Vivian Affoah, oficial principal de programas de la Fundación de Medios para África Occidental, ha estado establecida en Gambia desde junio de 2017. En el primer aniversario de las elecciones que derrocaron al régimen de Jammeh, ella ofrece una evaluación de cómo la libertad de los medios se desenvuelve bajo el nuevo gobierno, y comparte lo que le gustaría que sucediera en 2018.
Hace un año, los gambianos acudieron a las urnas con la esperanza de revocar una dictadura y dar paso a un gobierno que restablecería la democracia y una nueva era de esperanza. Fue un viaje largo y difícil, caracterizado por 22 años de asesinatos, arrestos y detenciones arbitrarias, desaparición forzada, incendios provocados, prohibiciones de reunión, así como bloqueos de los servicios de Internet y telecomunicaciones.
Antes de la elección, el entonces candidato Adama Barrow prometió al pueblo de Gambia que sus derechos humanos serían respetados. También expresó su compromiso con la libertad de los medios y la libertad de expresión. Después de su elección, reafirmó este compromiso durante la primera conferencia de prensa que ocupó como presidente, y prometió reabrir los medios de comunicación que se cerraron durante el régimen de Jammeh y garantizar su independencia editorial.
También ofreció garantías de que el gobierno operaría una política de puertas abiertas hacia los medios, y que ningún periodista sería perseguido en función de su trabajo periodístico. Además, garantizó que su gobierno reformaría las leyes represivas y garantizaría que los gambianos tuvieran los derechos legales para acceder a la información.
Palabras fuertes. Palabras esperanzadas Han pasado 10 meses desde que la administración Barrow asumió el mando. ¿El gobierno cumple sus promesas?
Con la promesa de abrir medios de comunicación que habían sido cerrados, ya se ha reanudado la publicación del Daily News, un medio que había cerrado en septiembre de 2012, y hay esperanzas de que otros sigan los mismos pasos. Sobre la reforma del panorama de los medios, el gobierno, a través de los Ministerios de Información y Justicia, trabaja con partes interesadas como la Unión de Prensa de Gambia y socios internacionales como Fundación de Medios para África Occidental (MFWA – la organización para la que trabajo), Artículo 19 África Occidental y otros, en varios proyectos destinados a promover y proteger la libertad de prensa y la libertad de expresión. Sin embargo, las leyes anti-medios, como las leyes de Difamación y Sedición, Falsa Publicación e Información y Comunicación aprobadas por la administración anterior permanecen en los libros, a pesar de que su aplicación ha sido suprimida.
Con respecto a las relaciones entre el gobierno y los medios de comunicación, el gobierno, a través de sus diversos ministerios y agencias, ahora organiza conferencias de prensa periódicas para informar a los medios sobre los acontecimientos políticos y los involucra en asuntos pertinentes. Por ejemplo, el director de prensa y relaciones públicas de la Casa de Estado convoca reuniones de prensa cada dos semanas. El propio presidente se ha comprometido a realizar una conferencia de prensa semestral y entrevistas individuales con los medios. La primera conferencia de prensa de este tipo ya tuvo lugar el 27 de julio de 2017.
Los periodistas no son los únicos beneficiarios de este cambio reciente de entorno. Los gambianos también han aprovechado la relativa libertad para expresarse. Ahora en las calles, en los mercados, en los vehículos, la gente habla libremente sobre el gobierno y las cuestiones nacionales, y los actos de comisión u omisión de los altos funcionarios, sin mirar por encima de sus hombros, y con la tranquilidad de que nadie está escuchando a escondidas para reportarlos a la temible Agencia Nacional de Inteligencia (NIA). La antigua «casa del terror» en sí misma recibió un nuevo mandato y fue rebautizada como Servicios de Inteligencia del Estado.
Durante los 10 meses que este gobierno ha estado en el poder han sucedido muy pocas violaciones de la libertad de expresión. Han habido tres incidentes conocidos. En dos casos separados, los partidarios de uno de los partidos políticos de la coalición gobernante agredieron a un periodista durante un mitin. En el otro incidente, un soldado senegalés perteneciente a la fuerza de ECOMIG maltrató a un periodista durante una sesión de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos. En estos casos, el Ministro del Interior y el Ministro de Información, respectivamente, presentaron una disculpa a los periodistas. En el tercer caso, una mujer que fue arrestada por insultar al presidente fue luego liberada y los cargos cayeron, cuando se hizo evidente que el presidente no estaba interesado en el caso. Estos escenarios hubiesen terminado de manera muy diferente bajo la administración Jammeh.
El gobierno ha dicho que está implementando medidas para garantizar que se eliminen las restricciones legales excesivas a la libertad de expresión. Recientemente, el Ministerio de Justicia, en una medida histórica, reconoció que las secciones del Código Penal sobre sedición y difamación penal, y la publicación falsa en Internet en virtud de la Ley de Información y Comunicaciones son redundantes. Estas disposiciones constitucionales fueron impugnadas por la GPU en el Tribunal Supremo de Gambia. Sin embargo, el Ministerio impugna los desafíos a la sección 181 (A) del Código Penal para Publicación de Noticias Falsas. Esta es una gran preocupación para muchas personas, especialmente para los periodistas que han sido juzgados según esta ley y siguen siendo vulnerables si no se la deroga como parte de las reformas legales más amplias.
Hasta el momento, parece que no hay discriminación de género en la agenda del gobierno. No se informaron incidentes de abuso o ataques en línea perpetrados por el Estado por motivos de género o sexualidad. Este gobierno parece tener una postura más suave sobre la diversidad sexual. Recientemente se le preguntó al presidente Barrow acerca de su posición sobre la homosexualidad e indicó que «no era un problema en Gambia». Aunque muchos creen que su respuesta significó que no era una práctica común en el país, y como tal, se estaba desviando del tema, otros lo recibieron como una respuesta más mesurada. Esto contrasta con los comentarios de la administración Jammeh que sugerían que los miembros de la comunidad LGBTQI+ deberían ser castigados con la muerte.
Otro acontecimiento bienvenido es el enorme cambio en la forma en que el gobierno se relaciona con la sociedad civil. La colaboración y la asociación con ONGs, prácticamente inexistentes en la administración anterior, ahora son estrechas y cordiales. El nivel de relaciones de trabajo entre la GPU, por ejemplo, es adminrable. Además del comité conjunto sobre reformas de medios copresidido por la GPU y el Ministerio de Información, el sindicato de prensa ha sido invitado a formar parte de la Comisión de Verdad, Reconciliación y Reparaciones. También hay indicios de que será invitado a formar parte de la propuesta Comisión de Revisión Constitucional. El gobierno ha invitado a funcionarios de otras organizaciones de la sociedad civil a participar en diversos comités que analizan aspectos de la transición y las reformas. Notablemente, esto incluye grupos de la sociedad civil que critican al gobierno.
Las organizaciones de la sociedad civil ahora operan más libremente, comparten sus opiniones y contribuyen a los debates sobre cuestiones de gobernanza, llamando al gobierno al orden cuando sea necesario. Esto no fue así en el pasado, cuando incluso las organizaciones internacionales de la sociedad civil no pudieron implementar proyectos en Gambia. En algunos casos, el gobierno ordenó a las organizaciones de la sociedad civil que detuvieran iniciativas específicas destinadas a promover la libertad de expresión y otros derechos humanos. Hoy, la MFWA tiene un personal en comisión de servicio en Gambia que trabaja con la GPU y el Ministerio de Información sobre las reformas de los medios. Tal es el entorno. Los funcionarios del gobierno ahora son fácilmente accesibles y participan en eventos a los que son invitados por organizaciones de la sociedad civil.
Impunidad y rendición de Cuentas
En cuanto al tema de la impunidad, la administración de Barrow ha demostrado un gran compromiso para responsabilizar a los perpetradores de los abusos bajo el régimen anterior. Durante las primeras etapas de la gestión del gobierno, varios ex funcionarios de NIA fueron arrestados por sus roles en abusos contra los derechos humanos cometidos en el pasado. Los casos están en la corte mientras que el Estado continúa acumulando evidencia para procesarlos de manera efectiva. Si bien el gobierno aún no ha responsabilizado a nadie en los casos de Deyda Hydara, Musa Saidykhan, Ebrima Manneh y otros, ha demostrado una gran voluntad para compensar a las víctimas/familias. De hecho, en un foro reciente para conmemorar el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crimenes contra Periodistas, representantes de los Ministerios de Justicia y de Información se comprometieron explícitamente a cumplir con las sentencias de la Corte ECOWAS para compensar a estos tres periodistas. El gobierno se ha reunido con estas víctimas para analizar las modalidades de pago.
Mirando hacia el 2018
Si bien la imagen general de la libertad de los medios en Gambia parece prometedora, me gustaría ver un mayor progreso en tres áreas principales en 2018.
Avances en la lucha contra la impunidad, viendo a los perpetradores rendir cuentas de las violaciones contra periodistas. Si es posible, el gobierno debería acelerar el proceso de investigación. Espero que se consideren ciertos casos emblemáticos durante la Comisión de la Verdad y la Reconciliación y, con suerte, en esa etapa, habrá una oportunidad para que los perpetradores sean llevados ante la justicia. Muchas víctimas y sus familias han esperado muchos años por justicia y para cerrar el tema, y no pueden continuar esperando indefinidamente.
Un proceso acelerado para derogar leyes de medios represivas. Si bien todos los indicios apuntan al hecho de que el gobierno está dispuesto a hacerlo, el proceso ha sido un poco lento. Si bien estas leyes hasta ahora no se han aplicado, permanecen en los libros. Esta es una gran preocupación para muchos periodistas en Gambia, que han sugerido que si el proceso resulta ser demasiado largo, el presidente debería considerar aprobar una orden ejecutiva para suspender todas las leyes de medios identificadas como represivas, en espera de su derogación definitiva, o la promulgación de nuevas y progresivas leyes de libertad de expresión en torno al derecho a la información y los derechos digitales.
Abordar el problema urgente de los impuestos prohibitivos aplicados a los medios. El Daily Observer, que hasta hace poco era el periódico más leído en Gambia, ha estado cerrado por más de cuatro meses por no pagar sus impuestos. Si bien su caso es peculiar porque el periódico –del que se sospecha ser propiedad del ex presidente Yahya Jammeh- descuidó cumplir con sus obligaciones tributarias durante más de una década debido a su relación con Jammeh, hay varias organizaciones de medios que incurren en costos operativos excesivamente altos debido al régimen fiscal. El Sindicato de Prensa de Gambia ha dicho que involucrará a los Ministerios de Información y Finanzas, así como a la Autoridad de Ingresos de Gambia, para que aboguen por la reducción de los impuestos sobre materiales como el papel de periódico.
Según todas las indicaciones, 2017 ha sido hasta el momento un año alentador para los gambianos. Después de muchos años de represión, sus derechos han sido restaurados y existe una nueva sensación de libertad. 2018 promete estar lleno de potencial para el pueblo de Gambia, ya que esperan con ansias el crecimiento económico, político y social. En lo personal, tengo la esperanza de que el sector de los medios se revitalice a medida que el gobierno y los principales actores, como la GPU, emprenden su programa integral de reforma del sector de los medios.
Vivian Affoah, Oficial principal de programas de la Fundación de Medios para África Occidental
Los periodistas no son los únicos beneficiarios de este cambio reciente de entorno. Los gambianos también han aprovechado la relativa libertad para expresarse. Ahora en las calles, en los mercados, en los vehículos, la gente habla libremente sobre el gobierno y las cuestiones nacionales, y los actos de comisión u omisión de los altos funcionarios, sin mirar por encima de sus hombros…