El periodista Abrahán Carvajal informó a IPYS-Venezuela que los funcionarios de la milicia entraron a la habitación del centro de salud donde se encontraban recogiendo el testimonio de una paciente, y les solicitó que se retiraran del lugar y que los acompañaran a la oficina de seguridad.
(IPYS-Venezuela/IFEX) – El 8 de febrero de 2012, un equipo del diario «Últimas Noticias», conformado por los periodistas Abrahán Carvajal y Jesús García, fueron detenidos por funcionarios de las Milicias Bolivarianas (tropas armadas que defienden una tendencia política, en este caso pro oficialista) dentro de las instalaciones del Hospital Pérez Carreño, al oeste de Caracas.
Carvajal informó a IPYS-Venezuela que los funcionarios de la milicia entraron a la habitación del centro de salud donde se encontraban recogiendo el testimonio de una paciente, y les solicitó que se retiraran del lugar y que los acompañaran a la oficina de seguridad, ubicada en planta baja.
Frente a la detención de los reporteros el doctor Julio Di Pascuale, jefe del área de traumatología, quien les permitió el acceso a la sala donde se encontraban los convalecientes, intentó mediar con los funcionarios, explicándoles que los periodistas realizaban un trabajo sobre campañas preventivas de accidentes de tránsito.
Pese a la intervención del médico, fueron llevados a la oficina de seguridad. En el lugar, el jefe de seguridad del hospital Javier Elías González, les confiscó la cámara de video, los celulares, las libretas y eliminó toda información que habían recolectado. De acuerdo con González, los periodistas habían violentado las normas de seguridad del recinto, ya que no contaban con el permiso del director para realizar su trabajo.
Posteriormente, el jefe de seguridad los obligó a bajarse los pantalones porque, a su juicio, los reporteros escondían otras memorias de la cámara de video. Además, los amenazó con enviarlos a la División de Inteligencia Militar (DIM) si no cooperaban con la requisa.
Los periodistas estuvieron incomunicados alrededor de unas tres horas ya que les retuvieron sus celulares y ordenaron apagarlos. Fueron liberados a las tres de la tarde por dos funcionarios de la milicia que los custodiaron hasta la salida del Hospital Pérez Carreño, entregándoles sus pertenencias.