El 15 de mayo pasado el gobierno colombiano rebeló la existencia de un plan para asesinar a tres periodistas. Gonzalo Guillén, León Valencia y Ariel Ávila debieron optar por un exilio temporal, pese a la protección oficial de la que gozan en su país.
El 15 de mayo pasado el gobierno colombiano rebeló la existencia de un plan para asesinar a tres periodistas. Gonzalo Guillén, León Valencia y Ariel Ávila debieron optar por un exilio temporal, pese a la protección oficial de la que gozan en su país. Dos de ellos hablaron a Reporteros sin Fronteras sobre el difícil compromiso entre un imperativo de seguridad y el deber de informar, al que no piensan renunciar. Nuestra organización insiste en que se refuercen las medidas de protección otorgadas a estos periodistas y subraya la urgencia de que la conspiración criminal de la que son víctimas sea tratada de forma judicial. Según uno de estos periodistas, un cuarto colega, Tadeo Martínez, del semanario Semana, también está en el punto de mira.
“Los esfuerzos de protección no servirán de nada si no existe un dispositivo de lucha contra la impunidad a la medida de la situación actual. Recientemente se han multiplicado las amenazas, los ataques y los atentados contra periodistas, pero también contra defensores de los derechos humanos, representantes sindicales y activistas de las comunidades. Esto, mientras que las negociaciones entre el gobierno y la guerrilla de las FARC –que se llevan a cabo en La Habana– abordan la muy delicada cuestión de la restitución de las tierras usurpadas por grupos paramilitares en pleno conflicto armado”, recuerda Reporteros sin Fronteras.
“Nuestra preocupación respecto a la suerte de estos periodistas se vuelve más fuerte considerando el peligro al que se expone a sus fuentes –algunas de las cuales han sido asesinadas– en La Guajira. Estos periodistas han denunciado los nexos que tiene el gobernador de este departamento con las llamadas ‘Bacrim’ (bandas criminales nacidas del movimiento paramilitar) y el narcotráfico. Tal situación pone de manifiesto la urgencia de un verdadero plan de acción contra la impunidad, al que no pueden ser ajenos los políticos comprometidos”, agregó Reporteros sin Fronteras.
“El plan de asesinado del que somos víctimas proviene de las Bacrim lideradas por el narcotraficante venezolano Marcos Figueroa, quien tiene una estrecha relación con el gobernador de La Guajira, Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez”, recordó a Reporteros sin Fronteras León Valencia, columnista de Semana y director de un programa de análisis de la cadena pública Canal Capital. León Valencia publicó junto con Ariel Ávila –hasta hace poco ambos trabajaban como analistas de la Corporación Nuevo Arco Iris– un informe sobre las peligrosas relaciones de “Kiko” Gómez, cuya campaña electoral recibió supuestamente apoyo directo de Bacrim y de grupos armados, al igual que las de otros 126 políticos.
“Comencé mi investigación sobre ‘Kiko’ Gómez en febrero pasado, tras saber del asesinato de Yandra Britto, exalcaldesa de Barrancas, ocurrido hacía varios meses en el departamento. Ella me había contactado para denunciar el asesinato de su marido, que me dijo, había sido ordenado por el gobernador. Según ella, éste la había amenazado personalmente de correr la misma suerte. Pese a que, como le aconsejé, presentó una denuncia penal, esta mujer nunca gozó de protección y fue asesinada en agosto de 2012”, nos cuenta Gonzalo Guillén, corresponsal del diario estadounidense Miami Herald.
Todos estos elementos proporcionados por los periodistas fueron abordados en un artículo de Semana, publicado días antes de que se rebelara la existencia de un plan de asesinato y que, al parecer, precipitó el intento de ejecutarlo.
“Mis propias fuentes me habían advertido sobre este plan. A su vez, ellas se encuentran en gran peligro”, explica alarmado Gonzalo Guillén. “Hace algunos días di a conocer a la policía el lugar en que se encontraban los jefes de uno de los escuadrones de la muerte más peligrosos de La Guajira. La persona que me dio esta información fue asesinada poco después. También supe que mataron a balazos al hermano de una de mis escoltas. Finalmente, fuentes me informaron que la banda de Marcos Figueroa, también en La Guajira, secuestró a dos turistas españoles que se sospechaba habían colaborado conmigo”.
Gonzalo Guillén había enviado a la Fiscalía General de la República un informe completo de la situación en La Guajira, justo antes de que se diera a conocer el plan de asesinato urdido contra él y sus colegas. Reporteros sin Fronteras recibió copia de este documento. ¿El envío de este documento contribuyó a exponer aún más al periodista?, ¿de qué manera? En medio de tal situación, Reporteros sin Fronteras teme que persistan las prácticas de espionaje llevadas a cabo desde el DASgate, debido a la infiltración de criminales en los servicios de Inteligencia y en el gobierno. “Un plan de acción contra la impunidad también debe formar parte de esta dimensión de la amenaza”, concluye la organización.