PEN y diversos autores de las Américas condenan la violencia contra periodistas en América Latina y piden el fin de la impunidad que rodea los asesinatos y las desapariciones en México
PEN y diversos autores de las Américas condenan la violencia contra periodistas en América Latina y piden el fin de la impunidad que rodea los asesinatos y las desapariciones en México
(WiPC/IFEX) – el 27 de abril de 2009 – Para conmemorar el Día Mundial de la Libertad de Prensa 2009, el Comité de Escritores en Prisión de PEN Internacional publica la «Declaración en Defensa de la Libertad para Escribir en las Américas», apoyada por más de 50 autores de la región. La Declaración condena los ataques persistentes a escritores y periodistas en América Latina, y en particular en México, donde sólo en los últimos cinco años han muerto 20 periodistas y otros cuatro han desaparecido, y pide el fin de la impunidad que rodea estos casos. PEN exhorta a sus miembros y a otras personas a dar publicidad a la Declaración y a enviar al presidente de México tantas apelaciones como sea posible ahora y a lo largo del año.
Más de 50 escritores de las Américas han firmado la Declaración que sigue, incluidos Paul Auster, Ernesto Cardenal, Lydia Cacho, Noam Chomsky, Junot Díaz, Ariel Dorfman, Francisco Goldman, Raúl Rivero y Derek Walcott:
DECLARACIÓN EN DEFENSA DE LA LIBERTAD PARA ESCRIBIR EN LAS AMÉRICAS
Según los principios consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, todo ciudadano goza del derecho a la libertad de expresión que comprende la libertad para hablar y escribir libremente, así como el derecho a buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras.
Toda gran obra literaria, sea novela, poesía, teatro, ensayo, memorias o periodismo, es el resultado del ejercicio libre de este derecho.
Al cumplirse los cuarenta años de vigencia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida también como Pacto de San José de Costa Rica, celebramos el impacto que estos derechos han tenido en nuestras vidas y en nuestras sociedades, sobre todo en la práctica de la actividad literaria y periodística.
Sin embargo, nos preocupan profundamente las reiteradas agresiones a escritores y periodistas de la región que violan los principios acordados, atentan contra la libertad de expresión, y coartan el derecho a la información y al conocimiento de las ideas que circulan libremente en el mundo.
En 2008, el Comité de Escritores en Prisión del PEN Internacional registró 191 ataques contra escritores y periodistas, la mayoría de los cuales ocurrieron en América Latina. De enero de 2004 a diciembre de 2008, 37 escritores y periodistas fueron asesinados, 20 de ellos en México y los demás en Brasil, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Ecuador, Haití y Perú. Cuatro periodistas han desaparecido en México y muchos otros han recibido amenazas de muerte en los distintos países.
Es evidente que muchas de las agresiones a los escritores se dan en razón de su oficio. Los escritores – particularmente los periodistas – que critican a las autoridades o revelan las actividades de camarillas criminales son señalados, acosados, amenazados, secuestrados o asesinados por la información que difunden. Con frecuencia los autores de estos crímenes escapan de la justicia y las investigaciones oficiales se silencian o prescriben y los delitos permanecen impunes.
Aunque su identidad quede muchas veces en el anonimato, es sabido que la violencia contra los periodistas proviene de agentes no-estatales, sobre todo de narcotraficantes, paramilitares y sicarios de diversa índole, y aun de fuerzas legítimas de los Estados, desviadas de su vocación democrática.
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