Vorn Pao es un activista de los derechos de los trabajadores, cuya defensa de los trabajadores con sueldos bajos en Camboya resultó en ataques, encarcelamiento y amenazas de ser encarcelado nuevamente.
En febrero 2014, mientras estaba en la cárcel, el activista camboyo Vorn Pao escribió: Aunque mi cuerpo se encuentra detenido en la cárcel, mi alma, mis ideales, mi voluntad y mi conciencia no lo están.
El 29 de diciembre de 2013, Vorn Pao, presidente de la Independent Democracy of Informal Economy Association (IDEA), juntó a trabajadores y activistas para protestar contra el salario mínimo, reuniéndose fuera de la fábrica de ropa Yakjin en Phnom Penh. Esta fue una de una serie de otras acciones laborales similares que habían estado ocurriendo hacía algunas semanas. Según los manifestantes, el sueldo mínimo de 80 dólares americanos por mes fijado por el gobierno es muy inferior al coste real de la vida, por lo que exigían que la cifra se duplicara a 160 dólares americanos. A medida que pasaba el tiempo, el malestar se tornó violento, los manifestantes lanzaron explosivos y piedras, prendieron fuego a automóviles, e incluso se reportó que algunos iban armados de cuchillos. La respuesta de la policía fue dura. Cinco manifestantes murieron cuando la policía disparó fusiles AK-47 contra un grupo de manifestantes que habían bloqueado una carretera con neumáticos en llamas.
Luego, el 2 de enero 2014, las fuerzas especiales militares fueron enviadas a sofocar la manifestación fuera de Yakjin, lo que hicieron con brutalidad, pegándoles a los manifestantes. El mismo Vorn Pao fue atacado con porras, sufriendo graves lesiones en la cabeza y la columna vertebral mientras era arrastrado a la comisaría. Al día siguiente, él y otros 22 activistas que habían participado en la protesta de Yakjin y otras protestas – luego conocidos colectivamente como los “23” – fueron acusados, y luego trasladados a una prisión de Kampong Cham, a unos 125 km de la capital. Se desconoció su paradero durante varios días. Los presos luego dijeron que habían sido maltratados, humillados y que habían vivido en nefastas condiciones de hacinamiento que Vorn Pao describió como «no aptas para los seres humanos».
Sin embargo, cuando Vorn Pao y otros en el grupo de los 23 llegaron a juicio en abril de 2014, fueron ellos los que fueron acusados de violencia. El Centro Camboyano para los Derechos Humanos (CCHR) ha señalado fallas críticas en el juicio, incluyendo la negativa del tribunal de permitir la proyección de un video que aparentemente muestra Vorn Pao pidiéndoles a los manifestantes que se alejen de la violencia. El video que la acusación presentó como evidencia de las protestas, no mostró imágenes de los acusados participando en los ataques violentos, y se dice que algunas declaraciones fueron obtenidas mediante coacción. El CCHR añadió que el tribunal no era «ni imparcial ni independiente». En efecto, los fiscales y jueces se refirieron repetidamente a los acusados como «grupo ilegal», «anarquistas» y «gánsteres”.
A pesar de estas preocupaciones, los 23 recibieron penas de prisión suspendidas que van de uno a cuatro años y medio. Vorn Pao, acusado de instigar la violencia, recibió una pena de cuatro años y un mes, más una multa de 8 millones de rieles – alrededor de 2.000 dólares americanos. Aunque fueron liberados cuando el juicio se cerró en mayo de 2014, viven bajo la constante amenaza de ser nuevamente encarcelados para cumplir el resto de su condena si son declarados culpables de otros delitos. Vorn Pao está apelando la condena.
Su vida ha sido una de acción continua contra la injusticia social. El hecho de trabajar para una fábrica de ropa a finales de 1990 le ofreció a Vorn Pao una experiencia de primera mano de las malas condiciones de trabajo, moneda corriente en Camboya. Esto lo llevó a convertirse en un líder sindical, a organizar protestas y huelgas, lo que a su vez condujo a su despido. Luego pasó a trabajar como taxista, y crear otro sindicato de taxistas y tuk tuk en Phnom Penh, que evolucionaría en IDEA. IDEA se ha expandido a otras ciudades, y representa a otras personas que trabajan en la economía informal, como vendedores ambulantes y trabajadores de restaurantes. Asimismo, ha unido fuerzas con otros activistas en Camboya, entre ellos los que luchan por los derechos de la tierra y la reforma democrática.
La lucha continúa. En junio 2015 IDEA estuvo a la vanguardia de las acciones que condenaron una nueva ley de ONG que fue aprobada a pesar de la oposición a nivel nacional e internacional. La Comisión Internacional de Juristas dice de la ley que fue «preparada para entorpecer el trabajo de la sociedad civil». Luego, a principios de enero de 2016, Vorn Pao fue amenazado con acciones legales por la organización de un evento conmemorativo de los que murieron en las protestas de enero de 2014. La antipatía actual del gobierno hacia las organizaciones de la sociedad civil torna el trabajo de Vorn Pao aún más difícil.
«Seguiré protestando. Le enseñaré a una nueva generación lo que he experimentado». Cita de Vorn Pao en Voice of America, enero de 2015.