La entrevista con el hermano de los periodistas asesinados Salvador y Pablo Medina ofrece un relato de primera mano sobre la corrupción oficial y la inacción que alimenta el ciclo de impunidad en Paraguay.
Ginebra, 11 de noviembre – Dos de los 17 periodistas que fueron asesinados en Paraguay desde 1997 eran Salvador y Pablo, los hermanos de Francisco Medina, quien hoy se encuentra en Ginebra para denunciar ante las Naciones Unidas el deterioro de la libertad de expresión en su país a pesar de que, según le contó a Panorama, con esta esta visita se expone a represalias y pone en riesgo su propia vida.
Desde el año 2013, cuando Horacio Cartes se convirtió en presidente de Paraguay, “han aumentado los ataques a pequeñas radios y medios de comunicación, pero nadie hace nada para evitarlo”, sostuvo Medina antes de añadir que existe, además, una “intención clara del gobierno de acaparar la prensa y censurar a los periodistas” toda vez que “el grupo empresarial de Cartes ha hecho una compra masiva de radios y periódicos en los últimos años”.
Además de los periodistas Salvador y Pablo, asesinados respectivamente en 2001 y 2014, la familia Medina perdió a un tercer hermano por cuenta del crimen organizado. Francisco continúa pidiendo respuestas al gobierno, pero no obtiene ninguna: “lo único que pedimos es que el gobierno se nos acerque y se haga un seguimiento formal. Deberían crear una fiscalía especializada para investigar estos crímenes”, afirmó durante nuestra reunión en la sede europea de Naciones Unidas.
Acerca del asesinato de su hermano Pablo, Medina dijo a Panorama que aunque las responsabilidades ya fueron establecidas, el crimen sigue impune: “el autor intelectual de la operación está imputado, pero los otros tres sicarios relacionados con el asesinato siguen libres. Mi familia se entrevistó con las autoridades y el comandante de la Policía Nacional nos respondió que no podían hacer nada porque había un motivo de infidelidad de sus propios subordinados”.
Lo anterior significa que a pesar de que haya procesos en los que existen pruebas de los vínculos de las autoridades y las mafias locales, nadie toma cartas en el asunto. Medina sostiene que hay “una orden desde dentro” para los investigadores, policías y otros cuerpos en el sentido de “no interferir en determinados casos”.
“Es una sensación de impotencia, consiguen lo que quieren. Están involucrados en todos los poderes ¿entonces qué pasa? Que la mafia y el crimen organizado nos están ganando: los ciudadanos estamos perdiendo”, sentenció Medina.
A esta visita al Palacio de las Naciones han acudido a su vez Santiago Ortiz, secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), Rachael Kay, directora ejecutiva adjunta de la Red Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX) y Omar Rábago, director ejecutivo del Centro Nacional de Comunicación Social de México, organización que pertenece a la red IFEX.
Desde el lunes pasado, cuando empezó su visita, se han reunido con el delegado para Paraguay del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y con diversas misiones diplomáticas con el fin de dar a conocer la situación y de solicitarles que formulen recomendaciones sobre la protección de los periodistas y la libertad de expresión a Paraguay cuando presente, en enero de 2016, su Examen Periódico Universal (EPU).
Francisco Medina espera que el resultado de estas gestiones sea “la ayuda a las víctimas por parte del Estado paraguayo, el fin de la impunidad y un compromiso para asegurar la libertad de expresión”.
Un breve clip de la entrevista de la IFEX-ALC con Francisco se incluye a continuación: