(SIP/IFEX) – Lo que sigue es un comunicado de prensa de la SIP, con fecha del 28 de junio de 2001: La SIP pide liberacion de un periodista cubano Miami (28 de junio del 2001).- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) reitero su preocupacion por la salud del periodista cubano Bernardo Arévalo Padron y las […]
(SIP/IFEX) – Lo que sigue es un comunicado de prensa de la SIP, con fecha del 28 de junio de 2001:
La SIP pide liberacion de un periodista cubano
Miami (28 de junio del 2001).- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) reitero su preocupacion por la salud del periodista cubano Bernardo Arévalo Padron y las condiciones de la prision en la que cumple una sentencia desde 1997, al tiempo que hizo un llamado público a las autoridades para que sea liberado de inmediato.
La preocupacion de la organizacion hemisférica surge a raíz de una carta que el periodista envio al vicepresidente de la Comision de Libertad de Prensa e Informacion en Cuba, Raúl Rivero, en la que describe la precaria situacion en la prision, la que califico como «campo de concentracion».
El presidente de la SIP, Danilo Arbilla, del semanario uruguayo Búsqueda y el presidente de la Comision de Libertad de Prensa e Informacion, Rafael Molina, de la revista dominicana Ahora, solicitaron al gobierno de Cuba la excarcelacion inmediata de Arévalo Padron.
«Las condiciones infrahumanas de la prision no guardan relacion con el presunto delito por el cual fue sentenciado el periodista, el ejercicio de la libertad de expresion», asevero Arbilla. Por su parte, Molina agrego que «el trato que está recibiendo en el penal es contrario al más elemental concepto de derechos humanos», en referencia a la falta de atencion de las autoridades carcelarias hacia la salud de Arévalo Padron.
A continuacion el texto íntegro de una nota de Rivero, en la que consigna extractos de la carta de Arévalo Padron. Esta y otras informaciones sobre Cuba están incorporadas en la página http://cuba.sipiapa.org de la SIP.
«Carta del Sur»
Por Raúl Rivero
La Habana – En un manuscrito apresurado, hecho con tinta azul de bolígrafo asmático en una hoja de libreta escolar. Arriba a la derecha dice: El Diamante, Destacamento 21, Rodas, Cienfuegos.
Me escribe, ahora que empieza a crepitar el verano, el periodista Bernardo Arévalo Padron, un hombre que cumple, desde 1977, una condena de seis años por un supuesto delito de desacato al presidente Fidel Castro y al vicepresidente Carlos Lage.
Luego de algunas gestiones familiares que me encomienda, el comunicador narra enseguida, algunas alternativas de su vida cotidiana en ese centro penitenciario, anclado en el centro sur de cuba.
«Aquí – dice Arévalo -, nuestra situacion es insoportable. El calor veraniego, hacinamiento, roedores, humillaciones, escasez de agua potable…! Este campo de concentracion es un infierno.»
«Los chinches campean por sus respetos y chupan nuestra sangre mientras estamos dormidos», dice más adelante el director de la Agencia Independiente Línea Sur Press.
«Pero lo más triste y denigrante de la cárcel es que los militares utilizan a presos comunes en un trabajo sucio de delaciones y robos a los presos políticos.»
El periodista cuenta que los servicios sanitarios están en pésimas condiciones higiénicas porque «la limpieza solamente se efectúa cuando se espera una inspeccion de alto nivel».
«Son tan demagogos que hasta mejoran ese día la magra alimentacion. Uno de los excusados que deben utilizar nuestros familiares (los días de visitas reglamentarias) no tiene puerta y el otro tiene el cerco de la puerta calléndose. íAsí que imagínate que vergüenza para nuestra familia al tener que hacer sus necesidades en un excusado sucio y sin puertas.»
El periodista ilustra la situacion alimenticia de los presos de aquélla cárcel con esta nota amarga hacia el final del documento. «En la cena de hoy la yuca y el postre (dulce de fruta bomba) estaban en estado de descomposicion y nos quedamos sin poder ingerir esos alimentos podridos.»
Arévalo explica que algunos jovenes prisioneros por delitos comunes venden favores sexuales a otros reclusos por algunos alimentos, azúcar, cigarros o medicamentos para drogarse.
«Lo más grave del cuento – dice – es que en las condiciones de este bajo mundo estamos obligados a extinguir nuestra sancion los prisioneros políticos. Deseo que se publiquen todas las denuncias expuestas», concluye el periodista preso.
Bernardo Arévalo Padron de 36 años, debe ser puesto en libertad el 15 de noviembre del 2003. Exactamente a las tres de la tarde.