La editora del periódico boliviano El Diario, Ghilka Sanabria, que tambien reporta sobre la libertad de expresión para una ONG, sufrió un asalto y brutal golpiza en la noche del 5 de noviembre; ella descartó una intención de robo de sus pertenencias como motivo.
(ANP/IFEX) – 6 de noviembre de 2012 – La editora del periódico El Diario, Ghilka Sanabria, sufrió un asalto y brutal golpiza en la noche del lunes 5 de noviembre, que le provocó una herida con abundante hemorragia en la región frontal de la cabeza y contusiones en el cuerpo, según el primer parte médico.
La periodista, que también reporta para la Unidad de Monitoreo de la Libertad de Expresión de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), descartó una intención de robo de sus pertenencias y atribuyó a un desconocido el intento de provocarle serios daños en la cabeza y el propósito de amedrentarla. A las 22:15, cuando retornaba a su domicilio, un hombre de aproximadamente 20 años y con la cabeza cubierta por una capucha, la atacó para derribarla y luego golpeó su cabeza contra una pared con la aparente intención de provocarle la pérdida de conocimiento.
La periodista presentó la denuncia correspondiente a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de La Paz, mientras la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) en la cual ejerce una secretaría, expresó protesta por el hecho. La ANP manifestó su vehemente condena a esta nueva agresión y lamenta la pasividad de las instituciones gubernamentales encargadas de investigar, identificar a los responsables y sancionar a los responsables de acciones violentas contra los periodistas y medios de comunicación. Hace una semana, en la ciudad de Yacuiba, se consumó el espeluznante atentado incendiario contra el periodista Fernando Vidal y la locutora de una emisora, y a pesar de la detención de los presuntos responsables, las versiones de las investigaciones no alientan un esclarecimiento del incidente, expresó la ANP.
El pasado 17 de octubre, el periodista Humberto Vacaflor denunció que su casa, en la ciudad de Tarija, fue objeto de un atentado con un proyectil de arma de guerra y puso en evidencia el escaso interés de la policía por investigar el caso. En 2011, la ANP denunció que un total de 46 agresiones físicas y verbales terminaron en la impunidad por la falta de interés de las autoridades encargadas de velar por la seguridad y la justicia en Bolivia.