Decenas de residentes y maestros en huelga que dirigen el bloqueo han pintado consignas antigubernamentales en la superficie de concreto de un puente y desconfían de cualquiera que trate de pasar, inclusive los periodistas.
Lo que sigue es parte del blog del CPJ por Jan-Albert Hootsen, corresponsal del CPJ en México:
La atmósfera en Nochixtlán, una pequeña comunidad rural del sureño estado mexicano de Oaxaca, estaba tensa el 20 de junio. El día anterior, los miembros de un sindicato de maestros disidente se habían enfrentado con la policía federal y la estatal mientras protestaban contra reformas de la educación. Hubo disparos y la jornada concluyó con nueve muertos y decenas de heridos.
La principal carretera que comunica al pueblo con la capital del estado, Oaxaca, unos 80 km en dirección sureste, ha estado bloqueada desde entonces por los restos calcinados de autos y camiones, y montones de tierra, piedras y madera. Decenas de residentes y maestros en huelga que dirigen el bloqueo han pintado consignas antigubernamentales en la superficie de concreto de un puente y desconfían de cualquiera que trate de pasar, inclusive los periodistas.
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