El 23 de mayo, la CIDH informó de que los graves problemas financieros han obligado a cancelar sus sesiones de julio y octubre y todos los viajes previstos para este año, y, si la nueva financiación no puede ser asegurada a mediados de junio, dará lugar a la no renovación del 40 por ciento de los contratos de su personal.
Para los Estados Miembros y Observadores Permanentes de la Organización de los Estados Americanos,
PEN International y los escritores y miembros internacionales de la Red de Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX por sus siglas en inglés) abajo firmantes están consternados por la grave crisis financiera que enfrenta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el órgano de derechos humanos de la Organización de Estados Americanos, y el impacto devastador que esto podría tener en lo concerniente al respeto de los derechos en las Américas, incluyendo la libertad de expresión. Hacemos un llamamiento a todos los estados miembros y observadores permanentes de la OEA, así como otros donadores, para que el apoyo financiero adicional a disposición de la CIDH sea tratado como una cuestión de urgencia.
El 23 de mayo, la CIDH informó de que los graves problemas financieros han obligado a cancelar sus sesiones de julio y octubre y todos los viajes previstos para este año, y, si la nueva financiación no puede ser asegurada a mediados de junio, dará lugar a la no renovación del 40 por ciento de los contratos de su personal (31 empleados de un equipo de 78). Teniendo en cuenta que la CIDH está ya desbordada y lucha por reducir el registro de los casos, estos recortes tendrán un efecto muy perjudicial sobre la capacidad del cuerpo para llevar a cabo su trabajo, ahora y en el futuro.
Creada en 1959, la CIDH es uno de los tres principales mecanismos regionales de derechos humanos en todo el mundo y desempeña un papel vital en la promoción y protección de los derechos de las personas en las Américas. Su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, establecida en 1997, ha sido esencial para dar apoyo a las víctimas y para facilitar recursos, asesorar a los Estados miembros, y mantener al mundo informado acerca de la libertad de expresión y la libertad de prensa y los abusos y los avances en la región. Por ejemplo, en 2014, la CIDH ordenó al Estado de Honduras que suspendiera la ejecución de una sentencia sobre Julio Ernesto Alvarado que le habría impedido trabajar como periodista durante 16 meses, entre otras sanciones penales, y continuó hasta asegurarse de que el gobierno obedecía.
A pesar de esto, en los últimos años, la CIDH ha sufrido una caída significativa en la financiación por parte de los estados miembros y de los observadores permanentes, de acuerdo con la Alianza de América Latina y el Caribe de IFEX (IFEX-ALC). Por ejemplo, los estados miembros Argentina, Canadá, Chile, Colombia, México y los Estados Unidos de América redujeron sus contribuciones a la CIDH entre 2013-15, dice IFEX-ALC, mientras que Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay han contribuido de manera irregular. De los 13 observadores permanentes que han proporcionado fondos para la CIDH recientemente, 10 de ellos todavía tienen que efectuar pagos en el año 2016, de acuerdo con IFEXALC: Azerbaiyán, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Países Bajos, Noruega, Reino Unido, Suecia y la Unión Europea.
La crisis financiera actual a la que se enfrenta la CIDH también se debe a la falta sistémica de fondos de la OEA, de acuerdo con la CIDH. ‘Existe una profunda discrepancia entre el mandato que los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos […] le han asignado a la [Comisión Interamericana de Derechos Humanos], y los recursos financieros que le otorgan,’ dijo el organismo en un comunicado de prensa reciente. ‘El presupuesto regular de la CIDH para el año en curso no alcanza los 5 millones de dólares, o sea menos de cinco milésimas de dólar ($0.005) por habitante.’ Según la CIDH, esto es solo el seis por ciento del presupuesto total de la OEA —mientras que el Consejo de Europa destina el 41,5 por ciento de su presupuesto para la promoción y protección de los derechos humanos.
PEN International y los abajo firmantes urgen a todos los estados miembros y observadores permanentes de la OEA y otros posibles donadores a reconsiderar su apoyo financiero a la CIDH. Con el fin de evitar los recortes de personal, la CIDH afirma que necesita recibir fondos o promesas por escrito antes del 15 de junio.
Esperamos que ayuden a la CIDH a seguir defendiendo los derechos humanos en las Américas.
Atentamente,