José Bladimir Antuna García, reportero del periódico "El Tiempo", fue encontrado muerto después de haber sido secuestrado por un grupo armado en la ciudad de Durango.
(CEPET/IFEX) – José Bladimir Antuna García, reportero del periódico «El Tiempo», fue encontrado muerto la noche del 2 de noviembre de 2009 a poco menos de 12 horas de haber sido secuestrado por un grupo armado en Durango, capital del estado del mismo nombre, al norte del país.
De acuerdo con las primeras versiones, el cuerpo del periodista, quien había sido amenazado de muerte y cuyo domicilio fue objeto de un ataque con armas de fuego en abril, fue localizado a espaldas del Teatro del Instituto Mexicano del Seguro Social (a sólo unos metros de donde fue levantado por la mañana), presentaba dos impactos de bala y encima de él fue dejada una cartulina con un mensaje que decía: «Esto me pasó por dar información a los militares y escribir lo que no se debe. Cuiden bien sus textos antes de hacer una nota. Atentamente Bladimir».
Según información recabada a lo largo del día, alrededor de las 10:00 a.m. un grupo de hombres armados a bordo de dos vehículos cerraron el paso al reportero mientras éste circulaba a un costado de donde se ubica el Hospital General de Zona número 1 del Seguro Social, ubicado en la colonia Los Ángeles.
Los sujetos bajaron por la fuerza al periodista y se lo llevaron con rumbo desconocido, mientras su camioneta, una Ford Explorer, fue dejada abierta frente al Parque Guadiana con varias credenciales propiedad del reportero en su interior.
Fue hasta las 8:16 p.m. del 2 de noviembre cuando se recibió un reporte en el Centro C-4 de la Policía Estatal que daba cuenta del hallazgo del cuerpo, luego de lo cual se inició una movilización de efectivos policiacos y paramédicos en el lugar.
A pocos días del asesinato en mayo del colega Eliseo Barrón, reportero de «La Opinión Milenio», Antuna confió que ambos habían intercambiado información sobre corrupción policiaca y el crimen organizado que opera en la localidad. Además, Antuna denunció que a lo largo de siete meses había recibido varias llamadas a su teléfono celular o a la redacción de «El Tiempo» para hacerle advertencias sobre información delicada que publicaba. En algunas ocasiones su interlocutor se identificó como presunto miembro de Los Zetas, el grupo criminal vinculado al cártel del Golfo. Incluso uno de las llamadas que recibió fue realizado desde el penal de Gómez Palacio, Durango, comentó entonces.
El 1 de octubre, el reportero informó que hasta la redacción del diario había llegado un citatorio en el que se le pedía presentarse a declarar el 6 de octubre en la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Durango, en la mesa cuarta de investigaciones, de la cual es titular Saúl Baltazar García.
Dado que en el citatorio no se especificaba el motivo de la diligencia, «El Tiempo» publicó un desplegado, informando del hecho, como una medida de protección al periodista.
Tras presentarse el día señalado a las oficinas de la PGR, Baltazar le explicó al reportero que se le había requerido para levantar una acta circunstancial y ratificar la denuncia que había interpuesto ante el CEPET, tras lo cual le mostró la alerta que esta organización emitió el 28 de mayo ( http://libex.cepet.org/index.php?option=com_content&view=article&id=583:amenazan-de-muerte-a-mas-periodistas-tras-asesinato-de-reportero&catid=36:alertas&Itemid=55 ). El periodista debió aclarar que no se trataba de una denuncia, sino de una queja, toda vez que el CEPET es una organización civil y no una autoridad.
Finalmente, el representante de la PGR notificó a Antuna que con dicha diligencia la dependencia federal iniciaba formalmente la investigación de su caso.
Compañeros de trabajo del comunicador consultados por el CEPET informaron que Antuna se presentó el 1 de noviembre a trabajar de manera normal y no se retiró de la redacción del diario sino hasta alrededor de las 9:30 p.m.