero, una mujer bisexual y un hombre gay. El doctor Nasser Mohamed, un activista qatarí abiertamente gay, ayudó a poner en contacto a Human Rights Watch con cinco de los entrevistados.
Todos dijeron que los agentes del Departamento de Seguridad Preventiva los detuvieron en una prisión subterránea en Al Dafneh, Doha, donde fueron acosaron verbalmente y sometidos a abusos físicos, desde bofetadas hasta patadas y puñetazos hasta hacerlas sangrar. Una mujer dijo haber perdido el conocimiento. Los agentes de seguridad también infligieron malos tratos verbales, extrajeron confesiones forzadas y negaron a los detenidos el acceso a un abogado, a la familia y a la atención médica. Los seis dijeron que la policía los obligó a firmar compromisos que indicaban que “cesarían la actividad inmoral”.
Todos estuvieron detenidos sin cargos, en un caso durante dos meses en régimen de aislamiento, sin acceso a asesoramiento jurídico. Ninguno recibió algún registro de haber sido detenido. Estos actos podrían constituir una detención arbitraria según el derecho internacional de los derechos humanos.
El Departamento de Seguridad Preventiva depende del Ministerio del Interior de Qatar.
Una mujer transgénero qatarí declaró que, después de que las fuerzas de seguridad la detuvieran en la calle en Doha, los agentes de Seguridad Preventiva la acusaron de “imitar a las mujeres” por su expresión de género. En el coche de policía, la golpearon hasta que le sangraron los labios y la nariz y le propinaron patadas en el estómago: “Ustedes, los gays, son inmorales, así que seremos igual con ustedes”, dijo uno de los agentes le aseveró.
“Vi a muchas otras personas LGBT detenidas allí: dos lesbianas marroquíes, cuatro gays filipinos y un gay nepalí”, dijo. “Estuve detenida durante tres semanas sin cargos, y los agentes me acosaron sexualmente en repetidas ocasiones. Parte del requisito de liberación era asistir a sesiones con un psicólogo que ‘me haría de nuevo un hombre’”.
Otra mujer transgénero qatarí dijo que fue detenida en público por las fuerzas del Departamento de Seguridad Preventiva porque llevaba maquillaje. “Me dieron toallitas para las manos y me obligaron a limpiarme el maquillaje de la cara”, dijo. “Utilizaron las toallitas manchadas de maquillaje como prueba contra mí y me hicieron una foto con las toallitas en la mano. También me afeitaron el pelo”. Las fuerzas de seguridad le hicieron firmar un compromiso de que no volvería a usar maquillaje como condición para su liberación, dijo.
Una mujer bisexual qatarí dijo: “[Los agentes de Seguridad Preventiva] me golpearon hasta que perdí el conocimiento varias veces. Un agente me llevó con los ojos vendados en coche a otro lugar que desde dentro parecía una casa privada y me obligó a ver cómo golpeaban a personas atadas como táctica de intimidación”.
Una mujer transexual qatarí, detenida en público por la Seguridad Preventiva en Doha, dijo: “Ellos [la Seguridad Preventiva] son una mafia. Me detuvieron dos veces, una durante dos meses en una celda solitaria bajo tierra, y otra durante seis semanas. Me pegaban todos los días y me afeitaban el pelo. También me hicieron quitarme la camiseta y me hicieron una foto de los pechos. Sufrí una depresión a causa de mi detención. Todavía tengo pesadillas y me aterra estar en público”.
Los detenidos LGBT dijeron que en todos los casos las fuerzas de Seguridad Preventiva los obligaron a desbloquear sus teléfonos y tomaron capturas de pantalla de fotos y chats privados de sus dispositivos, así como información de contacto de otras personas LGBT.
Un hombre gay qatarí que ha sufrido la represión del gobierno, incluida la detención arbitraria, dijo que las fuerzas de seguridad lo vigilaron y detuvieron basándose en su actividad en Internet.
Todas las personas entrevistadas ofrecieron relatos sorprendentemente similares. El clima represivo en torno a la libertad de expresión en Qatar, incluso en lo relativo a los derechos de las personas LGBT, ha hecho que muchas personas que pueden haber experimentado malos tratos tengan miedo de ser entrevistadas por el riesgo de represalias, dijo Human Rights Watch.
El Código Penal de Qatar, en su artículo 285, castiga las relaciones sexuales extramatrimoniales, incluidas las relaciones entre personas del mismo sexo, con hasta siete años de prisión. Ninguno de los entrevistados dijo que se enfrentara a cargos, y parece que su arresto y detención arbitrarios se basan en la Ley nº 17 de 2002 sobre Protección de la Comunidad, que permite la detención provisional sin cargos ni juicio durante un máximo de seis meses, si “existen razones fundadas para creer que el acusado puede haber cometido un delito”, incluyendo “la violación de la moral pública”. Las autoridades qataríes también censuran la cobertura de los medios de comunicación sobre orientación sexual e identidad de género.
En 2020, Qatar aseguró a los posibles visitantes que daría la bienvenida a los visitantes LGBT y que los aficionados serían libres de ondear la bandera del arco iris en los partidos de fútbol de la Copa del Mundo. Las sugerencias de los funcionarios de que Qatar haría una excepción a sus leyes y prácticas abusivas para los extranjeros son recordatorios implícitos de que las autoridades qataríes no creen que sus ciudadanos y residentes LGBT merezcan derechos fundamentales, dijo Human Rights Watch.
La FIFA, el organismo rector del fútbol, que otorgó a Qatar la Copa del Mundo en 2010, adoptó en 2016 los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, que le exigen “abstenerse de infringir los derechos humanos de terceros y hacer frente a las consecuencias negativas sobre los derechos humanos”. Exige a la FIFA que tome medidas adecuadas para la “prevención, mitigación y reparación” de los impactos sobre los derechos humanos.
Las fuerzas de seguridad qataríes deberían poner fin a las detenciones por relaciones sexuales adultas y consentidas, incluidas las conductas homosexuales, o las basadas en la expresión de género, y liberar inmediatamente a las personas LGBT que permanecen detenidas arbitrariamente, señaló Human Rights Watch. El Gobierno qatarí debería poner fin a los malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad contra las personas LGBT, incluyendo el cese de cualquier programa patrocinado por el Gobierno dirigido a las prácticas de conversión. Los países que envíen fuerzas de seguridad externas a Qatar durante la Copa del Mundo deben garantizar que cumplen con el derecho internacional de los derechos humanos y abstenerse de sumarse a los abusos de las fuerzas de seguridad qataríes.
Las autoridades qataríes deben derogar el artículo 285 y todas las demás leyes que penalizan las relaciones sexuales consentidas fuera del matrimonio e introducir una legislación que proteja contra la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género, tanto en línea como fuera de Internet. La libertad de expresión y la no discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género deben estar garantizadas, de forma permanente, para todos los residentes de Qatar, no solo para los espectadores que vayan a Qatar para la Copa Mundial, dijo Human Rights Watch.
“A solo unas semanas del Mundial, las personas LGBT están dando la voz de alarma sobre los abusos que han sufrido por parte de las fuerzas de seguridad”, dijo Younes. “El gobierno qatarí debería poner fin inmediatamente a estos abusos y la FIFA debería presionar al gobierno qatarí para que garantice una reforma a largo plazo que proteja a las personas LGBT de la discriminación y la violencia”.