Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, RSF publica un informe en el que muestra las dificultades que enfrentan los periodistas –hombres y mujeres– que investigan temas relacionados con los derechos de las mujeres.
Este artículo fue publicado originalmente en rsf.org el 2 de marzo de 2018.
Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, Reporteros sin Fronteras (RSF) publica un informe titulado Los derechos de las mujeres: investigaciones prohibidas, en el que muestra las dificultades que enfrentan los periodistas –hombres y mujeres– que investigan temas relacionados con los derechos de las mujeres.
Investigar temas relacionados con los derechos de las mujeres puede implicar ciertos riesgos para los periodistas. Entre 2012 y 2017, RSF registró en una veintena de países cerca de 90 casos graves de violación de los derechos de los periodistas debido a sus trabajos sobre la condición de la mujer. Este informe de RSF, fruto de una investigación realizada durante varios meses, muestra una escalofriante tipología de estos actos de violencia: 11 periodistas asesinados, 12 encarcelados y al menos 25 agredidos por haberse atrevido a hablar de la condición de las mujeres en su país; otros 40 han padecido o siguen sufriendo amenazas en las redes sociales.
En India, Gauri Lankesh, redactora en jefe del semanario laico y feminista Gauri Lankesh Patrike, pagó con su vida sus investigaciones: fue asesinada el 5 de septiembre de 2017. La periodista denunciaba constantemente el lugar que se asignaba a la mujer en el sistema de castas. En Irán, numerosas periodistas feministas han padecido hostigamiento judicial y han sido encarceladas por sus escritos. Es el caso de Mansoureh Shojaii, quien finalmente optó por el exilio, y de Narges Mohammadi, quien se encuentra en prisión. Sin embargo, los predadores de los derechos de las mujeres no sólo reprimen a las periodistas. En Somalia, Abdiaziz Abdinur Ibrahim fue detenido y condenado a un año de cárcel por haber difundido «información falsa», porque entrevistó a una víctima de violación.
«No es posible que aún hoy en día, en pleno 2018, los periodistas que investigan temas relacionados con los derechos de las mujeres sigan arriesgando su vida, como por desgracia sucede en muchos lugares del mundo», señaló Christophe Deloire, Secretario General de RSF. «En este informe mostramos la manera en que los predadores de las libertades obstaculizan los reportajes y las investigaciones de periodistas –sean mujeres o hombres– relacionados con los derechos de las mujeres. También ponemos sobre la mesa recomendaciones muy claras para que se respete el derecho de todos los miembros de la población, sin diferencias de género, a recibir un trato mediático equitativo, sin el que no es posible hablar de libertad periodística y de pluralismo», agregó.
Predadores con múltiples rostros
¿Quién está detrás de este tipo de agresiones? ¿Quiénes son los predadores de los derechos de las mujeres y de los periodistas que abordan este tema? Por una parte, RSF señala en su informe a los grupos radicales, como los talibanes o el Estado Islámico; en Estados Unidos los grupos Pro-vida también amenazan de muerte a los periodistas que abordan el tema del derecho al aborto. Por otra parte, las organizaciones criminales también buscan hacer callar a los reporteros: en México, cubrir los feminicidios en el estado de Chihuahua es muy peligroso. Asimismo, los regímenes autoritarios –China, Turquía y Egipto a la cabeza– tampoco desean que la cuestión de la condición de la mujer se inscriba en el debate público. En Francia y Canadá, al igual que en otros países, hordas de internautas rabiosos han lanzado campañas de ciberacoso contra periodistas. Cuando las víctimas son mujeres, las agresiones son mucho más violentas y en la mayoría de los casos son de carácter sexual.
Frente a estas presiones, algunos reporteros no han tenido otra opción que el exilio; otros, han dejado de escribir. Sin embargo, también hay algunos decididos a resistir. En este informe, RSF quiere rendir homenaje a estos periodistas, así como hacer recomendaciones a los Estados, las organizaciones internacionales, las plataformas en línea y las redacciones para que el tema de los derechos de las mujeres deje de ser un tabú y que los periodistas que buscan trabajar en esta cuestión puedan hacerlo libremente.