Rayma Suprani ha tenido una larga carrera como caricaturista política contundente, después de haber trabajado durante 19 años en el diario de circulación más antiguo y grande de Venezuela, "El Universal", antes de que fuera despedida en septiembre de 2014.
En una entrevista justo después de que fuera despedida de El Universal, Rayma dijo a una radio local: Nos hemos convertido en un país donde si usted dice cosas, tiene sus propios criterios y tratar de provocar la reflexión, no es bien visto.
En Venezuela, incluso después de la muerte de Hugo Chávez, el hecho de criticarlo a él o a sus políticas puede ocasionar una dura reacción. Sin embargo, la caricaturista Rayma Suprani siguió produciendo imágenes mordaces, contundentes, trabajo que la llevó a ser despedida y a vivir bajo la sombra de la amenaza y la intimidación constante.
Suprani ha tenido una larga carrera como dibujante, después de haber trabajado durante 19 años en el periódico de circulación más antiguo y grande de Venezuela, El Universal, antes de que fuera despedida en septiembre de 2014. Apenas unas horas antes de que fuera despedida, el periódico había publicado su historieta que representaba la firma del presidente Chávez en un monitor cardíaco – muriendo – con el título «La salud en Venezuela».
The Guardian, al informar sobre el despido, explicó que el dibujo de Suprani toca dos temas sensibles: el legado del Presidente Chávez, que murió en marzo de 2013, y el sistema de salud de Venezuela, que ha sufrido una grave escasez de suministros médicos esenciales ya que el país ha caído en una crisis económica. Incluso después de su muerte, los seguidores de Chávez siguen siendo una fuerza influyente y leal en el país. Su firma se ha convertido en un signo de su continua lealtad, incluso algunos partidarios se la han tatuado en los brazos o la han pintado en edificios.
Suprani no es ajena a las amenazas. Su obra ha sido durante mucho tiempo vilipendiada por partidarios del gobierno. En 2011, su caricatura sobre un nuevo cable de comunicaciones que unía Venezuela y Cuba representado el cable como una soga, llevó a un funcionario pro-Chávez a amenazarla con colgarla en Twitter. El año siguiente, las amenazas se intensificaron después de que un presentador de un programa de entrevistas pro-Chávez la castigara por su caricatura que apuntaba a la política de los sin hogar del gobierno. La caricatura representaba a un hombre dormido en una caseta de perro con la leyenda “¿Qué Plan de Vivienda?”. En marzo de 2013, Suprani fue una de una serie de figuras públicas que fueron atacadas a través de mensajes de texto: “Mi celular comenzó a recibir una avalancha de mensajes de texto desde varios números, los mensajes contenían insultos personales y terribles amenazas contra mí, comentarios groseros y calumnias de naturaleza política y demonización de mi trabajo como escritora de opinión e ilustradora”, según le dijo al Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela.
En julio de 2014, dos meses antes de que Suprani fuera despedida, El Universal fue comprado por una empresa cercana al gobierno. Hasta la toma de posesión, el periódico era reconocido por su crítica a Hugo Chávez y a su sucesor, el presidente Maduro, con artículos que expusieron la mala gestión económica, la corrupción y las políticas que condujeron a tasas de inflación que en 2014 habían alcanzado el 68%. Pese a las promesas de que la línea editorial del periódico no cambiaría, varios de sus honestos columnistas fueron despedidos y otros renunciaron quejándose de la censura. El periódico ya no trata tantos elementos críticos como antes, y algunos de sus escritores dicen haber sido advertidos por los editores del periódico para que no se cubrieran temas controvertidos.
Mientras tanto para Suprani, las declaraciones maliciosas en los medios de comunicación, correos electrónicos y amenazas en Internet, algunos acusándola de ser una traidora e incluso una terrorista, siguen siendo una característica de su vida. Y sin embargo, prometió no salir de Venezuela.