El fotógrafo independiente Brian Palacio fue detenido y golpeado por gendarmes en la provincia de Buenos Aires, mientras cubría una protesta contra los cortes de energía en curso.
El 30 de diciembre de 2013, el fotógrafo independiente Brian Palacio fue detenido y golpeado por gendarmes (oficiales militares) en la provincia de Buenos Aires, mientras cubría una protesta contra los cortes de electricidad en curso en la ciudad capital y sus alrededores. Según el miembro local de IFEX Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), Palacio había comenzado a tomar fotos de los oficiales que estaban golpeando a los manifestantes cerca del centro comercial Alto Avellaneda. Después de que le dijeron que dejara de tomar fotos, Palacio se acercó a los gendarmes para decirles que iba a eliminar las fotos. Fue entonces cuando lo obligaron a entrar en la camioneta, lo llevaron a un terreno baldío, y lo detuvieron durante horas mientras lo golpeaban y amenazaban con arrojarlo al río Riachuelo.
Palacio, 25 años, dijo a Reporteros sin Fronteras (RSF) que fue amenazado con actos de venganza, como la violación y la tortura, si presentaba una denuncia. Los gendarmes le robaron su cámara y otros equipos, que aún no han sido devueltos.
El fotógrafo dijo que mientras estaba siendo agredido tuvo problemas para respirar y pensó que podía morir. Sus captores finalmente lo dejaron en un terreno baldío y Palacio se enteró por niños que se encontraban allí, que estaba en Wilde, provincia de Buenos Aires. En la mañana del 31 de diciembre hizo su camino a casa y sus padres lo llevaron a un centro médico, donde pasó cuatro horas recibiendo tratamiento. Entre otros, debió ponerse una férula en el brazo izquierdo.
La madre de Palacio, Gabriela Flores, informó el ataque a su hijo a la oficina del fiscal público de Avellaneda el 31 de diciembre, y el 3 de enero Palacio presentó otro informe en la oficina, a pesar de las amenazas de represalias de sus agresores. Aunque no hay testigos de la golpiza que sufrió, algunos de los manifestantes habían visto como había sido detenido por los gendarmes.
Por desgracia, la respuesta de las autoridades no ha sido alentadora. Sergio Berni, secretario de Seguridad Nacional, dijo a FOPEA que las acusaciones de Palacio «son completamente falsas», y que la Gendarmería había presentado una denuncia ante el Tribunal Federal para investigar las denuncias de Palacio. Agregó que no hubo testigos o cámaras para corroborar el relato de Palacio y que se sospecha que la familia de Palacio había hecho informes falsos. «¿Por qué la Gendarmería se molestaría con un fotógrafo? » preguntó.
Berni dijo que si un juez federal encuentra que Palacio estaba diciendo la verdad, los gendarmes responsables serían castigados, pero que cree que las acusaciones son falsas y que Palacio va a terminar siendo castigado. Cuando FOPEA le preguntó si su oficina había contactado a Palacio para su versión de los hechos, el funcionario dijo que como tenía muy poca fe en la veracidad del relato del fotógrafo, no se justificaba hablar con él directamente.
El ataque a Palacio es uno de los muchos incidentes violentos recientes contra la libertad de expresión en Argentina. Las fuerzas de seguridad en el país cometieron muchos abusos en el 2013, incluyendo contra los manifestantes que participan en las protestas de la policía, y el presunto espionaje a políticos y periodistas por parte del ejército. «Los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad … no pueden continuar», dice RSF refiriéndose al ataque a Palacio. «El Ministerio de Justicia debe demostrar su determinación para acabar con la impunidad.»