(RSF/IFEX) – En una carta dirigida al Ministro del Interior, Abelardo Colomé Ibarra, RSF ha protestado contra el hostigamiento sufrido por Milagros Beaton y Juan Carlos Garcell, respectivamente directora y reportero de la Agencia de Prensa Libre Oriental (APLO), situada en Santiago de Cuba (oriente de la isla). La organizacion ha pedido al ministro que […]
(RSF/IFEX) – En una carta dirigida al Ministro del Interior, Abelardo Colomé Ibarra, RSF ha protestado contra el hostigamiento sufrido por Milagros Beaton y Juan Carlos Garcell, respectivamente directora y reportero de la Agencia de Prensa Libre Oriental (APLO), situada en Santiago de Cuba (oriente de la isla). La organizacion ha pedido al ministro que «ponga fin a las presiones ejercidas por la Seguridad del Estado sobre los miembros de la APLO» y que «reconozca la existencia legal de la agencia de prensa». «El monopolio del Estado sobre la informacion es contrario al derecho de los cubanos a estar informados», se ha indignado Robert Ménard, secretario general de RSF. Ha recordado que Beaton es la tercera directora de la APLO desde mayo de 2000 ; sus dos predecesores se vieron forzados a exiliarse después de haber sufrido fuertes presiones por parte de las autoridades.
Según las informaciones recogidas por RSF, Beaton, directora de la agencia APLO, con sede en Santiago de Cuba, fue citada por la Seguridad del Estado, junto a sus dos hijas de 10 y 13 años, el 29 de agosto de 2001. Durante el interrogatorio, los policías le prometieron concederle un permiso de salida del país para que visite a su marido, exiliado en Estados Unidos, si dejaba de publicar artículos en el sitio Internet situado en Florida, www.cubanet.org, entregaba su equipo de fax a las autoridades y disolvía la agencia. Beaton es médico. Debido a una ley que prohibe emigrar a los profesionales del ramo, no se le permite salir de Cuba. La agencia APLO es la única agencia de prensa independiente localizada en Santiago de Cuba, la segunda ciudad del país, situada en la extremidad oriental de la isla.
Cuatro días antes, Garcell, reportero de la APLO, fue agredido por un policía que le insulto y le pego, sin razon aparente. El 25 de julio fue detenido por tres policías, entre ellos el que más tarde le agrediría, que le confiscaron varios artículos. En el transcurro del año 2000, había sido detenido cinco veces. Uno de sus colegas, Manuel Antonio González Castellanos, corresponsal de la agencia Cuba Press en Holguín (oriente de la isla), fue condenado en mayo de 1999 a 31 meses de cárcel, por «desacato» al jefe del Estado. Durante un altercado provocado por tres policías, termino acusando Fidel Castro de ser personalmente responsable del acoso del que era víctima (ver las alertas de IFEX del 26, 13 y 12 marzo de 2001, 25 de julio y 28 de junio de 2000, 22 de octubre, 17 de junio, 19 de mayo y 2 de marzo de 1999, 16 y 6 de octubre de 1998).
Beaton es la tercera directora de APLO en menos de dieciocho meses. En mayo de 2000, Santiago Santana, su predecesor, se vio obligado a irse de la isla después haber sufrido numerosas presiones por parte de la Seguridad del Estado. Luis Alberto Rivera Leyva, su substituto, se fue de Cuba el 31 de julio de 2001. Fue detenido cuatro veces en 2000. Perseguido por haber denunciado los métodos utilizados por la Seguridad del Estado, le propusieron dejar sin efecto las acciones judiciales emprendidas en su contra a cambio de que renunciara a sus actividades periodísticas. La policía política también intento comprometerle proponiéndole ciertas ventajas a cambio de que denunciara a otros periodistas independientes. «Todos los medios son buenos para obstaculizar nuestra actividad», explico Rivera Leyva en un artículo publicado en febrero de 2001 en el sitio Internet de RSF.
En Cuba, donde la Constitucion estipula que la «libertad de palabra y prensa» debe ser «conforme a los fines de la sociedad socialista», solo está autorizada la prensa oficial. Un centenar de periodistas independientes, agrupados en una veintena de agencias de prensa no reconocidas por el Estado, son objeto de un acoso constante. Desde 1995, medio centenar de periodistas han tenido que marcharse de la isla. Aislados, los periodistas que trabajan en provincias son más frágiles frente a la represion.