Un informante le dijo al periodista Alfredo Zamora Nolly que unos sicarios habían recibido un adelanto de tres mil nuevos soles para ejecutar el encargo.
(OLA/IFEX) – El 25 de marzo de 2010, el periodista Alfredo Zamora Nolly, conductor del programa «Poder Popular», de radio LEGT, en la provincia de Padre Abad, departamento de Ucayali, fue alertado de que alguien contrató sicarios para asesinarlo.
A las 18:30 horas, desde la cárcel de Pucallpa, una voz puso en alerta al periodista tras indicarle que alguien quería asesinarlo. El informante le dijo que los sicarios habían recibido un adelanto de tres mil nuevos soles (aproximadamente USD 1000) para ejecutar el encargo.
«Una gente de Huánuco me llamó para hablarme de una plata y de una «chamba». Les pregunté cuál era la «chamba» y me dieron tu nombre. Alguien les contrató para eliminarte, ya dieron tres mil nuevos soles de adelanto y el resto al acabar la «chamba». Les dije que tú colaboras con los presos. Pero igual, si «cierran» con esta plata, los que quieren matarte contratarán a otra gente, así que cuídate», le dijo el informante.
El periodista refiere que el informante lo conoce, pues, ha realizado trabajos sociales en favor de los internos de ese penal.
En los últimos días, Zamora, a través de su programa, ha denunciado irregularidades en la ejecución del Proyecto Especial de Control y Reducción de cultivos de hoja de coca en la región Ucayali; también, cuestionó públicamente a las autoridades del Gobierno Regional por obras ejecutadas y compra de productos presuntamente sobrevaluados; asimismo, informó sobre las denuncias de la comunidad de Puerto Azul contra el empresario Tomás Benavente, concesionario del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), a quien acusan de tala indiscriminada de árboles y de contaminación de los ríos. De igual modo, denunció a policías que se apropiaron de 20 mil dólares de un empresario ganadero. Las policías fueron separados de la institución y son investigados penalmente.
«No me voy a callar. Voy a seguir en esta línea de denuncia, objetiva e imparcial. Es lo que me caracteriza y por ello la sintonía de mi programa, ese es el respaldo que tengo. No van a intimidarme. Callarme significaría coartar mi libertad de expresión y el derecho de información que tiene el pueblo de Aguaytía. No puedo darle tregua a la corrupción», expresó el periodista en comunicación con el Observatorio Latinoamericano para la Libertad de Expresión (OLA).