El pasado martes 4 de marzo de 2014 mediante una caución de 25.000 pesos fue liberada la comunicadora comunitaria Alma Delia Olivares Castro, sin embargo el proceso penal en su contra continúa.
El pasado martes 4 de marzo de 2014 mediante una caución de 25.000 pesos (aproximadamente USD 2.000) fue liberada la comunicadora comunitaria Alma Delia Olivares Castro, sin embargo el proceso penal en su contra continúa.
Alma fue detenida el pasado viernes 28 de febrero y trasladada desde Veracruz hasta el penal federal femenil de mediana seguridad El Rincón ubicado en Tepic, Nayarit. Luego de permanecer 5 días encarcelada su familia pagó la fianza y podrá seguir su proceso penal en libertad.
Los cargos iniciales fueron por contaminación auditiva, un delito inexistente en la legislación mexicana y posteriormente reclasificados al delito de uso indebido de un bien de la nación.
Cabe resaltar que el cierre de la radio fue resultado de un procedimiento administrativo contemplado en la Ley Federal de Radio y Televisión y que tiene como sanción la imposición de una multa, que en este caso fue por 25.000 pesos, mismos que fueron pagados para dar por concluido el procedimiento.
De desprenderse que el proceso penal por el cual fue encarcelada recientemente Alma Delia es resultado del cierre de la radio, significaría que hay una grave violación a sus derechos humanos, concretamente al debido proceso, pues nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito.
La AMARC-México rechaza categóricamente el uso abusivo del derecho penal para sancionar el ejercicio del derecho a la libertad de expresión pues las radios comunitarias, como lo ha señalado la ONU, son medios que posibilitan que las comunidades se expresen y contribuyen a la construcción de la democracia en el país.
Alma se suma a Paola Ochoa, Juan José Hernández Andrade de Paso del Macho, Veracruz; Héctor Camero de Monterrey, Nuevo León y una larga lista de comunicadores y comunicadoras comunitarias con procesos penales en su contra por atreverse a abrir su propio medio de comunicación.
Casos que demuestran que en México la libertad de expresión solo puede sobrevivir bajo un acecho constante.