¿Pueden realmente los gobiernos fomentar la creatividad mientras reprimen la discrepancia? IFEX echa un vistazo en la primera edición de los Premios de Medios Sociales Árabes.
Abdullah Al-Maglooth y Raif Badawi son blogueros sauditas. Ambos tienen gran cantidad de seguidores en línea. Pero mientras uno fue homenajeado en los Premios de Medios Sociales Árabes por usar canales de medios sociales para promover el pensamiento positivo y la tolerancia, el otro está cumpliendo una condena de diez años de prisión, y la razón de su encarcelamiento es la intolerancia del gobierno saudita por el blog que administraba.
Cuando el vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos y gobernante de Dubai, jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, lanzó los Premios de Medios Sociales Árabes en junio de 2014 para celebrar y promover el uso de medios sociales en la región, Badawi ya tenía dos años en prisión en Arabia Saudita bajo múltiples acusaciones que incluían “fundar un sitio web liberal” e “insultar al Islam”.
“Queremos que este premio agregue un valor real a los esfuerzos ya existentes de desarrollar todos los canales y sectores de los medios árabes. Homenajeando a quienes ejercen influencia en línea, enfatizamos el gran valor que pueda traer una presencia en línea innovadora y efectiva”, dijo en su momento en jeque Mohammed.
Los premios fueron presentados en la primera edición de la Cumbre de Influyentes en los Medios Sociales Árabes el 17 y 18 de marzo de 2015, a la que asistieron más de 15.000 influyentes de medios sociales, entusiastas y profesionales por igual. Entre los oradores invitados estuvo Brandon Stanton, autor del blog ‘Humans of New York’ (Humanos de Nueva York) y Chris Messina, inventor de las etiquetas de Twitter. El blog ‘Humans of New York’ tiene más de 12 millones de seguidores en Facebook y Messina tiene más de 73.800 seguidores en Twitter.
Destacados árabes influyentes en línea, incluido Ali Jaber, director del Grupo MBC y decano de la Escuela de Comunicaciones Mohammad Bin Rashid, y Ahmed Shihab-Eldin, periodista independiente y exconductor de HuffPost Live, también hablaron en la cumbre.
Raif Badawi también es considerado persona influyente en línea, con lo que seguramente estarían de acuerdo sus 40.000 seguidores de Twitter. Su sitio web, ahora cerrado, fue iniciado para promover debate sobre religión en el reino saudita, donde la libertad de expresión no está garantizada en la Constitución. La sentencia de Badawi también incluía 1000 latigazos, a ser aplicados a lo largo de 20 semanas. Recibió los primeros 50 latigazos el 9 de enero de 2015 y desde entonces, su caso ha recibido un desborde de apoyo internacional, pues gobiernos y organizaciones de todo el mundo, incluido Amnistía Internacional, han pedido su liberación.
No solamente un problema saudita
Muchos otros en el mundo árabe, y más específicamente los estados del Golfo, han sido atacados y acosados por su discrepancia en línea. Algunos, como Badawi, han sido encarcelados y a algunos otros se les ha revocado la nacionalidad.
Desde noviembre de 2012, cuando el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, jeque Khalifa Bin Zayed Al Nahyan, emitió un decreto de delitos cibernéticos de redacción ambigua, al menos seis personas en los Emiratos han sido enviados a prisión por comentarios hechos en Twitter.
En Bahréin, donde el gobierno ha estado intentando sofocar una creciente demanda de reformas desde 2011, los manifestantes recurrieron en masa a Twitter para expresar su desacuerdo—pero no pasó mucho tiempo antes de que las autoridades aprehendieran a los activistas en línea al día con las nuevas tecnologías. En lo que va de 2015, nueve personas han sido arrestadas por “mal uso de los medios sociales”, acusación que se sanciona con una multa y hasta dos años de prisión.
En Kuwait, considerado desde hace tiempo un bastión de la libre expresión en la región, los críticos en línea del régimen de la familia real han estado enfrentando una represión cada vez mayor. El 29 de enero de 2015, Abdulaziz al-Mutairi fue sentenciado a cinco años de prisión por tuits no revelados que según la corte habían insultado a un emir. Según Human Rights Watch, desde el inicio del año, las autoridades kuwaitíes han iniciado proceso a por lo menos 60 personas que expresaron opiniones críticas en Twitter, Facebook, blogs, otras plataformas de medios sociales y en protestas.
En Qatar, el poeta Mohammed Al-Ajmi está cumpliendo una sentencia de 15 años por “insultar al emir” por un poema que escribió donde criticaba a gobiernos a lo largo de la región del Golfo tras los levantamientos de la Primavera Árabe. Fue arrestado después de que un video suyo leyendo el poema en público se divulgara en YouTube.
En Omán, una corte de apelaciones ratificó los plazos de cárcel de 28 activistas en línea a fines de 2012. Aunque el sultán Qaboos indultó luego a todos los activistas, cibernautas y defensores de derechos humanos condenados por cargos de difamación, delitos cibernéticos o reunión ilegal —acción considerada como un avance positivo— organizaciones de derechos humanos informan que desde entonces, al menos dos blogueros han sido detenidos con relación a sus actividades en línea.
Estas monarquías, junto con el reino de Arabia Saudita, conforman el Consejo de Cooperación del Golfo, formado en 1981. Es una unión intergubernamental política y económica, y una de sus funciones más importantes era la defensa de las familias gobernantes de la región. Para salvaguardas sus intereses, se consideró necesario reprimir la expresión política crítica.
Pero con el auge de los medios sociales en la región en los últimos años, controlar ese tipo de expresión se ha vuelto más difícil.
Los estados del Golfo se unen contra la discrepancia en la esfera digital
Las poblaciones jóvenes de las monarquías del Golfo Árabe están entre los más ávidos usuarios de medios en línea en el mundo. Con 2,4 millones de usuarios, Arabia Saudita ostenta el mayor número de usuarios activos de Twitter en la región. Un informe de Medios Sociales Árabes de julio de 2012 encontró que #Bahrain (Bahréin) era la etiqueta más tuiteada en el mundo árabe en febrero y marzo de 2012. Una investigación reciente también ha mostrado que la confianza en los medios sociales como fuente de noticias en la región ha tenido un rápido crecimiento.
En una reciente entrevista con Muftah, Jessica Dheere, directora ejecutiva de Social Media Exchange, con sede en Beirut, dijo de los estados del Golfo: “Están en una especie de periodo de ajuste de prueba y error para ver cuánto control pueden ejercer sobre la expresión crítica en línea”.
Una reunión de líderes del Consejo de Cooperación del Golfo en junio de 2014 tuvo como resultado un acuerdo entre los ministros y más cooperación en vigilancia de sitios de medios sociales.
En octubre, durante una reunión de ministros de información de los estados del Consejo de Cooperación del Golfo, Sameera Bin Rajab, ministra de asuntos de medios de Bahréin, dijo que las redes de medios sociales se están usando para ‘chantajear’ a los estados del Golfo para implementar procesos de reforma política.
“Es importante aprovechar los esfuerzos internacionales que buscan regular los medios electrónicos para reducir la presión ejercida en los países de la región bajo el pretexto de la libertad de opinión y expresión, y que se está usando erróneamente para chantajear e imponer ideas específicas”, dijo.
A algunos estados les preocupa su imagen internacional más que a otros. Los Emiratos Árabes Unidos han estado especialmente dispuestos a proyectar la imagen de una nación progresista y tolerante. Cuando un informe de Desarrollo Humano Árabe de la ONU de 2003 recomendó que los gobiernos regionales en el Medio Oriente exhortaran «aprendizaje cognitivo, pensamiento críticos, solución de problemas y creatividad”, los Emiratos Árabes Unidos emprendieron reformas sistémicas, grandes inversiones en investigación y desarrollo de la construcción de un nuevo distrito cultural y educativo.
El elemento que falta
Organizar la Cumbre de Influyentes en los Medios Sociales Árabes es otro indicador de su compromiso con el desarrollo económico y cultural. En el sitio web oficial de la cumbre, destacan las palabras creatividad, progreso, espíritu emprendedor e innovación. Los asistentes fueron expuestos a una gama de ejemplos, perspectivas y teorías acerca de la importancia de medios sociales en el sector empresarial, la industria tecnológica y los medios. Solamente ventajas pueden surgir de una iniciativa como esa, pero si los gobernantes de los Emiratos Árabes Unidos están verdaderamente comprometidos con el progreso, la creatividad y el aprendizaje cognitivo, un elemento clave falta en la mezcla —discrepancia.
Un reciente ensayo publicado por el Consejo de Políticas del Medio Oriente (MEPC, por su nombre en inglés), organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, sostiene que una cultura de discrepancia es esencial para la diversificación económica y el progreso.
Los autores señalan que mientras la visión expresada por los Emiratos Árabes Unidos es cultivar una generación de ciudadanos con un “apetito de asumir riesgos”, la libertad de elegir qué enseñar la seguirá decidiendo las élites gobernantes de la región.
Si los Emiratos Árabes Unidos y otros en la región están realmente comprometidos con crear un clima que exhorte la innovación, como sugiere la retórica en torno a la Cumbre, las personas que expresan opiniones diferentes a la mayoría deben ser celebradas antes que silenciadas. Animadas antes que castigadas.
En resumen, se debe aceptar la discrepancia—ya sea académica, comercial, política o intelectual—, y ese cambio de actitud debe empezar con la propia élite gobernante.